La repentina muerte del periodista Silvio Herasme Peña ha sorprendido y colocado un manto de tristeza para todos quienes le conocieron, para el periodismo dominicano y para quienes han apoyado el sistema democrático, las libertades públicas y la defensa de los derechos humanos.

Don Silvio Herasme Peña inauguró la escuela de comunicación social de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, a inicios de los años 60, y estuvo entre los primeros diez periodistas salidos de las aulas universitarias.

Silvio Herasme Peña fue reportero de Listín Diario, y cuando la intervención militar de los Estados Unidos se produjo, en 1965, el llamado de la Patria herida y mancillada le hizo responder para ponerse, como sus hermanos, en las trincheras del honor.

Desde entonces los hermanos Emilio, Euripides y Silvio fueron estandartes del periodismo dominicano. Tanto en la radio como en los medios impresos hicieron historia. Silvio formó parte del primer equipo de reporteros del vespertino El Nacional de Ahora, y fue uno de los periodistas que encabezó la lucha por la libertad de expresión y el derecho de los periodistas, que desde el parqueo de El Nacional comenzaron a publicar una versión disidente, llamada El Nacional en lucha, que luego se trasladó al local del Sindicato Nacional de Periodistas Profesionales, y desde donde surgió el vespertino La Noticia, bajo la dirección de Silvio Herasme Peña.

Silvio fue protagonista de la lucha de los periodistas por la profesionalización, y se convirtió en una especie de maestro de muchos de los jóvenes reporteros que desde las principales ciudades del país buscaban espacio en los diarios nacionales. Allí en La Noticia se anidó una cantera de profesionales que aún hoy son también parte de una legión de alumnos de Silvio Herasme Peña, Juan José Ayuso, Rafael Núñez Grassals, Huchi Lora, entre muchos otros, que eran parte del cuerpo ejecutivo y de redactores de La Noticia.

Llegado el tiempo de la democracia, y de la revolución tecnológica, Silvio Herasme fue uno de los periodistas que entendió que había que pasar la antorcha a las nuevas generaciones. Se mantuvo atento siempre al devenir del periodismo, pero dedicó tiempo para otras tareas, incluyendo las responsabilidades diplomáticas que le fueron atribuidas en la administración del presidente Leonel Fernández. Ejerció como embajador en Haití, en Uruguay y en Colombia.

Sus columnas dominicales en Listín Diario eran apenas una parte de su presencia periodística, porque además conservaba su espacio semanal de televisión, que nunca quiso abandonar. Su esposa Angela Echavarría y sus hijos lloran hoy en primera fila la pérdida física de Don Silvio Herasme Peña. Detrás de ellos una legión de amigos, alumnos, compañeros de trabajo y admiradores de este gran hombre también lloran su partida. Paz a sus restos y consuelo a quienes le conocieron y le amaron.