El pasado día 8 de septiembre se celebró a nivel global el día internacional de la alfabetización. Dicha efeméride es organizada por la UNESCO. Cada año presenta un tema para la conmemoración anual. Este año el lema es “la alfabetización en la era digital”.
La conmemoración internacional del día de la alfabetización este año coincide con el 5to. Año en que comenzó a gestarse el actual Plan Nacional de Alfabetización, Quisqueya Aprende Contigo (QAC), el cual tuvo en su génesis en el decreto 546-12 del Poder Ejecutivo (10-9-2012), que en su art. 1 señala: “Se declara de alto interés nacional la alfabetización de las personas de 15 años más, y la superación del analfabetismo en todo el territorio nacional”.
Después de 5 años de haberse iniciado el proceso de organización y ejecución del Plan QAC y después de 4 años y 8 meses de implementación, es el tiempo oportuno de evaluar sus resultados, logros, deficiencias y sobre todo de proyectar su re-orientación para los próximos años, en el marco de la Estrategia Nacional de Desarrollo (2030).
El art. 3 del decreto presidencial señala: “Se instruye al Ministerio de la Presidencia, mediante la Dirección General de Programas Especiales de la Presidencia, para que conjuntamente con el Ministerio de Educación, implementen el Plan Nacional de Alfabetización y, en coordinación con todas las dependencias gubernamentales de la sociedad civil necesarias, ejecuten las acciones requeridas para el cumplimiento del presente Decreto del Plan Nacional, a fin de lograr superar el analfabetismo en un período no mayor de dos años, a partir del inicio de su ejecución”.
Entre las principales fortalezas del Plan podemos señalar:
-Haber promovido un amplio proceso de movilización social, al crearse miles de núcleos de aprendizaje (más de 100,000) en todos los municipios y en la mayor parte de las comunidades rurales y ambientes urbano-marginales del país.
-Haber contado con educadoras y educadores que han trabajado fundamentalmente de forma voluntaria, aunque se les dio un pequeño incentivo monetario de $2000 pesos al mes (equivalentes a $12,000, por 6 meses).
-Haber tenido educadores y educadoras que conocían a las y los participantes y a su realidad contextual, pues en la mayor parte de los casos era gente de la comunidad.
-Haber abierto la posibilidad de establecer núcleos de aprendizaje en espacios plurales y diversos como locales comunitarios, iglesias, clubes, empresas, patios, galerías de las casas…
-Haber creado una articulación entre instituciones gubernamentales como los ayuntamientos locales, organizaciones de las comunidades, universidades y otras instancias para trabajar en un mismo proyecto.
-Haber contado con un equipo técnico-pedagógico que ha orientado el proceso de gestión y desarrollo del Plan QAC.
Entre las principales dificultades podemos señalar:
Uno de los errores principales en la organización y concepción del Plan Nacional de Alfabetización, y que fue sustentado por el decreto presidencial 543-12, ha sido poner la gestión y el liderazgo del Plan QAC en los ejecutivos de la Dirección General de Programas Especiales de la Presidencia (DIGEPEP) y no directamente en el Ministerio de Educación, a través de la Dirección Nacional del Subsistema de Personas Jóvenes y Adultas. De hecho en la mayor parte de las provincias y de los municipios el plan de alfabetización, con su estructura y personal administrativo, ha funcionado, en la práctica, como algo paralelo a los centros de educación básica de personas jóvenes y adultas. También el personal del Plan ha funcionado de una forma bastante desarticulada con el personal técnico de los distritos educativos y de los directivos y docentes de los centros de Educación básica de personas jóvenes y adultas.
Otro error de base en la concepción del Plan Nacional de Alfabetización, tal como se presenta en el decreto 546-12, fue creer que con una campaña de trabajo de dos años se iba a lograr “superar el analfabetismo en el país”.
Otro elemento fundamental ha sido, sin dudas, la falta de continuidad educativa de quienes comenzaron su proceso educativo formal en los núcleos de aprendizaje. Aunque el artículo 5 del decreto citado señala: “El seguimiento de las personas alfabetizadas contemplará facilidades para avanzar en la educación básica, media, vocacional para el trabajo”, en la práctica no se ha organizado un proceso sistemático para dar una real oportunidad para que cuando la gente completara la etapa inicial de la alfabetización, que se desarrolló durante unos 6 meses como promedio, pudiera continuar.
El art. 10 del decreto señala que: “El Equipo Técnico formulará el Plan Nacional de Alfabetización "Quisqueya Aprende Contigo", en su versión operativa”. Y en dicha formulación diseñó el plan con cinco objetivos : 1. Lograr la alfabetización de todas las personas mayores de 14 años a nivel nacional; 2. Propiciar que los alfabetizados continúen sus estudios en la educación básica; 3. Ofrecer oportunidades para el desarrollo de las competencias productivas de las y los alfabetizados; 4. Fomentar el emprendimiento y la economía solidaria de las y los alfabetizados; 5. Fortalecer la capacidad de organización y participación social y comunitaria de las y los alfabetizados.
No obstante haber diseñado un plan con cinco objetivos, en la práctica el Equipo Técnico del Plan QAC concentró sus esfuerzos durante estos casi 5 años en el primer objetivo, en el que ha estado empeñado y concentrado en ofrecer cifras como resultados, que se constituyeron en sus principales metas. De hecho según el último Boletín de alerta semanal (No. 187) que aparece en la página de la DIGEPEP (16-9-2016), se señala que hasta entonces de la meta de incorporar al plan 943,201 personas, habían concluido la primera etapa de alfabetización unas 591,603 personas. De estas a 495,423 se les había entregado un certificado. Se habían registrado, además, 107,504 núcleos de aprendizaje y habían sido capacitados unos 61,215 alfabetizadores y alfabetizadoras.
El otro gran cuestionamiento que se le puede hacer al Plan QAC está relacionado con la calidad educativa de los aprendizajes de las y los participantes. Dos factores importantes han influido en esta temática: el hecho de que las y los alfabetizadores no han tenido, en la mayor parte de los casos, una adecuada preparación pedagógica para el trabajo; segundo, que el plan contó con unos animadores y animadoras que no eran necesariamente gente entendida en educación. Tercero, que las y los educadores, en general, no estaban en capacidad de hacer una verdadera evaluación de los avances en los aprendizajes de las y los participantes.
El Plan Nacional de Alfabetización ha sido una experiencia significativa que sin dudas marcará la historia de la educación de personas jóvenes y adultas en República Dominicana. Sus aportes socio-educativos y sus estrategias son innegables. Sin embargo, tal como fue diseñado y ejecutado en estos últimos 5 años no es sostenible en el tiempo. No obstante, nos queda el desafío de aprovechar sus fortalezas y disminuir sus debilidades para ofrecer nuevas y significativas oportunidades para que las personas jóvenes y adultas ejerzan su derecho constitucional de acceder a una educación digna y de calidad que mejore sus condiciones de vida, de sus familias y comunidades.