El nombre de la nueva variante del SARS-CoV-2 que se conoce como ómicron es una palabra esdrújula, por lo que lleva tilde en la antepenúltima sílaba, y, además, se escribe en minúscula y sin comillas.
Sin embargo, en los medios de comunicación se encuentran casos en los que se recurre a la mayúscula inicial o se vacila en la colocación de la tilde, como en estos ejemplos: «El grupo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), reunido hoy para analizar el impacto de la nueva variante del coronavirus detectada en Sudáfrica, la bautizó con la letra griega omicrón», «Es muy probable que la variante omicron del coronavirus, considerada como una modalidad preocupante por la Organización Mundial de la Salud (OMS), haya llegado ya a Alemania», «La OMS nombra Omicron a la nueva variante y advierte de un posible mayor riesgo de reinfección» o «Italia detecta un caso “atribuible” a la variante “ómicron”».
Como indica la Ortografía de la lengua española, los nombres de los virus y sus variantes, así como los de las enfermedades que provocan, son sustantivos comunes y, por lo tanto, lo adecuado es escribirlos con minúscula inicial y sin comillas ni cursivas. La denominación en español de la letra griega ómicron es una palabra esdrújula, por lo que debe llevar siempre tilde sobre la vocal de la antepenúltima sílaba, como se registra en el Diccionario de la lengua española.
Teniendo esto en cuenta, en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido escribir «El grupo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), reunido hoy para analizar el impacto de la nueva variante del coronavirus detectada en Sudáfrica, la bautizó con la letra griega ómicron», «Es muy probable que la variante ómicron del coronavirus, considerada como una modalidad preocupante por la Organización Mundial de la Salud (OMS), haya llegado ya a Alemania», «La OMS nombra ómicron a la nueva variante y advierte de un posible mayor riesgo de reinfección» o «Italia detecta un caso “atribuible” a la variante ómicron»
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