Más que una unidad integrada por civiles, dedicada a los asuntos relacionados con las Fuerzas Armadas, el Servicio Militar Obligatorio (SMO) fue una estructura paramilitar integrada por civiles, creada de manera oficial con fines propagandístico y de control político sobre la juventud masculina. Buscaba mostrar ante la población el poder de civiles armados que actuaban vinculados al Ejército y otras fuerzas militares, con los que el dictador Trujillo pretendía amedrentar a los dominicanos, a los exiliados oposicionistas y a los países con los que el régimen tenía dificultades en la región del Caribe.
Coincidiendo con la Guerra Fría
Después de un corto período en el que Trujillo pretendió presentar su gobierno como de tipo democrático, que aceptaba la disidencia ideológica y permitía la participación política opositora (1940-1946), en 1947 el mandatario dejó en claro que todo aquello era parte de maniobras con las que buscaba evadir la presión internacional, especialmente la proveniente desde los Estados Unidos.
En 1947 concluyó la referida etapa, al tiempo que se iniciaba en el ámbito internacional la “Guerra Fría” que enfrentó por décadas a los Estados Unidos de Norteamérica con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. En ese año, entre julio y septiembre, los exiliados radicados en Cuba organizaron el fallido intento conocido como “Expedición de Cayo Confites” y Trujillo se declaró “Campeón del anticomunismo en América”, logrando un visible acercamiento con el gobierno americano.
Las dificultades de Trujillo, en el campo de las relaciones internacionales comenzaron a ser superadas, facilitando la compra de armas y la modernización de su ejército. A la vez, se tomaron medidas para encuadrar a los dominicanos de sexo masculino a una organización de tipo militar formada por civiles; dirigida y organizada por oficiales de las Fuerzas Armadas, especialmente de la Marina de Guerra, con el fin expreso de que sirviera de apoyo al gobierno contra una posible expedición desde el exterior o en un enfrentamiento armado con países de la región.
Expediciones contra la dictadura
Con el apoyo del gobierno cubano de Ramón Grau San Martin, los exiliados dominicanos organizaron en Cuba, en 1947, la Expedición de Cayo Confites. El intento antitrujillista contó con los recursos económicos de Juancito Rodríguez García y la participación de cerca de mil doscientos hombres de diferentes nacionalidades, principalmente dominicanos, cubanos, venezolanos, guatemaltecos, nicaragüenses, españoles y puertorriqueños. Su fin inmediato: el derrocamiento de la dictadura de Trujillo. Sin embargo, las presiones del dictador y del gobierno americano contra el gobierno de Cuba, evitó la salida de los expedicionarios hacia República Dominicana. [1]
Posteriormente, en 1949, con el apoyo del gobierno guatemalteco del presidente Juan José Arévalo, y utilizando armas que fueron restos de la Expedición de Cayo Confites, exiliados organizaron la Expedición de Luperón, que tocó suelo dominicano por el poblado del mismo nombre, en las proximidades de Puerto Plata, el 19 de junio. Unos 15 expedicionarios de nacionalidad centroamericana, dominicana y norteamericana fueron cercados y aniquilados con un saldo de 10 muertos y 5 apresados. Entre los sobrevivientes se encontraban Horacio Julio Ornes Coiscou, Tulio H. Arvelo y José Rolando Martínez Bonilla.[2]
Motivos para el Servicio Militar Obligatorio
Los proyectos armados de los exiliados dominicanos, especialmente el de Cayo Confites, motivaron a Trujillo para que dispusiera organizar un “ejercito numeroso y bien armado” [3] y la conformación del Servicio Militar Obligatorio. Tal y como lo refiere el historiador Fernando Infante en su “Biografía de Trujillo”, ese organismo fue creado como instrumento “para causar efectos de propaganda frente a la tentativa de invasión que se había articulado y de advertencia frente a aquellos países con los cuales mantenía fuertes discordias por la intromisión de estos en las cuestiones internas dominicanas”.[4]
A partir de 1949, después del exterminio de los opositores en la zona de Luperón, el gobierno de Trujillo no tuvo sobresaltos relacionados con expediciones desde el exterior y la situación interna se mantuvo tranquila hasta 1959. Tampoco se organizaron, durante esos diez años, movimientos oposicionistas internos que pusieran en peligro la tranquilidad del régimen, pues todos los intentos fueron aniquilados antes de que tuvieran significación político-militar. Sin embargo, a partir de 1959, con las Expediciones de Junio, la formación del “Movimiento Revolucionario 14 de Junio” y la tensa relación de Trujillo con la Iglesia Católica, con los Estados Unidos y con algunos países caribeños, el ambiente político comenzó a ser menos tranquilo.
Durante los últimos catorce años de gobierno de Trujillo (1947-1961), el Servicio Militar Obligatorio (SMO), permaneció como modalidad compulsiva que abarcaba a la generalidad de los hombres hasta los treinta y cinco años, incluyendo a los tenidos como desafectos al régimen, quienes eran obligados a registrarse y luego llamados a participar durante meses en los programas de adiestramiento político-militar.
Creando el Servicio Militar Obligatorio.
El 18 de agosto de 1947, a solo días de la creación del Servicio Militar Obligatorio, el periódico La Nación publicó una foto de un desfile celebrado el 16 de agosto, como parte de la juramentación de Trujillo nueva vez como presidente, en la que se anota al pie que unos “cien mil hombres bien adiestrados” eran miembros de la “Reserva civil”. Un mes después, quedó formalmente establecido el SMO, mediante ley del Congreso Nacional número 1520 del 11 de septiembre de 1947, promulgada por el Poder Ejecutivo el 15 de septiembre y publicada en la Gaceta Oficial número 6690 del 18 de septiembre de 1947.
El objetivo de la formación de la estructura paramilitar oficial era la vigilancia de “la juventud, militarizarla y adoctrinarla políticamente. Su reclutamiento es muy original—dice José Cordero Michel en su obra “Análisis de la Era de Trujillo” (1959)—: es hecho en base a las denuncias sobre las personas que aún no lo han cumplido y que se distinguen por su oposición o pocas simpatías hacia el régimen. Es una verdadera maquinaria de desmoralización y de encuadramiento político-militar de la juventud dominicana”.[5]
De acuerdo con Eduardo Avilés Ramírez, en un artículo aparecido en el diario La Nación el 17 de septiembre de 1947, con la creación del SMO se perseguía hacer cumplir “la sagrada obligación militar que se establece, de preparase y entrenarse militar y moralmente, par cuando las circunstancias, el estado de alarma interior o de guerra, así lo exijan o cuando existan temores o amenazas de afuera que puedan comprometer las libertades públicas, y ponga en peligro las instituciones, oponiendo un antemural a los funestos designios de aquellos que pretendían atentar contra la soberanía nacional”.[6]
Una legislación para el Servicio Militar Obligatorio
La ley sobre el Servicio Militar Obligatorio número 1520 del 15 de septiembre de 1947, establecía en toda su parte un andamiaje jurídico exigente para que todas las personas de sexo masculino que se encontraran entre los 18 y 35 años de edad, se registraran en un censo preparado expresamente para llevar el control de los que estaban obligados a participar como miembros del SMO, en la demarcaciones donde tuvieren sus domicilios.
Las personas inscritas estaban al servicio de la estructura durante un año en tiempo de paz y supuestos a presentarse ante las autoridades cuando fueren llamados hasta haber cumplido los 35, en caso de emergencia, y 50 años de edad en caso de guerra. Por otro lado, el reglamento para el Servicio indicaba de manera expresa, que ese organismo estaba bajo la responsabilidad de la “Oficina Central de Inscripción Militar”, dependencia de la Secretaria de Estado de Guerra y Marina.
También establecía el reglamento que los integrantes del organismo, que actuaba a nivel nacional, serian seleccionados por sorteos para la asignación de armas de guerra, además de que todos los jóvenes en edad para hacerlo, debían de presentarse a las oficinas más cercanas al lugar de residencia para ser incluidos en el censo militar. A estos se les entregaría una libreta de inscripción con número de matrícula individual.[7]
El referido carnet o libreta del Servicio Militar debía ser portado por los que habían cumplido con la ley, y los militares estaban autorizados a reclamar la presentación de ese documento cuando detenían en las calles o en algún establecimiento comercial a los hombres. Junto a ese carnet también se pedían la cedula de identidad personal y la tarjeta de miembro del Partido Dominicano. De no presentarse uno de estos documentos, las personas podían ser llevadas apresadas a los cuarteles militares. Además, la presentación del carnet del SMO se hizo obligatoria para obtener pasaporte o para inscribirse como estudiante de la Universidad de Santo Domingo.[8]
La violación a la ley del Servicio Militar, en caso de que los candidatos a inscribirse no lo hicieran, era justificación para llevar a la justicia a los que no cumplieran con la misma, juzgados y sentenciados a prisión correccional de seis meses y muchas veces hasta condenados de varios años de cárcel, quedando incapacitados para desempeñar funciones y ser empleados públicos y enlistados como desafectos del gobierno.
El reglamento de la referida ley de Servicio Militar Obligatorio se publicó en septiembre de 1947. Posteriormente se emitieron otros decretos y aprobaron leyes relativas al funcionamiento del SMO, entre ellas:
El decreto 9678, de enero de 1954, publicado en la Gaceta Oficial número 7657, estableciendo la “Junta de Excepción”, responsable de tomar decisiones relacionadas con las personas que podían ser excluidas del Servicio.
Ley 3929 del 20 de septiembre de 1954. Aprobada por el Congreso Nacional por motivo de la firma del Concordato entre el Estado dominicano y la Santa Sede el 16 de junio del mismo año, exonerando del SMO a los miembros de la Iglesia católica.[9] Se debe hacer notar, que, en el marco de una actitud de persecución religiosa, miembros de la iglesia Testigos de Jehová fueron juzgados y condenados por negarse a inscribirse en el Servicio Militar.
En los días posteriores al ajusticiamiento del dictador Rafael L. Trujillo, el Congreso Nacional aprobó la ley número 5565 del 5 de julio de 1961, con la que se derogo la número 1520 de 1947, poniendo fin al odioso instrumento paramilitar.[10] El 7 de julio, por decreto número 6859, fue eliminado el reglamento número 4591 que establecía las normas de funcionamiento del Servicio.[11]
Integrantes del Servicio Militar
De acuerdo a fuentes confiables, la dirección del Servicio Militar Obligatorio, con asiento en la calle Isabel la Católica esquina Juan Barón, estaba próximo y era dependencia de la Fortaleza Ozama; dirigida por el mayor, que luego fue coronel, Pluyer Trujillo y por el teniente coronel Felipe Jacobo Trujillo. Estos oficiales, aun coincidiendo con el apellido del presidente de la República, eran ciudadanos cubanos, aunque algunos decían que por lo menos Jacobo Trujillo, una persona obesa que pesaba unas 300 libras, propietario de un negocio en Boca Chica y señalado como homosexual, se decía era pariente de presidente de la República. En cuanto a civiles directivos del Servicio, no parece que existieran puestos que la estructura era dirigida por militares.
En cuanto a los miembros enrolados en el Servicio, no existe una estadística confiable que nos ayude a determinar la cantidad de inscritos. Permanentemente la oficina encargada de llevar el censo recibía solicitudes en las medidas que los jóvenes iban llegando a la edad de adultos; pero por esa misma razón, el número de censado variaba pues mientras unos concluían el programa otros se estaban integrando. Debido a la represión del gobierno en estos casos y al miedo que sentían los dominicanos a la forma de aplicar sus leyes, se entiende que muy pocos se negaron a participar en el SMO.
Solo para que tengamos una idea de la cantidad de jóvenes registrados en el Servicio Militar, el historiador Nelson Moreno Ceballos en un escrito publicado en la Historia General del Pueblo Dominicano (2015), da la cifra de 234,000 inscritos a finales del 1947,[12] mientras que en mayo de 1949 el capitán del Ejército Juan Pérez Guillen, respondiendo a una solicitud del Agregado Militar de la Embajada de los Estados Unidos, aportó la cantidad de 19,535 miembros del Servicio Militar, que formaban parte de un selecto grupo que había recibido entrenamiento y aparece en el informe como “reserva del Servicio Militar Obligatorio”.[13]
El SMO: un aparato de control y propaganda
Durante los 14 años en que estuvo activo el Servicio Militar Obligatorio, los objetivos con los que fue creado se diluyeron gradualmente; de modos que el adiestramiento militar a que estaban sujetos sus integrantes en los primeros años, terminó convirtiéndose en simples caminatas mañaneras, dirigidas por oficiales del Ejército. Con ese aprendizaje, los miembros del SMO eran llamados a participar en los desfiles militares convocados para ciertas fechas previamente escogidas, en las que casi siempre estaba presente el presidente de la República.
De esa manera, las autoridades hacían creer a la población, a los exiliados y a los países de la región considerados enemigos o críticos de la dictadura, que Trujillo contaba, además de un ejército bien armado y preparado para la guerra, con un inmenso aparato cívico-militar capaz de responder en situaciones de emergencia.
Tal y como lo relataron algunas personas que formaron parte del SMO, el afán de las autoridades se centraba en la propaganda producida al mostrar a miles de civiles marchando uniformados con pantalones, camisas y kepis de color khaki, armados con fusiles inservibles y sin municiones, al compás de marchas marciales interpretadas por bandas de música que muchas veces resultaban opacadas por los alto parlantes que sustituían la instrumentada en vivo. En realidad, todo aquel aparataje se sumaba al control político de la juventud dominicana. El SMO, era también órgano represivo, de vigilancia y castigo contra los tenidos como sospechosos de no comulgar con la política del régimen.
Como ejemplo de lo referido anteriormente, resultó en grandioso espectáculo propagandístico la concentración y desfile de miembros de las Fuerzas Armadas y de miles de miembros del SMO, en el malecón de la ciudad de Santo Domingo, celebrado dos días antes de la inauguración de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre, el 18 de diciembre de 1955.
A este desfile, con el que Trujillo iniciaba la celebración de sus veinticinco años en el poder, se refiere el historiador Euclides Gutiérrez Feliz en su obra “Trujillo: monarca sin corona”, cuando dice:
“Miles de hombres, de todo el país, empadronados en el Servicio Militar Obligatorio, fueron concentrados en la ciudad capital. Uniformados de soldados, se les entregaba una ametralladora “Cristóbal”, de fabricación nacional, sin municiones y se integraban a unidades bajo el mando de militares profesionales. La mayoría de las bandas de música del interior fueron trasladados también a Santo Domingo, en aquel momento Ciudad Trujillo”.[14]
Notas y testimonios sobre el Servicio Militar
Resultan apropiados para la elaboración de este escrito, las notas periodísticas y los testimonios ofrecidos por personalidades que han investigado o conocieron de cerca la forma en que funcionaba el Servicio Militar Obligatorio, entre ellos la señora Naya Despradel, funcionaria del centro del información del periódico El Caribe (OGM), el capitán retirado de la Fuerza Aérea Ricardo Bodden y el periodista Bonaparte Gautreaux Pineyro (K-bito), por lo que comparto sus aportes:
1. La funcionaria del periódico El Caribe Naya Despradel, en su escrito titulado “Servicio Militar Obligatorio”, aparecido en el periódico El Caribe, aporta las siguientes informaciones:
Refiriéndose a las actividades de los miembros del SMO: “Entonces, ¿qué hacían? Pues, según informaciones recogidas, hacían marchas por los alrededores de donde hacían las prácticas diarias. (…). Para la realización de sus prácticas militares, a los hombres se les armaba con fusiles elaborados de madera o con carabinas sin percutores.[15]
En la ciudad de Santiago de los Caballero en enero de 1952 “la actividad se efectuó en el aeropuerto doméstico de la ciudad corazón. Luego de la exhibición, el batallón realizó un desfile por varias calles y avenidas de la ciudad santiaguera, tales como la avenida 16 de Mayo, calles 14 de Julio, Presidente Trujillo, Benito Monción, 16 de Agosto, 30 de Marzo, José Trujillo Valdez, 17 de Julio hasta la fortaleza San Luis”.[16]
Los integrantes del Servicio Militar Obligatorio, en abril de 1958, realizaron “demostraciones de armas en silencio, maniobras de infantería, y finalmente desfilaron por varias calles de Ciudad Trujillo, como se llamaba la capital dominicana, hasta la Fortaleza Ozama. En esa ocasión el cuerpo castrense celebraba el trigésimo curso de entrenamiento. Los militares recién graduados estaban vestidos de kaki amarillo y los alistados portaban fusiles”.[17]
En cuanto a los directivos del Servicio Militar, Naya Despradel aporta los siguientes datos: “Entre los dirigentes de este Servicio Militar se recuerda especialmente al teniente coronel Felipe Jacobo, por su manera dura de tratar a los conscriptos. Solo mencionar su nombre producía escalofríos. Jacobo fue uno de los jefes del Servicio, pero no comandaba tropas. Realmente no era dominicano, aunque era apellido Jacobo Trujillo. Se dice, sin corroborar, que era hijo de don Pepe Trujillo, es decir, hermano de padre de los Trujillo Molina”. Felipe Jacobo Trujillo decía “que no había hecho mal a nadie, y que simplemente había sido “un poco fuerte” cuando dirigía el servicio”.[18]
2. En entrevista realizada a Ricardo Bodden, capitán retirado de la Fuerza Aérea, el 14 de enero del 2019, aparecen las siguientes informaciones:
Sobre la ubicación de la oficina principal y de los directivos del Servicio Militar Obligatorio, plantea lo siguiente: “El servicio militar obligatorio se instituyo, como una lambiscaría de Trujillo con sus amos del norte, a raíz de la guerra de Corea; tenía su asiento en la calle Isabel la Católica esquina Juan Barón, dependencia de la fortaleza Ozama. Lo dirigía el mayor (después teniente coronel y coronel) Pluyer Trujillo”.[19]
Lugares en que se ejecutaban los ejercicios militares: “En la capital se practicaba en el estadio de béisbol que estaba en la Escuela Normal Presidente Trujillo. El adiestramiento en el estadio de la Normal lo dirigía el capitán Jacobo Trujillo. Se decía que ambos militares—se refiere también a Pluyer Trujillo—, aunque llevaban el apellido Trujillo en realidad eran cubanos. En cuanto a los pueblos, en ellos se entrenaba, se hacían las prácticas militares en los campos de pelotas o en los campos de aviación cuando los había. Era común que después de sacar la cédula, lo que se hacía a los 16 años de edad, los jóvenes debían inscribirse en el "servicio militar obligatorio".[20]
La forma para ingresar al SMO: “Para ingresar a las Fuerzas Armadas se estaba obligado haberse inscrito en el Servicio Militar Obligatorio. Aunque los jóvenes se podían inscribir antes de los 18 años, al cumplir esa edad eran llamados a empezar el servicio, el cual duraba 4 meses y se realizaba de lunes a sábado. Era posible registrarse en el Servicio Militar Obligatorio antes de cumplir la edad requerida, por recomendaciones hechas por algún alto oficial de las Fuerzas Armadas”.[21]
Era obligatorio portar el carnet que confirmaba se había cumplido con el SMO: “Cuando los militares, en horas de la noche, iban en patrulla a los cabarés, había que apagar la música y los hombres debían enseñar “los 3 golpes”: la cédula, la inscripción del partido Dominicano y el carnet del "servicio militar obligatorio".[22]
3. Del testimonio del periodista Bonaparte Gautraux Piñeyro (K-bito), quien fue vice ministro de la presidencia en el gobierno de Francisco Caamaño durante la Revolución de Abril de 1965, tomamos las siguientes informaciones:
Motivos para la creación del Servicio Militar Obligatorio: “Su creación formó parte del movimiento de pantalla de la tiranía de Trujillo para decirle a los antitrujillistas que se aprestaban a participar en la expedición de Cayo Confites que se organizaba en Cuba y como todo lo que ocurre en el Caribe, era un secreto a voces. No es casual que unidades de la Marina de Guerra cubana asaltaron el Cayo el 26 de setiembre de 1947, escasos 11 días después de la promulgación de la ley de Servicio Militar Obligatorio”.[23]
Obligatoriedad de inscribirse en el SMO: “Dado que era una ley del Congreso Nacional toda persona entre los 17 y 35 años acudía, o era enviado a buscar, para que asistiera a los ejercicios de orden cerrado (marchas) y a la sesión de trotes que se ejecutaban entre las 6 y las 8 a.m. La participación masiva de jóvenes en las marchas y ejercicios del SMO era con el propósito de decirle a los opositores al tirano que había mucha gente dispuesta a defender el régimen”.[24]
Instrumentos de “guerra” utilizados en las practicas: “No se usaban armas reales. Marchábamos con fusiles de madera. Si acaso en alguna ocasión hubo grupos que marcharon con fusiles, los mismos estaban descargados o eran obsoletos”.[25]
Lo que se enseñaba en el SMO: “El único modo de represión que pudiera ejercerse sobre alguna persona era mediante la exigencia de participar o, en su defecto, se sometía a la justicia a la o las personas, tal como establecía la ley. Además de los ejercicios de marchas, había un tiempo para la Academia, que era como los guardias designaban una serie de informaciones sobre cortesía militar”.[26]
“Ahí nos hacían memorizar los principios importantes tales como: en caso de incendio o desorden dar la alarma con tres disparos al aire, por ejemplo. Había otras indicaciones de una lista de una docena, aproximadamente. La otra parte era la cortesía militar que ordenaba respetar y saludar la bandera y el himno nacional y saludar al Generalísimo Trujillo cuando viniera hacia ti, a 30 pasos de distancia. Algo así. El SMO sirvió para crear conciencia de la importancia del cumplimiento del deber, llegar a tiempo, cumplir los compromisos, por ejemplo”.[27]
Ocasiones en que se activaban los miembros del Servicio Militar Obligatorio: “Cada vez que el régimen era informado sobre alguna amenaza exterior y cuando había grandes ocasiones y celebraciones del régimen, se activaba el SMO, se marchaba y luego se hacía un gran desfile, con miles de hombres, por el malecón”.[28]
Testigos de Jehová juzgados por violar ley del SMO
El 3 de marzo de 1952 la Corte de Apelación confirmó la sentencia de cinco años de trabajo público contra miembros de la “disuelta secta religiosa de los Testigos de Jehová, por negarse a asistir al Servicio Militar Obligatorio”.[29]
Los condenados, que antes fueron juzgados por la Segunda Cámara Penal en octubre de 1951, fueron Rafael Glass Mejía, León Glass Mejía, Francisco Madera Cabral, Valentín Glass Mejía y Demetrio Tomas Basset. Todos condenados como criminales “por negarse al Servicio Militar en momentos en que el país atraviesa un período de emergencia”. Antes, los implicados en la violación de la ley del SMO, habían permanecido prisioneros durante año y medio “por no haber asistido a otro llamado al Servicio Militar, en tiempo, en tiempo de paz”.
También se les acusó de injuria contra los poderes del Estado y violación a la decisión de la Secretaría de lo Interior, “que declaró disuelta la organización religiosa de la cual ellos dijeron ser seguidores”.[30] Como se puede ver, mientras a los miembros de la Iglesia Católica se les exoneraba de participar en el Servicio Militar Obligatorio, a los miembros de la iglesia Testigos de Jehová se les perseguía y condenaba por no inscribirse en el mismo.
El Servicio Militar Obligatorio llega a su fin
El 30 de mayo de 1961 el mandatario Rafael L. Trujillo fue ajusticiado. De inmediato, desde las primeras semanas de junio, se inició un agitado proceso de desarticulación y encubrimiento de las estructuras represivas del régimen, acompañando esto de algunos cambios en el tren gubernamental a la vez que en las calles aumentaba la presión popular. La coyuntura, evidentemente compleja, obligaba a una readecuación de la política del gobierno trujillista encabezado por Ramfis Trujillo y Joaquín Balaguer.
A tan solo un mes de la muerte del dictador, el gobierno procedió temprano a tomar medidas de corte populista para evitar las protestas y mantener el control del Estado dominicano: rebaja en los precios de los alimentos; disminución en la carga impositiva; facilidades para el ingreso de algunos exiliados; permisos para mítines oposicionistas; destrucción de la cárcel de La 40; la salida al exterior de los principales oficiales del Servicio de Inteligencia Militar (SIM); facilidades para la organización de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED) en la Universidad de Santo Domingo, así como la supresión de la Guardia Universitaria Generalísimo doctor Trujillo en la misma institución. Todas estas medidas fueron tomadas durante el mes de julio de 1961, incluyendo la decisión de suprimir el Servicio Militar Obligatorio.
El proyecto de ley para derogar el Servicio Militar Obligatorio fue introducido al Congreso y ponderado por J. Fortunato Canaán, aprobado en primera lectura en la sección del 4 de julio. La ley 1520 de 1947, que creo el SMO fue derogada por ley del Congreso número 5565 del 5 de julio de 1961, poniendo fin al odioso instrumento paramilitar. Por igual, el Poder Ejecutivo hizo publicar el decreto número 6859, el 7 de julio de 1961, eliminando el reglamento del SMO contemplado en el decreto 4591 de 1947.[31]
Tanto la supresión de la ley del SMO como de su reglamento, fue resultado de la presión popular y de los cambios que el gobierno de Ramfis y Balaguer introdujeron en el período de transición iniciado inmediatamente después de la muerte del tirano con el fin de retener el poder, pero ya todo estaba perdido. La muerte de Trujillo significó el final de la dictadura y de sus más odiosas prácticas abusivas contra la población civil.
(Notas bibliográficas: [1] Luis Gómez Pérez, “La resistencia a la tiranía trujillista”. En: Historia general del pueblo dominicano. Vol. V, pp. 631-689 (p. 641); [2] Ob. cit.,; [3] Eliades Acosta, La dictadura de Trujillo: documentos (1940-1949). T. II, Vol. 3. Santo Domingo, AGN, 2012, p. 225; [4] Fernando Infante, Biografía de Trujillo. Santo Domingo, Letra Grafica, 2009, p.126; [5] José Cordero Michel, Análisis de la Era de Trujillo. (1959). Santo Domingo, Efemérides Patrias, 2012, p.66; [6] Eduardo Avilés Ramírez, “El Servicio Militar Obligatorio”. La Nación, 17 de septiembre 1947; [7] En: Eliades Acosta, La dictadura de Trujillo: documentos (1940-1949,) Tomo II, volumen 3. Santo Domingo, AGN, 2012; [8] Véase oficio del Jefe de Estado Mayor del Ejército, fechado 11 de mayo de 1957. En: Eliades Acosta, La dictadura de Trujillo: documentos (1950-1961). T. III, Vol. 6. Santo Domingo, AGN, 2012, p. 368, 373. Véase también a Tirso Mejía Ricart, Grandes hitos de nuestra historia republicana 1821-2012. Santo Domingo, Editores Asociados, 2012, p.158; [9] Véase Gaceta Oficial número 7749; [10] Gaceta Oficial número 8587 del 7 de julio 1961; [11] Gaceta Oficial 8585 de julio 1961; [12] Nelson Moreno Ceballos, “Represión y crímenes”. En: Historia general del pueblo dominicano. Santo Domingo, ADH, 2015, Vol. V. pp. 591-630 (p. 603); [13] Véase el Informe del capitán del Ejército Nacional Juan Pérez Guillen del 24 de mayo de 1949. En: Eliades Acosta, La dictadura de trujillo: documentos (1940-1949). T. II, Vol. 3. Santo Domingo, AGN, 2012, p. 69; [14] Euclides Gutiérrez Feliz, Trujillo: monarca sin corona. Santo Domingo, Editora Corripio, 2006, p.387; [15] Naya Despradel, “Servicio Militar Obligatorio”. El Caribe, 8 de diciembre 2018; [16] Ob. cit. [17] Idem. [18] Idem. [19] Entrevista hecha por Alejandro Paulino R. al capitán retirado de la Fuerza Aérea Ricardo Bodden, 13 de enero del 2019; [20] Ob. cit.; [21] Idem; [22] Idem.; [23] Testimonio de Bonaparte Gautraux Piñeyro sobre el Servicio Militar Obligatorio, 15 de enero 2019; [24] Ob. cit.; [25] Idem.; [26] Idem.; [27] Idem.; [28] Idem.; [29] “Confirman a Testigos de Jehová 5 años de trabajos públicos”. El Caribe, 5 de marzo de 1952; [30] Ob. cit.; [31] Véase la Gaceta Oficial 8585 de julio 1961)