Textos: Samuel Tapia | Gráficos y videos: Juan Camilo Cortés | Publicado el: 19/06/2017 6:00 am
Con el transcurrir de los años, la cuenca del río Haina, que tiene una longitud de 86 kilómetros, al igual que los otros ríos de importancia en el país, se ha mantenido bajo amenaza debido al alto grado de contaminación existente en su afluente.
Este río ha sido catalogado como uno de los más contaminados del país, debido especialmente a la carga de contaminantes producidos por los asentamientos humanos.
El pasado 28 de abril, el gobierno dominicano anunció el inicio de la segunda fase del proyecto de saneamiento de la cañada Guajimía, en Buenos Aires de Herrera, Santo Domingo Oeste, con una inversión de 170 millones de dólares, con financiamiento del gobierno de Canadá. El proyecto inició en la cañada El Indio Izquierdo y abarcará en su segunda fase El Indio Derecho, con el saneamiento de unos 8.5 kilómetros.
La obra contempla la construcción 500 viviendas, además la colocación de 50.93 kilómetros de redes de agua potable y alcantarillado sanitario, y de un emisario submarino que transportará las aguas desde la planta de tratamiento hacia el mar a una distancia de 565 metros mar adentro y a una profundidad de 34 metros.
Otro problema que afecta el río Haina son los residuos causados por los barcos que utilizan los puertos dominicanos, cuya descarga está prohibida por el Convenio Internacional para prevenir la contaminación por los Buques o MARPOL 73/78, desarrollado por la Organización Marítima Internacional, organismo especializado de la ONU.
Los residuos MARPOL (abreviatura de Marine Pollution) son los residuos generados durante el servicio de los buques, así como en sus operaciones de mantenimiento y limpieza, incluidas las aguas residuales y los residuos distintos de los del cargamento.
El ingeniero Roberto Castillo Tió, presidente en ICMA SRL Ingeniería Civil y del Medio Ambiente, afirma que de no existir en las instalaciones portuarias que reciban esos residuos, estos deben ser reexportados. En el peor de los casos, son descargados en la zona de manera clandestina.
El informe elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente en 2011 para la restauración y manejo integral de las cuencas altas de los ríos Ozama y Haina destaca que existen extensas áreas en la cuenca media-alta del Rio Haina dedicadas al cultivo de cítricos, y se estimó que a los largo de este tramo de 23 kilómetros se vierten los residuos de agroquímicos al cauce.
Agrega que en esa zona, los cultivos ocupan las márgenes sin respetar la norma de por lo menos 30 metros en cada orilla sin intervención.
En la fecha del informe, el Haina – uno de los ríos más afectados por las extracciones de agregados – mostró niveles de plomo en el agua por encima de los máximos admitidos entre 11 y 31 microgramos por gramo en la comunidad de Haina y en la zona del estuario 18-116 microgramos por gramo.
Pese a esto, Castillo Tió sostiene que se trata de un cuerpo de agua menos contaminado que el río Ozama, encontrándose en otros estudios niveles de oxígeno disuelto de hasta cuatro partes por millón en algunos puntos.