SAN CRISTÓBAL, República Dominicana.- El procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, llamó a los jóvenes a retrasar lo más que puedan sus primeros contactos sexuales a los fines de evitar embarazos prematuros y no deseados.
“Un embarazo no planificado provoca serios trastornos biológicos, sobre todo, si la adolescente es menor de 15 años, porque además de repercutir en la esfera social, se interrumpe el proyecto educativo y surge la necesidad de ingresar prematuramente a un trabajo que siempre es mal remunerado”, afirmó.
Asimismo, aclamó a los padres para que alerten a sus hijos de los riesgos que conlleva la sexualidad prematura en la sociedad.
Les exhortó inculcar a sus hijos la abstinencia, procurando demorar el inicio de la actividad sexual, no necesariamente hasta el matrimonio, sino hasta que estos sean maduros, diestros y capaces de desarrollar una actividad sexual responsable y con el mínimo riesgo del embarazo no deseado.
“El embarazo irrumpe en la vida de la menor de edad en momentos en que todavía no alcanza la madurez física y mental, y a veces en circunstancias adversas como son las carencias nutricionales u otros tipos de enfermedades, y en un medio familiar generalmente poco receptivo para aceptarla y protegerla”, advirtió Domínguez Brito al abordar el tema durante la conferencia magistral “Problemática Social de las Adolescentes Embarazadas”, dirigida a residentes del municipio de Haina.
Manifestó en ese orden que la censura social sobre la adolescentes y su familia se hace evidente, “se desencadenan matrimonios apresurados que siempre terminan en separación de la pareja, con la subsiguientes repercusiones sociales, económicas, personales y sobre la salud de los hijos”.
Planteó que se trata de un fenómeno que va acompañado de la carencia afectiva, la falta de una adecuada educación sexual y la influencia ambiental, aspectos que a su entender, conducen a los jóvenes a tener una relación sexual inmadura con el riesgo de un embarazo inesperado.
“En esta etapa de la vida de las adolescentes, el embarazo se convierte en un problema social; desde el punto de vista médico y social, se considera un riesgo, que se traduce en deserción escolar, baja escolaridad, riesgo de separación, abandono del niño, una mayor cantidad de hijos, y aumento de la pobreza”, señaló.
Advirtió que cada día las estadísticas de los embarazos en adolescentes aumentan en América Latina y en el especial en el país debido a que en la actualidad las jóvenes se están desarrollando en una cultura en la que los amigos, la música, el internet y las redes sociales, entre otros medios, transmiten mensajes sutiles o directos de que las relaciones no tienen que esperar, que no hay que casarse, ni esperar la edad, porque no hay edad para ello, por lo que llamó a tomar conciencia en ese sentido.