SANTO DOMINGO, República Dominicana-. El pasado 6 de mayo del presente año, el Fondo Monetario Internacional (FMI) reveló las conclusiones preliminares de los equipos del personal del organismo internacional que completó la misión del Artículo IV de la República Dominicana correspondiente al año 2021, que responde a las visitas que hace la entidad para pasar balance de la economía local de sus países miembros.
El equipo técnico del FMI, que agotó encuentros desde el pasado 21 de abril hasta este miércoles 5 de mayo, destacó que “la República Dominicana ha sido una de las economías más dinámicas de la región durante la última década en un contexto de alto crecimiento y que esta fortaleza permitió una respuesta decisiva de política económica a la pandemia que pone a la economía en una senda de recuperación en 2021.”
Así mismo, manifestó que “una buena secuencia de reformas reforzaría el impulso para un crecimiento inclusivo, y para acelerar la convergencia a niveles de ingresos de países más avanzados”.
En lo particular, sobre el sistema financiero dominicano, el equipo del Fondo Monetario Internacional consideró que a corto plazo, las prioridades deberían ser implementar una estrategia de salida de las medidas de flexibilidad regulatoria basadas en una supervisión intensa y en la transparencia, lo cual también contribuirían a la recuperación.
Indicó que se debe fortalecer del marco regulatorio en el sector financiero, con la finalidad de “reforzar la resiliencia estructural, el sistema financiero se beneficiaría si se acercara a los estándares internacionales de supervisión y regulación, desarrollando aún más el conjunto de herramientas macro prudenciales y de gestión de crisis, y fortaleciendo la base regulatoria e institucional para la supervisión financiera de las cooperativas”.
Al respecto de estas declaraciones, recordamos que en nuestro artículo del 18 de enero del 2021, sobre los “Retos y Desafíos de la regulación bancaria en el corto y mediano plazo”, señalamos los retos sobre la necesidad de fortalecer el marco regulatorio en cuanto a avanzar hacia lo siguiente:
- Transformación Digital.
- Establecer Sinergias con empresas Fintech.
- Promover una normativa sobre Finanzas Verdes.
- Fortalecer la supervisión consolidada de los conglomerados financieros y económicos
- Supervisar las cooperativas grandes y abiertas que realizan intermediación financiera.
- Conversión de las Asociaciones de Ahorros y Préstamos de entidades mutualistas a entidades accionarias.
En ese sentido, comprendemos las preocupaciones del FMI de que es necesario fortalecer el marco regulatorio para reforzar la resiliencia estructural del sistema financiero dominicano con la finalidad de:
- Fortalecer la supervisión consolidada, la cual es una herramienta complementaria a la supervisión individual, cuyo objetivo es supervisar la gestión de los riesgos que enfrentan las empresas que forman parte de un conglomerado financiero o económico.
Actualmente, estos riesgos no se están midiendo de manera consolidada dentro del sistema financiero dominicano, y cada Superintendencia se maneja unilateralmente y hasta aislada de la otra. También existen situaciones de arbitraje regulatorio entre las empresas del conglomerado y concentración de exposiciones a terceros a nivel de conglomerado que pueden afectar a mediano plazo la estabilidad del sistema financiero, si no se realiza una supervisión a nivel macro de los riesgos entre las operaciones intragrupo y entidades vinculadas.
- Mejorar la Gestión Integral de Riesgos de las entidades bancarias. Algunas entidades aún presentan retos asociados a la implementación de los modelos internos de medición de los riesgos y a los procesos para evaluar la adecuación de su capital en función de su perfil y apetito de riesgo.
Adicionalmente, durante el año de la pandemia existen dos riesgos que tienen ahora una mayor relevancia, que son los riesgos de las áreas de tesorería y los de ciberseguridad.
En el sistema financiero dominicano, la gestión de tesorería se ha convertido en una de las principales fuentes de ingresos de las entidades bancarias, pasando de una participación en el total de los activos del sistema, de un 8% en el 2004, a un 28.4%, para marzo del 2021.
En ese sentido, se requiere una regulación más explicita y adaptadas a los estándares de Basilea, para calcular el capital regulatorio por riesgo de mercado, así como definir los criterios para orientar a las entidades acerca de qué instrumentos deben incluirse o excluirse en la cartera de negociación, asegurando que las entidades de intermediación financiera cumplan con los lineamientos para su adecuada clasificación y valoración de la gestión de riesgo de tesorería.
En cuanto los riesgos de ciberseguridad, el trabajo remoto de los empleados de las entidades de intermediación financiera, reveló la necesidad de reforzar la integridad, disponibilidad y confidencialidad de la información, el funcionamiento óptimo de los sistemas de información y de la infraestructura tecnológica, así como la adopción e implementación de prácticas para la gestión de riesgos de la seguridad cibernética y de la información, acorde al tamaño, complejidad, perfil de riesgo e importancia sistémica de cada entidad.
- En cuanto al riesgo de crédito, la Junta Monetaria durante la pandemia flexibilizó el marco prudencial, sobre calificación de los deudores, requerimientos de capital para la solvencia, reestructuraciones de deudas. Estas medidas contribuyeron a mantener la sanidad de la cartera de crédito del todo el sistema financiero.
Ahora con la recuperación económica, corresponde desarrollar un plan de dos a tres años e implementar una estrategia de salida de las medidas de flexibilidad regulatoria basadas en una supervisión intensa y en la transparencia, como cita el Fondo Monetario Internacional en su comunicado.
- Fortalecer el marco de regulación y supervisión de las Cooperativas. El Fondo Monetario Internacional por cuarta vez (2017, 2018, 2019, 2021) de manera repetida han alertado y señalado a la República Dominicana en su Informe sobre el Capítulo Artículo IV, la necesidad de encarar las deficiencias de regulación y supervisión de las entidades no bancarias importantes, con un marco regulatorio y de supervisión conforme a las mejores prácticas internacionales y fortalecer su gestión de riesgos.
Finalmente, abordar los aspectos de regulación y supervisión señalado precedentemente, junto con el desarrollo de herramientas macro prudenciales y de gestión de crisis permitirá a la República Dominicana, tener un sistema financiero con mucho más resiliencia minimizando los riesgos que pueden afectar la estabilidad financiera de dicho sector. Se debe tomar en consideración y priorizar el llamado que hace el Fondo Monetario Internacional a la República Dominicana.
La columna “La Banca Dominicana por Dentro”, es desarrollada por Jesús Geraldo Martínez, en el interés de aportar al fortalecimiento del Sistema Financiero Dominicano desde una perspectiva analítica y práctica orientada a la formación de conocimientos y divulgación de informaciones exclusivas de dicho sector. Para contactar con el autor puede escribir al jgmartinez20@icloud.com .