SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Las mujeres católicas y feministas de Argentina, quienes han luchado por los derechos humanos de su género durante 25 años, rechazaron los ataques del Papa Francisco a los intentos de despenalizar la interrupción del embarazo en Argentina.
‘‘Las desafortunadas declaraciones del Papa sobre la media sanción de la ley de despenalización y legalización del aborto en la Cámara de Diputados de la Nación nos plantea serios interrogantes sobre su verdadero compromiso con un mundo más justo’’, adujeron.
"Renovamos nuestro posicionamiento disidente con cualquier mirada misógina que propicie la subordinación de las mujeres y fomente el odio entre el pueblo. Reivindicamos nuestro derecho a decidir en libertad de conciencia, como único norte acertado para nuestra soberanía y exigimos, más que nunca, la vigencia de la laicidad en todos los ámbitos del Estado"
La posición de la máxima jerarquía de la iglesia católica, en voz de las feministas que profesan ese credo religioso, constituye un discurso de odio inaceptable para su fe, para las prácticas reproductivas, las investigaciones científicas que evidencian la disminución de la interrupción del embarazo en los países donde se legaliza, y evidencia el deseo de los líderes religiosos de perpetuar la subordinación de las mujeres.
Afirmaron que el mensaje del pontífice solo busca interferir en la laicidad del Estado, obstruyendo el debate legislativo y desviando un tema de salud pública.
Lea el comunicado íntegro
Posicionamiento de Católicas por el Derecho a Decidir –Argentina− frente a los ataques del Papa al movimiento de mujeres
Como organización de mujeres católicas y feministas con 25 años de trabajo en la defensa y promoción de los derechos humanos de las mujeres en Argentina, afirmamos hoy más que nunca nuestra disidencia con la jerarquía católica que busca oprimir nuestras conciencias e intenta direccionar nuestras vidas y coartar nuestra libertad.
Las desafortunadas declaraciones del Papa sobre la media sanción de la ley de despenalización y legalización del aborto en la Cámara de Diputados de la Nación nos plantea serios interrogantes sobre su verdadero compromiso con un mundo más justo. Comparar al movimiento de mujeres con el nazismo, constituye un discurso de odio inaceptable para la fe católica, al tiempo que la virulencia de sus declaraciones evidencian también que su oposición pública al neoliberalismo carece de todo progresismo si busca perpetuar la subordinación de las mujeres a lecturas sesgadas de la religión. Sorprende que el Papa banalice el debate actual apelando a la trágica experiencia del nazismo, teniendo en cuenta que incluso los principales dirigentes de la comunidad judía hace pocas semanas han considerado como inaceptable que se use el holocausto para oponerse al aborto.
El Papa repite una frase que algunos sectores fundamentalistas han utilizado para manifestar su oposición en este momento histórico. Dice el pontífice que el aborto “está de moda”. Muchos interrogantes surgen respecto a los usos que se hace de esta expresión. ¿Está desconociendo la historia de las prácticas reproductivas? ¿Desoye con sus dichos el impresionante número de investigaciones que sostienen que el aborto sólo desciende en aquellos países que lo legalizan? O bien, ¿está llamando al movimiento feminista y de mujeres como superficiales, como parte de una moda pasajera, negando los dolores y las injusticias a los que responde esta profunda expresión popular? Sigue desvalorizando el Pontífice a aquellas personas que hace décadas (dentro y fuera de la Iglesia) venimos poniendo nuestro cuerpo y nuestro tiempo para lograr una sociedad más justa.
Este indigno mensaje eclesiástico sobre las mujeres y el aborto, que busca interferir indebidamente en la laicidad del Estado, obturando el debate legislativo, se ensombrece aún más cuando fomenta el uso político de la objeción de conciencia -que ya se ha anticipado en varias provincias- y promueve la violencia contra la libertad reproductiva y obstétrica que vivirán las mujeres de parte de inescrupulosos efectores.
El debate público y legislativo sobre la despenalización y legalización del aborto nos ha situado en un momento histórico para la libertad de las mujeres y creemos que la mirada obtusa de las jerarquías eclesiásticas no puede arrasar con los valores democráticos que el pueblo ha construido con respeto, libertad y pluralismo. En una encuesta reciente, publicada por Aministía Internacional Argentina y el CEDES bajo el título “Situación de la opinión pública con respecto al aborto”, el 63% de las personas encuestadas coincidían en señalar que la iglesia debe mantenerse al margen de la discusión sobre el aborto. No es con ira que el Papa podrá conducir los destinos de la religión católica.
Por ello, renovamos nuestro posicionamiento disidente con cualquier mirada misógina que propicie la subordinación de las mujeres y fomente el odio entre el pueblo. Reivindicamos nuestro derecho a decidir en libertad de conciencia, como único norte acertado para nuestra soberanía y exigimos, más que nunca, la vigencia de la laicidad en todos los ámbitos del Estado.
Católicas por el Derecho A Decidir Argentina
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