Textos: Samuel Tapia | Gráficos y videos: Juan Camilo Cortés | Publicado el: 19/06/2017 6:00 am
Alrededor del mundo, existen diversos ejemplos de proyectos de descontaminación de ríos. Desde luego, no han sido proyectos simples ni económicos, pero indiscutiblemente altamente beneficiosos para los ciudadanos de esas naciones.
Entre estos se encuentra el río Sena, en París, uno de los ríos principales y vía de agua comercial, en especial para la Alta Normandía, con una longitud de 776 km y superficie de la cuenca 78 650 kilómetros cuadrados.
El Sena se había degradado debido, principalmente, a la contaminación industrial, siendo el principal factor agravante la recepción de las aguas residuales domésticas.
No fue sino hasta la década de los 60s, luego de años de preocupación de expertos en medioambiente, que se empezó a invertir en la construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales, pasando de 11 estaciones de operación a dos mil, en 2008, con el objetivo de una descontaminación total en 2015.
Río Sena, Photo by Mortimer62. License: CC BY-SA 2.0
También, estableció un estímulo de entre 100 y 150 euros por hectárea que se les entrega a los agricultores que viven próximo al río y no lo contaminan, según la plataforma de comunicación en línea especializada en sostenibilidad, EcoDesarrollo.org.
Otro ejemplo es el río Támesis, el mítico río del sur de Inglaterra, cuya contaminación fue lo suficientemente alta como para impedir la vida de peces en sus aguas, siendo declarado en 1957 por el Museo de Historia Natural como “biológicamente muerto”.
Sobre el río de 346 kilómetros de longitud y una superficie de cuenca de 12 935 kilómetros cuadrados, se llegó a describir como “una cloaca enorme y maloliente”.
Río Támesis, Photo by DAVID ILIFF. License: CC-BY-SA 3.0
Tal como reseña la British Broadcasting Corporation (BBC), con sede en Londres, parte de los problemas del río vino con los bombardeos de la Guerra, los cuales habían destruido parte del sistema de cloacas victoriano que había mantenido al río limpio hasta entonces, y no fue sino hasta los años 60, cuando el sistema de drenaje de Londres mejoró de la mano de la mayor recuperación del país después de la guerra, que el río comenzó a respirar otra vez.
Sólo entre 1964 y 1984 nuevas acciones de revitalización surtieron efecto. Fueron creadas dos plantas de tratamiento con una inversión de 200 millones de libras, más de RD$ 12 mil millones al tipo de cambio actual en República Dominicana.
Estos casos han servido de modelo para diversos países, incluyendo naciones de América Latina, donde la contaminación por patógenos, o materia fecal coliforme, afecta un cuarto de los tramos de los ríos. Esto es debido a un aumento de descarga de aguas negras, sin que haya aumentado su tratamiento.
El informe Panorama de la calidad del agua del mundo (Snapshot of the World’s Water Quality), publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente en 2016, indica que esta contaminación crea un impacto mayor en las zonas rurales más empobrecidas, en especial en países en desarrollo, debido a que utilizan estas fuentes de agua para sus labores cotidianas, que incluye bañarse y cocinar.
En América Latina, alrededor de 25 millones de personas podrían infectarse con alguna enfermedad importante como el cólera, hepatitis, tifoidea – también llamada fiebre entérica –, polio o diarrea, lo que podría poner en riesgo sus vidas. Los grupos más vulnerables los constituyen las mujeres y niños.
Sin embargo, el mismo informe reconoce esfuerzos que buscan revertir el impacto ambiental causado por industrias en América Latina, como el caso del río Tieté (con longitud de 1150 kilómetros y superficie de la cuenca 150 mil kilómetros cuadrados), uno de los afluentes del Paraná, en Brasil – en particular en su paso por la región metropolitana de São Paulo –, que ha sido víctima de un vertiginoso crecimiento urbano e industrial, sin que haya visto un crecimiento similar en los niveles de tratamiento de las aguas domésticas.
Río Tieté, Photo by José Reynaldo da Fonseca. License: CC BY 2.5
El informe explica que hasta los años 70, se echaba todo tipo de desechos contaminantes al río. En 1991, una petición pidiendo al gobierno estatal que limpie el río Tieté fue firmado por 1,2 millones de personas y en 1992 el gobierno del estado de São Paulo lanzó el Programa de limpieza del Tieté, con financiamiento Préstamos del Banco Interamericano de Desarrollo y Banco de Desarrollo de Brasil.
El programa incluye la construcción de nuevas plantas de tratamiento de aguas residuales, expansión de las plantas existentes, construcción de redes alcantarillado y el control de la contaminación industrial, y se dividió en tres fases con una Inversión total de US $ 3.600 millones.
Una cuarta fase está prevista con una inversión total de US$ 1,9 mil millones y la meta de universalizar la colección del tratamiento de las aguas residuales en las zonas de la Compañía de Saneamiento Básico del Estado de São Paulo S.A (Sabesp).
Desde 1992, el nivel de tratamiento de aguas residuales ha aumentado significativamente desde 24 Al 84 %. La recogida de aguas residuales ha aumentó del 70 al 87 por ciento. Empero, la expansión de redes de recogida de aguas residuales en las regiones más pobres continúan siendo un desafío, dado que algunos hogares no estaban conectados a las alcantarillas porque la gente no podía pagar.
En cuanto a la contaminación industrial, la Agencia de Medio Ambiente de São Paulo (CETESB) identificó 1,250 empresas en 1992 que fueron responsable del 90 % de la contaminación industrial del río Tieté. A estas empresas se les pidió presentar planes para la construcción de sistemas de tratamiento, que fueron apoyados por préstamos del Banco Mundial Y el Banco Nacional de Desarrollo (BNDES).
La financiación de estos planes y la imposición de multas entre 1992 y 2008 condujeron a una reducción del 93 % la carga orgánica industrial y una reducción del 94 % la carga inorgánica.
El programa logró que los trechos de río severamente contaminado en extremo disminuyeran de 260 a 100 kilómetros en 2014. En algunas partes los peces han regresado y se han reducido los malos olores, gracias al aumento del tratamiento de las aguas residuales domésticas e industriales.
Río Ozama, Fuente: Juan Camilo Cortés
A pesar de la mejora en la calidad del agua aguas abajo, el río en la región metropolitana de São Paulo sigue altamente contaminado, enfrentando un largo proceso de recuperación, el cual necesitará inversiones continuas en los años venideros.
Estos ejemplos ponen de relieve la importancia de las políticas públicas y el seguimiento a las labores de rescate de los ríos, que incluye trabajos de supervisión y fiscalización, para evitar que las aguas vuelvan a convertiste en depósitos de material contaminante que ponen en riesgo la vida del río, sus especies y la de los humanos que se benefician de ellos.