El tema fiscal inquieta. El país está a la espera de que el gobierno presente una propuesta de reforma, que sea coherente con la prédica del presidente Luis Abinader, cuando estaba en la oposición y que no penalice a las clases medias y a los más pobres. Por razones económicas y políticas esta administración no puede defraudar a la sociedad que le votó en medio de una gran crisis pandémica, y que rechazó formas y métodos de gobernanza obsoletos y fraudulentos.
En el editorial de este fin de semana, bajo la firma de Carlos Julio Báez Evertsz, publicamos el título Cobrar los impuestos, no subirlos. Es una reiteración de otro editorial del día 5 de octubre en que planteábamos la necesidad de cerrar los huecos y cobrar los impuestos en áreas que han sido tradicionales fuentes de escapes del pago de los tributos: Presupuesto 2022, déficit y oportunidades.
El pasado 11 de octubre reiteramos -con los siguientes términos- la necesidad de reducir la evasión fiscal: Todos, sin embargo, estamos de acuerdo en la necesidad de reducir la evasión fiscal, que es un tema relevante, preocupante, de dimensiones profundas, y que en los últimos tiempos ha mantenido su perfil porque con esos fondos de la evasión fiscal se ha mantenido a los candidatos y partidos dominicanos.
De cara al presupuesto del 2022, que ya sabemos es el más alto de la historia de RD, el país debe aumentar los ingresos estatales. Es necesario que el gobierno ponga ejemplo y de pasos con entidades estatales y con entidades privadas. Hay que eliminar el barrilito y el cofrecito, aumentar los impuestos a los juegos de azar, a las gaseosas azucaradas, al alcohol, eliminar las exoneraciones a los funcionarios y legisladores, bajar o eliminar el peaje sombra, recuperar el dinero robado por pasadas administraciones, atacar fuertemente el fraude fiscal y conseguir prisión para los evasores. Este punto es importante. Hay sectores que el gobierno debe revisar detenidamente. Sin prejuicios.
Uno de estos sectores es el de los aeropuertos de nuestro país, donde una buena parte de ellos es propiedad de empresas privadas y otros están concesionados por el Estado a un operador privado.
Estos aeropuertos reciben sus ingresos mediante el cargo de tasas aeroportuarias a los pasajeros que entran y salen de la República Dominicana, y los servicios a las líneas, en sus operaciones de transporte de pasajeros y carga, combustible y la explotación comercial de los espacios públicos de los aeropuertos para diferentes usos comerciales.
Aparentemente los ingresos deberían ser homogéneos y directamente relacionados con el número de pasajeros y aeronaves que operan en cada aeropuerto, con una pequeña desviación correspondiente a los ingresos procedentes de otras áreas de negocio.
Si se analizan los datos estadísticos correspondientes al número de vuelos de entrada y salida (operaciones) que hacen uso de los aeropuertos de nuestro país durante el período 2012-2018, el crecimiento anual promedio de los mismos se aceleró, alcanzando un 4.6%, superando con creces el 2.5% exhibido durante el período 2000-2011, evidenciando un importante avance del sector. El incremento del turismo conllevó un incremento de los viajeros, especialmente a la región este del país, donde hay dos aeropuertos. Punta Cana y La Romana.
En 2018, el Aeropuerto de Punta Cana alcanzó el primer lugar en cuanto a operaciones durante el período 2012-2018, con 46,656 vuelos (equivalentes al 43.4% del total de las operaciones en aeropuertos dominicanos), seguido por Aerodom, que operó 46,378 vuelos (el 43.2% del total). El del Cibao y el de La Romana, tuvieron una participación de 11.1% y 2.3%, respectivamente.
Esto evidencia que entre el 2000 y el 2018, el Aeropuerto de Punta Cana multiplicó por cuatro su número de operaciones, mientras que los concesionados a Aerodom prácticamente siguieron operando el mismo número de vuelos que en 2000.
Si este análisis se centra en el movimiento de pasajeros por aeropuerto, el Aeropuerto de Punta Cana manejó, en 2018, 7.9 millones de pasajeros, equivalente al 54.4% del total del movimiento de pasajeros por los aeropuertos del país, seguido por los operados por Aerodom, con 4.8 millones, equivalente a 33.1% del total, mientras que el 12.5% de los pasajeros restantes utilizaron los aeropuertos del Cibao y La Romana.
Cuando se analiza el comportamiento de los ingresos por venta de servicios aeroportuarios provistos por las empresas operadoras de los aeropuertos de la República Dominicana, se obtiene que el Aeropuerto de Punta Cana -que asumió la posición cimera en “la cuota de mercado” a partir de 2016-, también lo hizo en sus ingresos brutos a partir de 2016.
En 2017 los ingresos brutos obtenidos por el Aeropuerto de Punta Cana, con un 54.4% del total de pasajeros, ascendieron a US$168.8 millones, el 44.4% de los ingresos del sector, superando los US$160.8 millones obtenidos por AERODOM en sus operaciones de seis aeropuertos internacionales amparadas en el contrato de concesión.
Mientras el número de pasajeros que transitó por los aeropuertos operados por Aerodom solo aumentó en 23.1% entre el 2007 y el 2018, sus ingresos brutos aumentaron en 87.3%, con un resultado operacional altamente eficiente. A su vez, en el Aeropuerto de Punta Cana el tráfico de pasajeros aumentó en un 119.4% entre el 2007-2018, mientras sus ingresos brutos solo lo hicieron en un 80.2% durante ese período, presentando una apreciable diferencia porcentual de un 39.2%.
Si se extrapolan los datos y se calculan los ingresos por pasajero de las diferentes empresas operadoras, en ese mismo periodo, se verifica que en el caso de los aeropuertos de Aerodom el ingreso bruto por pasajero pasó de US$23.90 en 2007 a US$33.40 en 2017, para un crecimiento del 39.7%; en el Aeropuerto de La Romana aumentó de US$27.70 a US$45.60, para un aumento del 64.2%; y para el del Cibao pasó de US$19.80 a US$29.10, para un incremento del 47.5%. Mientras esto sucedió en estos aeropuertos, en el caso de Punta Cana los ingresos brutos por pasajero pasaron de US$25.10 en el 2007 a US$22.00 en el 2017, para una caída de un -12.3%. Las autoridades deben revisar estas cifras y comprobar cómo es que realizan los pagos el Estado recaudador.
Veamos esto: si comparamos los impuestos liquidados por los dos principales operadores aeroportuarios del país, encontraremos sorpresas. Mientras en 2015 el Aeropuerto de Punta Cana, con un 54.15% del tráfico, ingresó RD$6,023 millones pesos y pagó impuestos por RD$572 millones, Aerodom, con tan sólo el 33.83% del tráfico, ingresaba RD$6,390 millones y liquidó impuestos por valor de RD$1,132 millones.
Durante los últimos ejercicios pre pandemia 2016, 2017, 2018 y 2019, los resultados son similares Punta Cana liquidó impuestos por valor de RD$704 millones, RD$873 millones, RD$879 millones y RD$1,119 millones respectivamente, mientras Aerodom lo hizo por RD$1,361 millones, 1,271 millones, 1,300 millones y 1,630 millones respectivamente.
Si el ingreso por pasajero de Punta Cana fuera similar al de Aerodom, es decir, US$33 en lugar de US$22 aproximadamente, los ingresos de Punta Cana deberían haber sido un 25% superiores. Desde el punto de vista del Estado y el contribuyente, si la tasa equivalente de tributación hubiera sido la misma, el Estado hubiera recibido más de un 90% más de lo recaudado.
Las tasa equivalente de tributación, es decir, el porcentaje de sus ingresos que paga al Estado es un promedio de un 10% para Punta Cana frente a un 18% de Aerodom. Ambos casos debe analizarse por parte de la autoridad fiscal dominicana, en aras de la transparencia, y que el proyecto fiscal no castigue tanto a las clases medias y bajas del país, cuando es posible hacer que los que tienen que pagar paguen.