(EFE/Jaime Ortega Carrascal) El sueño de paz integral de Colombia tomó un impulso este miércoles con el anuncio del Gobierno y el grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN) de que iniciarán una "fase pública" de negociaciones, noticia recibida con alegría comedida en el país.
La segunda guerrilla del país, con unos 1.500 hombres en armas, estaba en contactos "exploratorios" con el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos desde enero de 2014, pero solo hoy decidió dar el paso al frente.
"El ELN ha sido parte del conflicto armado y, con el paso que da hoy, reconoce que este es el momento de buscar la paz, el valor supremo de toda sociedad", afirmó Santos en una declaración que dio en Bogotá para explicar a los colombianos el alcance de lo anunciado en Caracas.
La negociación que se avecina, cuya fecha de inicio quedó en deuda en el anuncio que hicieron en la capital venezolana los jefes de la delegación del Gobierno, Frank Pearl, y del ELN, alias "Antonio García", es un anhelo de la sociedad colombiana que considera que el puente del diálogo con las FARC, iniciado en noviembre de 2012 en La Habana, debe tenderse también con el ELN.
Solo así el país podrá aspirar a poner fin a más de medio siglo de conflicto armado con las guerrillas de izquierda, una esperanza compartida por Santos, cuyo Gobierno promueve la "visión de una paz integral".
"Hoy avanzamos aun con mayor esperanza hacia el fin definitivo del conflicto armado en Colombia", expresó Santos, quien se refirió al anhelo de una "paz completa" que supondrá "el fin de las guerrillas".
Los diálogos con el ELN tendrán como sede Ecuador y sesiones de trabajo también en Venezuela, Chile, Brasil y Cuba, países que junto con Noruega serán garantes en este proceso, pero Santos advirtió que la rueda se echará a andar cuando se resuelvan unos "temas humanitarios", como el fin del secuestro.
"Para el Gobierno no es aceptable avanzar en una conversación de paz con el ELN mientras mantenga personas secuestradas", manifestó el jefe de Estado, quien desde un comienzo ha subrayado a los grupos armados ilegales que optan por la vía de la negociación que deben abandonar la práctica del secuestro que comenzó en los años 60 y ha dejado miles de víctimas en el país.
Hoy mismo la Defensoría del Pueblo instó al ELN a que deje en libertad a "un niño de dos años y nueve meses que mantiene en su poder, desde junio del año pasado, en zona rural del municipio de Tadó (Chocó)", en el oeste del país.
La madre del menor es una desmovilizada del ELN que se acogió a un programa de reinserción a la vida civil, según la Defensoría.
Santos subrayó que con esta negociación se busca "que el ELN haga el tránsito a la legalidad y se transforme en una organización que haga política sin armas", propósito también del diálogo con las FARC, grupo con el cual las conversaciones están avanzadas aunque persisten discrepancias que impidieron firmar un acuerdo definitivo el pasado 23 de marzo como estaba previsto.
Como en el diálogo con las FARC, en el caso del ELN, "las víctimas estarán en el centro de la solución del conflicto", explicó Santos.
La negociación con el ELN, que tendrá una agenda de seis puntos y carácter público, a diferencia del sigilo que ha marcado los diálogos con las FARC, fue festejada por dirigentes de la izquierda, como el senador Iván Cepeda, del Polo Democrático Alternativo, quien dijo que "se comienza a cumplir el propósito de la paz estable, duradera y completa".
Otros sectores mostraron cautela y señalaron que además de la disposición al diálogo, los "elenos" deben hacer gestos de paz.
El senador Roy Barreras, presidente del Partido de la U, al que pertenece Santos, dijo que en esa fuerza política hay un "moderado optimismo" frente a estos diálogos y sugirió que ese proceso "debe ir acompañado de un cese unilateral de fuego" de esa guerrilla.
Menos entusiasta, el expresidente Álvaro Uribe, senador y líder del opositor partido de derechas Centro Democrático (CD), consideró que el diálogo con el ELN es "incierto" si ese grupo no abandona sus actividades delictivas y cuestionó el hecho de que Venezuela, a cuyo Gobierno considera "protector del terrorismo" participe como garante.
"A mí me parece que el diálogo con un grupo que sigue delinquiendo es un diálogo muy incierto. Por eso, nosotros (CD) habíamos pedido que para no repetir el error con las FARC, se le exigiera al ELN, como condición para empezar el diálogo, que se concentraran y cumplieran con un cese de actividades criminales", afirmó. EFE