SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El economista Andrés Dauhajre hijo fue contratado por la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), cuando la entidad estaba adjudicando un contrato para construir la central de carbón de Punta Catalina.
En noviembre del 2013, la Corporación recurrió a la consultora de Dauhajre, Fundación Economía y Desarrollo (servicio por el que recibió US$ 500 mil), junto con otras dos proveedores de asesoría, para evaluar las propuestas financieras de licitadores para la construcción de las generadoras de 770 megavatios en la costa del Caribe.
La empresa de servicios públicos del estado, para ese momento, había descalificado a varios oferentes, citando malas propuestas técnicas, y el único candidato restante para el puesto era un consorcio liderado por Odebrecht, según los datos publicados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación y que en el país representa la periodista Alicia Ortega.
Unos meses más tarde, Dauhajre volvería a cruzar caminos con Odebrecht, pero esta vez como su consultor en la licitación realizada por la CDEEE.
En los documentos divulgados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación se evidencian cinco pagos a la empresa Baker Street Financial Inc., por más de US$ 3,3 millones.
Andrés Dauhajre, en registros de propiedades de la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, aparece como único director de dicha compañía (el empresario adquirió el 7 de diciembre de 2015, en la referida ciudad norteamericana, un apartamento valorado en más US$ 2 millones, ubicado en el piso 12 de un elegante edificio de vidrio en un elegante barrio del centro de Manhattan).
Las transacciones son parte de una hoja de cálculo que rastrea los pagos ocultos de la unidad desde diciembre de 2013 hasta diciembre de 2014, con 62 desembolsos por un total de más de US$ 39 millones relacionados con una «Planta Termo» o «Planta Termoeléctrica».
Cuatro de los pagos a Baker Street Financial provinieron de la empresa Fincastle Fincastle Enterprises Limited, una de las empresas offshore creadas por la empresa brasileña desde donde salieron millones de dólares para entregarlos en el extranjero como sobornos.
La hoja de cálculo indica que al menos dos de los pagos a Baker Street pasaron a través de una empresa con sede en Bahamas, Fincastle Enterprises Ltd., que ha sido citada por los fiscales en Perú como un vehículo para los sobornos de Odebrecht. Estos pagos se realizaron en mayo y julio de 2014, varios meses después de la aprobación del plan financiero de Odebrecht.
Ante la vinculación, Dauhajre indicó que Fincastle Enterprises Limited y Baker Street Financial suscribieron un contrato en enero del 2014, para prestar servicio de consultoría financiera a Odebrecht, específicamente sobre lo referente a la necesidad que tenía esa empresa de reestructurar la propuesta de financiamiento presentada durante la licitación de la termoeléctrica, terminada en noviembre de 2013.
Dauhajre explicó que Odebrecht retuvo sus servicios a principios de 2014 después de que uno de los financiadores clave que se espera que financie el proyecto, el Export-Import Bank de los Estados Unidos, se retiró debido a una directiva del entonces estadounidense presidente Obama para no financiar centrales eléctricas de carbón debido a sus incidencias en el cambio climático.
También ayudó a Odebrecht a encontrar fuentes alternativas de financiamiento para la planta, y que Odebrecht había propuesto a Fincastle Enterprises como el vehículo para su pago.
“Baker Street Financial brindó con éxito y eficacia el servicio de asesoría solicitado por Odebrecht durante 2014 y 2015”, dijo Dauhajre en una carta a ICIJ. “Fue este servicio financiero el que generó la remuneración”.
De esta forma, el economista se convirtió en 2014 – luego de entregar su evaluación sobre la propuesta de la compañía brasileña, a la que le otorgó la segunda puntuación más alta –, en su asesor y el consorcio Odebrecht-Tecnimont-Estrella se alzó con la adjudicación del megaproyecto energético por US$ 2,040 millones.
Años más tarde, esta información sería omitida por el empresario en su testimonio brindado a la Comisión Investigadora del Proceso de Licitación y Adjudicación del Contrato de EPC de la Central Termoeléctrica Punta Catalina, para la cual fungió como testigo.
La mentira mejor comercializada
Cuando el escándalo de Odebrecht explotó en América Latina, la compañía admitió ante los fiscales en diciembre de 2016 que sus pagos corruptos incluyeron US$ 92 millones en sobornos en República Dominicana.
El proyecto de Punta Catalina cayó inmediatamente bajo sospecha.
A raíz de esto, se nombró una comisión dirigida por un clérigo influyente, monseñor Agripino Núñez Collado, para investigar el contrato. Entre los testigos entrevistados se encontraba Andrés Dauhajre.
El 5 de febrero de 2017, tres días después de su testimonio, Dauhajre rechazó indignado las sospechas de que el contrato de Odebrecht había sido inflado.
“La supuesta sobrevaloración de Punta Catalina es la mentira mejor comercializada en la República Dominicana en los últimos años”, escribió Dauhajre en su columna en El Caribe, una de varias piezas en las que defendió públicamente la planta de energía y su financiamiento. Estas columnas no mencionaron ninguna relación financiera entre él y Odebrecht.
En última instancia, la comisión no encontró pruebas de irregularidades en la licitación o el financiamiento de la planta, otorgándole una gran victoria a Odebrecht. El procurador general dominicano, Jean Alain Rodríguez, llegó a una conclusión similar al anunciar cargos contra siete acusados en el caso Odebrecht en junio de 2018, diciendo que su equipo había investigado a fondo a Punta Catalina y que no había evidencia de corrupción.
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