SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Mediante una nota de prensa la Procuraduría General de la República calificó de irrupción basadas en mentiras y en un área de acceso limitado, la acción de los jóvenes que se apostaron en las instalaciones de la institución en lucha contra la corrupción.
“Al mediodía del pasado martes unos diez jóvenes que se identificaron como estudiantes, para quienes por su condición el protocolo de seguridad dispone que siempre se ofrezca libre acceso, ingresaron al edificio que aloja esa institución y la Suprema Corte de Justicia, bajo el alegato de que buscaban informaciones para tareas universitarias”, explicó.
“Interrumpiendo las labores de los empleados y vociferando diversas consignas en el área, la cual está contigua a las distintas oficinas”
La Procuraduría señaló que valiéndose de ese móvil que luego resultó ser falso, los visitantes llegaron hasta la cuarta planta, sorprendiendo la seguridad y penetrando sin autorización a la recepción que conduce al antedespacho del procurador Jean Alain Rodríguez.
“A los jóvenes se les dieron todas las facilidades para explicar a la prensa los motivos que los llevaron a irrumpir en un área de acceso limitado, donde se encuentra el despacho del procurador general y los procuradores generales adjuntos, así como también, otras dependencias sensitivas que incluyen el departamento de litigios de la institución”, destacó.
Dijo que durante unas seis horas los jóvenes permanecieron atrincherados en dicho lugar “interrumpiendo las labores de los empleados y vociferando diversas consignas en el área, la cual está contigua a las distintas oficinas”.
Indicó que gracias a una oportuna mediación, los supuestos estudiantes aceptaron retirarse luego de entregar un documento, el cual no estaba firmado y sin identificación del grupo que representaban, que les fue recibido por el procurador general adjunto, Rodolfo Espiñeira.
La PGR reiteró que es un espacio enteramente abierto al diálogo, pero siempre en un marco de respeto. Empero, resaltó que aunque ocupa una edificación pública, tal como ocurre en todas las instituciones estatales del mundo, posee áreas restringidas y normas de conducta que deben ser cumplidas por todos los usuarios y empleados, sin excepción.
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