Washington, Estados Unidos (EFE).- Las celebraciones de Navidad en EE.UU. se vieron empañadas por la continuación por tercer día consecutivo del cierre de la Administración, que ha dejado sin fondos al 25 % de los servicios gubernamentales y ha provocado la clausura del famoso abeto navideño de la Casa Blanca.
Con sus bolas y cintas de color rojo, el árbol es una de las principales atracciones turísticas de Navidad y ahora, contra su voluntad, se ha convertido en una de las víctimas de la clausura administrativa provocada por un desacuerdo sobre los fondos para el muro con México.
Welma Beck, del estado de Virginia, tiene a su familia de visita y quería que su sobrina nieta Juliette, de 7 años, viera el árbol de cerca.
Pero, en la verja de hierro que lo separa del público cuelga un cartel con el mensaje: "Área Cerrada. Debido al lapso en los fondos federales, el Árbol de Navidad se encuentra cerrado".
Beck contó a Efe que su familia tenía planeado visitar el abeto navideño desde hacía tiempo y habían explicado a Juliette todos los secretos del árbol: desde la estrella dorada de cuatro puntas que corona su cima hasta los adornos que han sido diseñados por otros niños de Estados Unidos.
El abeto, cuyas luces rojas y verdes están apagadas por el cierre de Gobierno, tiene a su alrededor 50 pequeños árboles, uno por cada estado de Estados Unidos, y que lucen ornamentos diseñados por niños y con detalles sobre la historia, la cultura y las tradiciones de cada rincón del país.
"Queríamos verlo, era importante para nosotros porque representa a nuestro país, representa a los estados que hacen parte de EE.UU. ¿Ves los pequeños pueblos que están dibujados en los adornos? Eso lo han hecho niños como mi sobrina y queríamos que lo viera, esas cosas son importantes", dijo Beck.
Tanto ella como su hermana, Nancy Brown, consideraron que "los juegos políticos de Washington" tienen la culpa del cierre administrativo y creen que el liderazgo demócrata del Congreso debe claudicar ante la petición del presidente de EE.UU., Donald Trump, e incluir en el presupuesto fondos para el muro con México.
"Este es un tiempo de unidad y de amor, de cuidarnos y respetarnos. Y hemos destruido todo eso por declaraciones políticas. Es ridículo. Me dan ganas de acercarme a la Casa Blanca, tocar a la puerta y decir: 'señor presidente, arregle esto'", confesó Beck.
Dentro de la Casa Blanca, Trump se compadecía de sí mismo por estar "todo solo" en la mansión presidencial y se desahogó enviando una decena de mensajes por Twitter.
"Estoy todo solo (pobre de mí) en la Casa Blanca esperando que los demócratas vuelvan y hagan un trato para la seguridad de la frontera, necesaria desesperadamente. Si, en algún momento, los demócratas no quieran llegar a un acuerdo, le costará a nuestro país mucho más dinero que el muro fronterizo. ¡Qué loco!", subrayó.
El mandatario volvió a pedir que los demócratas que incluyan en el presupuesto fondos para el muro, una de sus principales promesas de campaña.
La semana pasada, el Ejecutivo pidió al Congreso que incluyera una partida de 5.000 millones de dólares para la barrera fronteriza; pero los demócratas se niegan y, por el momento, solo están dispuestos a destinar 1.300 millones a seguridad fronteriza, pero con restricciones que impiden la construcción del muro.
El Senado, que lleva en esta ocasión el liderazgo en el presupuesto, se reunirá el jueves de esta semana para intentar reabrir la Administración.
Sin embargo, el director de presupuesto de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, aseguró este domingo que las negociaciones no están avanzando y que el bloqueo administrativo podría prolongarse hasta enero de 2019, cuando toman posesión los legisladores que fueron elegidos en las elecciones de noviembre.
En enero, los demócratas controlarán la Cámara de Representantes y podrán bloquear cualquier fondo para el muro; razón por la que Trump cree que esta es su última oportunidad para sacar adelante el proyecto.
Este es el tercer cierre que afronta Trump desde que llegó al poder a principios de 2017.
La peor clausura de la Administración en la historia reciente ocurrió en 2013, cuando ocupaba la Presidencia Barack Obama (2009-2017) y demócratas y republicanos tardaron 17 días en lograr un acuerdo para financiar la Administración, lo que produjo fuertes caídas en la bolsa y la pérdida de miles de dólares. EFE