Pekín, 9 oct (EFE).- La Administración de Prensa, Radio, Cine y Televisión de China, principal responsable de la censura en el país asiático, prohibió a las televisiones y otros medios del país que emitan canciones, películas y otras producciones de artistas implicados en casos de drogas o prostitución, se informó hoy.

Según el diario oficial China Daily, la administración estatal también dictó esta prohibición a distribuidoras de cine, páginas de internet, radios y agencias de publicidad, como parte de una campaña antidrogas que en los últimos meses ha conllevado la detención de numerosas celebridades, entre ellas el hijo del actor Jackie Chan.

"Los famosos que incumplen la ley no pueden ser invitados a los programas, y la transmisión de sus producciones debe ser suspendida", señala la orden oficial, sin aclarar si se aplicará solo a artistas chinos o también de otros países.

El pasado mes de agosto el actor Jaycee Chan, hijo de la estrella de las artes marciales Jackie Chan, fue detenido junto a otro intérprete, el taiwanés, Kai Ko, por consumo de estupefacientes, en el domicilio que el primero de ellos tiene en Pekín

El pasado mes de agosto el actor Jaycee Chan, hijo de la estrella de las artes marciales Jackie Chan, fue detenido junto a otro intérprete, el taiwanés, Kai Ko, por consumo de estupefacientes, en el domicilio que el primero de ellos tiene en Pekín.

Esta detención ha sido la más sonada de la campaña contra el uso de drogas en círculos artísticos que ha emprendido la policía china, y que también ha tenido como consecuencia las detenciones, entre otros, del actor Huang Haibo, el artista Zhang Mo o el director de cine Wang Quanan (galardonado en 2007 con el Oso de Oro de Berlín), este último por contratar prostitutas.

El consumo de drogas, erradicado casi totalmente en China en tiempos del maoísmo (1949-76), ha regresado en las últimas décadas, paralelamente al desarrollo económico nacional.

Drogas de diseño como la metanfetamina son especialmente populares en grandes ciudades como Pekín y Shanghái, y entre sus consumidores se encuentran jóvenes de las elites políticas, empresariales y artísticas del país. EFE