SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La República Dominicana al contar con un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos, podría convertirse en un punto atractivo para empresas tanto chinas como estadounidenses que busquen mano de obra competitiva, con experiencia en la manufactura, y dentro de un ambiente económico de estabilidad y seguridad jurídica, para exportar sus productos a Norteamérica.
Es decir que según explica un análisis del Banco Central el país tiene oportunidades frente a la guerra comercial entre China y Estados Unidos y sus secuelas en el mercado de divisas.
Pero también la entidad indica que República Dominicana y los países emergentes también enfrentan retos por esta situación y todos los países están en alerta.
En un análisis dentro de la sección Página abierta del Banco Central titulado “Guerra comercial y de monedas y sus potenciales efectos en las economías emergentes”, la entidad explica que en este entorno de incertidumbre en torno a tensiones comerciales y las expectativas de crecimiento a nivel global, las economías emergentes enfrentan el desafío de aprovechar los flujos de capitales de inversionistas que se tornan cada vez más selectivos.
“En este contexto, economías como la de República Dominicana tienen la tarea de continuar destacándose por la fortaleza de sus fundamentos macroeconómicos, una historia consistente de credibilidad, así como el desempeño de un sector privado que exhibe valiosas oportunidades de inversión. Todo lo anterior, en un clima de estabilidad que sigue distinguiendo a la economía dominicana como una economía segura en un entorno internacional convulso”, expresa.
Explica que República Dominicana se ha especializado en segmentos de exportación que permiten un mejor manejo de los riesgos que presenta la devaluación del yuan. Por un lado, las zonas francas dominicanas tienen un acceso envidiable al mercado de Estados Unidos debido a las facilidades que brinda el acuerdo comercial DR-CAFTA.
A la vez, China no es un competidor directo de otros productos y servicios dominicanos importantes, como el turismo, el cacao y banano orgánico, entre otros. Más aún, el abaratamiento de las importaciones de productos e insumos chinos luego de la depreciación del yuan puede incidir en acelerar la actividad comercial y manufacturera local.
La guerra comercial entre China y EUA no solo ha tenido un impacto en el comercio mundial, sino que ha creado un clima de incertidumbre que ha resultado en la desaceleración de la actividad económica de casi todas las economías del mundo.
Sin embargo, el BCRD cuenta con un número importante de instrumentos de política monetaria, los cuales será detallados en otro análisis de Página Abierta, de forma que los agentes económicos pueden estar seguros de que la institución continuará actuando de forma prudente y oportuna según sea requerido por los cambios tanto del contexto interno como externo, en aras de mantener la estabilidad macroeconómica que ha sido reconocida por organismos internacionales y que constituye el buque insignia para el atractivo de grandes inversiones que promueven el desarrollo de la nación.
“Dado lo antes expuesto, el Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de mantenerse alerta ante los acontecimientos internacionales que podrían incidir en la sostenibilidad del crecimiento y de cumplir con el objetivo de inflación, y así poder actuar oportunamente con los instrumentos de política monetario de los que dispone”, resaltan.
Guerra comercial
El inicio de la guerra comercial puede ubicarse en febrero 2018, cuando el Gobierno de EUA aplicó una medida de salvaguarda global para imponer un arancel de 30% a la importación de paneles solares, afectando mayormente a China. Un mes después, el Presidente Trump acusó a China ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) de realizar prácticas discriminatorias en el uso de licencias y propiedad intelectual. Luego, en julio 2018, EUA estableció un arancel de 25% a una serie de productos chinos, mayormente agropecuarios, valorados en unos USD 34 mil millones, lo que provocó que el Gobierno de China respondiera colocando aranceles de la misma magnitud a vehículos, productos de soya y ganadería de origen estadounidense. Desde entonces, ambas naciones han ido escalando el conflicto, aumentando la cantidad de productos afectados y, a pesar de realizar unas siete rondas de negociaciones, no se percibe una fecha inmediata de acuerdo.
En la actualidad, EUA aplica un arancel de 25 % a productos chinos valorados por USD 250 mil millones, lo que equivale al 46 % del total de importaciones de EUA que provienen de China. Por otro lado, China ha implementado aranceles que van desde 5 % hasta 25 %, dependiendo del tipo de producto, a bienes valorados en USD 113 mil millones, equivalentes al 94 % de las importaciones provenientes desde EUA. El resultado de estas medidas es que el volumen de comercio entre ambas naciones, que supera los USD 650 mil millones anuales, disminuyó 13.7% en enero-junio de 2019, con relación al mismo periodo del año anterior. A su vez, este conflicto ha afectado el nivel de comercio mundial, que mostró una caída de 0.4% en mayo 2019.