La propuesta del Colegio Médico Dominicano y otras entidades para extender el toque de queda las 24 horas es insensata, peligrosa e inviable. Lejos de resolver los problemas que propone, los agrava.
No hemos sido capaces, como sociedad ni como Estado, de imponer plenamente el toque de queda actual ni tampoco el distanciamiento social pautado. Las autoridades carecen del vigor, la credibilidad y los recursos para imponerlo a plenitud y el cuerpo social no reconoce en la disciplina y el respeto a la ley una salvaguarda. Por lo tanto, radicalizar un toque de queda que aun parcialmente no ha podido consumarse solamente invita a un incremento de las violaciones y un descontrol mayor. El curso de acción es insistir en el cumplimiento de las medidas actuales no ampliarlas.
Muy pronto, en cuestión de días, empezaremos a sufrir escasez de suministros alimenticios entre otros y fallos mas frecuentes y largos en las redes de servicios. Ni el campo con camiones, ni aviones ni barcos están reponiendo inventario en los mercados, almacenes y supermercados a la velocidad que los mismos están siendo desalojados. Si quieren sumar a estas dificultades emocionales derivadas del encerramiento la violencia y desorden que derivan de la escasez de comida, agua, servicios etc. procedan con el toque de queda 24 horas.
Para los mas pobres, el encerramiento y la distancia social son mas críticos y penosos que para los que tenemos televisión, cable, internet y juegos, libros en mi caso, computadoras, tablets y demás. Que quieren entonces? Convertir cada hogar en una bomba de tiempo? Llenarlo de violencia?
Imitar no es malo per se. Imitar sin percatarse de las diferencias entre un contexto y otro es insensato. Ojalá que las autoridades desestimen esa propuesta que no impedirá la expansión de la epidemia pero si aportará mas temperatura, descontento y violencia al entorno sin contar con que se prestará a nuevas formas de abuso y arbitrariedad.
Cada vez que fracasamos en imponer a la gente una ley o una disposición el desorden se multiplica porque desacredita la ley y la autoridad supuesta a imponerla y además desacredita a todos los demás revelando su insensatez.
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