Como resultado de la intensa campaña para vincular a políticos con el narcotráfico y el lavado de activos, en este proceso ya hemos dado un paso adicional hacia un debate cargado de necedades y porquerías, que de nada servirá en la lucha contra el flagelo de las drogas y el crimen organizado. Tengamos claro que el objetivo de todo cuanto se diga no es combatir esta terrible debilidad, sino utilizarlo como comodín para la campaña electoral.
Tomar un problema tan serio para relajarlo con acusaciones ligeras en medio de una campaña electoral nunca ha sido buena idea. De lo contrario, que lo digan quienes se erigieron en el pasado como los paladines de la "guerra contra las drogas" y se creyeron dueños de la verdad para señalar quién era narcotráficante y quién no. Y acudieron al gastado expediente de mostrar a políticos fotografiados junto a reales o supuestos narcotraficantes, pero con el tiempo la realidad les golpeó con fuerza en la cara.
El Partido de la Liberación Dominicana ha hecho una denuncia contra el Partido Revolucionario Moderno, por el caso de un narcotraficante, solicitado en extradición por Estados Unidos, y que estuvo en las lides políticas en relación con el PRM. El PLD ha pedido a la Junta Central Electoral pedir cuentas al PRM, y ha hecho preguntas sobre la cantidad de dinero involucrada, si la hubo, y sobre las finanzas propias del partido.
Es obvio que al entrar en este terreno el PLD debe conocer que sus debilidades serán mencionadas, y que los casos de narcotraficantes relacionados con dirigentes de ese partido serán mencionados, como César Emilio Peralta (El abusador), Arturo del Tiempo (Atiemar), Quirino Ernesto Paulino Castillo, el sobrino de éste, conocido como Quirinito, Ramon Antonio del Rosario Puente (Toño Leña), y tantos otros.
Todo esto sin mencionar el caso de los más 2 mil 250 kilos de cocaína confiscados en un contenedor de un barco que atracó en el Puerto Multimodal Caucedo el 18 de septiembre de 2006, a menos de dos años del regreso al poder del PLD. Esta droga fue confiscada gracias a la información facilitada por el gobierno de Venezuela, pero extrañamente las autoridades dominicanas no esperaron a quienes se suponía que reclamarían el contenido del furgón en Santo Domingo. Simplemente "se adelantaron", confiscaron la droga, dieron la información a la prensa, y nunca hubo apresados ni sospechosos, y ahí quedó "cerrado" el caso. Esa cantidad era mayor que la confiscada al capo Quirino. ¿Y de Arturo del Tiempo, con todo y su rango de coronel de la Policía Nacional, quién se acuerda?
Si el PLD quisiera combatir el tráfico de drogas, el lavado de activos, la confluencia de autoridades públicas con narcotraficantes, tiene todos los recursos a mano para conseguir éxito en sus actuaciones, porque en este momento es el gobierno, y lo ha sido durante los últimos 16 años, y conoce todo cuanto se mueve en esos negocios turbios en el país. Atacar a Luis Abinader y al PRM, como antes fue atacado Hipólito Mejía por supuestos vínculos con El Chapo Guzmán, es un error que ojalá sea rectificado. El senador que hizo la acusación contra Mejía, en 2012, tuvo que rectificar y admitir que mintió, porque su denuncia tenía fines electorales.
En esta oportunidad es el Comité Político que ha salido al ruedo, convocando una rueda de prensa para denunciar al PRM, como partido que supuestamente tiene dirigentes como fuertes vínculos con el tráfico de drogas.
Insistimos que este tema ha sido incentivado y traído con fines electorales. Se quiere atemorizar contra el partido que sigue apareciendo como puntero en las encuestas, del mismo modo que antes se utilizó el expediente del ateísmo contra el profesor Juan Bosch, cuando en las elecciones de 1990 era el candidato a ganar las elecciones.
El expediente lo utilizó Joaquín Balaguer, adversario de Juan Bosch, y aspirante eterno a mantenerse en el poder, cuando ya no asustaba el fantasma del "comunismo". Ahora lo utiliza el PLD para traer un tema que fue favorito de Vincho Castillo, antiguo aliado del PLD, contra el doctor José Francisco Peña Gómez. Paradoja de la vida, luego un dirigente de partido de los Castillo, la FNP, fue apresado con 1,026 kilos de cocaína en su poder y acusado de narcotraficante. Igual de chocante resulta que ahora varios hijos del Doctor Peña Gómez andan de brazos con quienes lanzaron cualquier cantidad de difamaciones contra su padre. Cosas de la política. Y quién diría que a su líder, Leonel Fernández, su propia gente le trataría de vincular al narcotraficante Quirino Ernesto Paulino Castillo.
La historia reciente de los proceso electorales está en los diarios y en la memoria colectiva, y muchos de los que vivimos esos procesos los recordamos como parte de las equivocaciones y de los golpes bajos de la politiquería. Lo más sensato es que no se insista con este gastado y desacreditado asunto. Que desde el Estado se hagan cumplir las políticas contra el narcotráfico y de prevención del uso abuso de las drogas.
Actuemos con responsabilidad, y no desprestigiemos más de lo que está la cacareada "guerra contra las drogas", que bastante descara ha resultado para los países a los cuales las grandes potencias se creen con el derecho de inscribirlos en listas y marcarlos como "buenos" o "malos", como "productores", "exportadores" y "puentes" del narcotráfico. Claro, esas mismas potencias prefieren no hablar mucho del multimillonario mercado de distribución y consumo de esas dañinas sustancias, porque ese está en sus territorios y dominios.
En fin, a muy pocos convencerá en estos tiempos el gastado expediente del narcotráfico solo desempolvado en tiempos de campañas electorales. Más seriedad señores políticos.