SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El secretario general del Foro de Presidentes de Partidos Políticos, José Francisco Peña Guaba, afirmó que la Constitución de la República solo debe ser modificada con el apoyo total del pueblo dominicano, y que la misma no debe ser abierta solo para asuntos reeleccionistas.
Peña Guaba, consideró que si ha de modificarse la Carta Sustantiva “no debe ser para un solo tema, sino varios de interés nacional e incluir el referéndum”.
“Lo primero, si tuviese que hacerse una reforma debe ir un referéndum, ese debe ser el consenso que cuente con el apoyo de la voluntad del pueblo”
“Una nueva reforma debe contar con el apoyo no solo de los partidos políticos, sino también con todo el pueblo”, destacó en Peña Guaba.
Dijo entender que el país necesita que se respete la Constitución, “es muy difícil hacerle llegar a la población de que la Reforma solamente se hace con un interés de permitir al Presidente de la República reelegirse, de obtener una nueva posibilidad de ser electo”.
“Lo primero, si tuviese que hacerse una reforma debe ir un referéndum, ese debe ser el consenso que cuente con el apoyo de la voluntad del pueblo y que sea aprovechada para otros temas de interés nacional”, añadió.
El secretario general del Foro Permanente de Partidos Políticos de la República Dominicana, puso en circulación el Cuaderno Electoral titulado “El Difícil Arte del Consenso”, de su propia autoría.
Peña Guaba sostuvo que la construcción actual del consenso político en torno a las leyes Electoral y de Partidos y Agrupaciones Políticas, es una exigencia de la gobernabilidad democrática.
Señaló que el consenso se conforma a partir de una constante evaluación de las demandas y los apoyos al Estado compatibilizados con los deseos de la sociedad a la que sirve. “Se trata de articular las aspiraciones sociales y las evaluaciones prácticas para constituir una idea de política aceptable para la mayoría de los miembros de una sociedad determinada”.
El autor identificó algunas prácticas que limitan el consenso entre las fuerzas políticas y lo convierten, de manera innecesaria y contraproducente, en un arte de muy difícil ejecución: la negación de la evolución de los partidos como organizaciones que se deben al grupo en el que actúan, y a los que se exige responsabilidad social creciente y sostenida, son sin duda algunos de los factores perniciosos más preocupantes.
Agregó que la sociedad ve a los partidos políticos como los culpables del desorden y el caos, como entidades que generan corrupción y que funcionan sobre la base del prebendalismo, el clientelismo y el populismo –y por si fuera poco, cuestan carísimo al erario–.