Quito, Ecuador (EFE).- El vicepresidente sin funciones de Ecuador, Jorge Glas, condenado este miércoles a seis años de prisión por un tribunal de primera instancia, es el político ecuatoriano de mayor rango condenado hasta ahora por la red de sobornos que sembró la constructora brasileña Odebrecht.
De 48 años, casado y padre de dos hijos, Glas llegó a la cúpula de la política ecuatoriana de la mano de Rafael Correa, quien en 2006 le puso al mando del llamado Fondo de Solidaridad, y desde entonces ha ido avanzando en los escalafones políticos junto a la llamada Revolución Ciudadana, el proyecto social y político del movimiento de izquierdas Alianza País.
De 2009 a 2010 fue ministro de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información, pero el período más crucial de su gestión como ministro, y relevante para la sentencia dictada, fue a partir de 2010, en el que comenzó a encargarse de los sectores estratégicos del país como titular coordinador.
En ese período abordó grandes proyectos nacionales por los que competía la firma brasileña Odebrecht, la que, según un informe difundido en diciembre de 2016 por el Departamento de Justicia de EE.UU., pagó 788 millones de dólares en sobornos en doce países de Latinoamérica y África.
En el caso de Ecuador, dicho informe señala que entre 2007 y 2016 la constructora pagó coimas por valor de 35,5 millones de dólares a "funcionarios del Gobierno", lo que supuestamente le generó unos beneficios de más de 116 millones de dólares.
La justicia ecuatoriana responsabilizó a Glas de beneficiarse de más de 13,5 millones de dólares con esos contratos, en los que tuvo también una participación activa un tío suyo Ricardo Rivera, otro de los condenados a la pena máxima contemplada en la ley.
Nacido en el seno de una familia modesta de Guayaquil, Glas conoció a Correa desde su juventud, cuando se gestó entre ambos una duradera e inquebrantable amistad que ni el veredicto ha conseguido romper.
"¡Condenaron a un inocente! Un juicio lleno de tantas irregularidades tendrá que ir a instancias internacionales", se quejó el carismático exmandatario a través de su cuenta de Twitter poco después de conocer la sentencia, que la Defensa de Glas ha adelantado que apelará.
Correa acusó a su sucesor y correligionario, Lenín Moreno, de haberle hecho la cama a su amigo para codiciar la Vicepresidencia del país y sacar del Gobierno a sus partidarios.
A este cargo, Glas había llegado por primera vez en la elecciones de 2013, a las que se presentó en tándem con Correa.
Aunque ellos lo niegan, juntos son responsabilizados por una parte de la sociedad ecuatoriana como los artífices de la persecución a ciertos medios de comunicación, de la privación de algunas libertades y de un gobierno arbitrario, por lo que no sorprende la alegría de numerosos ecuatorianos al verlo condenado.
Uno de ellos, el exasambleísta de oposición César Móntufar, al frente de la acusación particular, dijo que la sentencia es un inicio para "acabar con el régimen de impunidad que ha regido en la última década".
Diez años de Gobierno de Alianza País que, por dinámica propia, debía haber conducido hasta la Presidencia al popularmente conocido como "ingeniero Glas" (estudio ingeniería en Electricidad y Electrónica en la Escuela Superior Politécnica del Litoral), un camino que se vio truncado en 2016 cuando el movimiento buscó un sustituto a Correa.
Ecuador estaba ya sumido desde hacía tiempo en una profunda división a escala nacional, y la resistencia y hasta odio que Glas generaba entre el electorado más amplio -hay quien dice que dentro también de algunos sectores del propio movimiento de izquierdas-, hicieron decantar la balanza a favor de la cara más amable que representaba Lenín Moreno.
Moreno tuvo una alta aceptación social durante los primeros años de Gobierno de Correa, cuando como vicepresidente lideró una campaña en favor de los discapacitados en todo el país.
Lenín Moreno y Jorge Glas vencieron en las elecciones de abril pasado en una campaña con un fuerte apoyo de Correa, pero poco después de iniciar la actual administración, diferencias políticas llevaron al gobernante a retirarle las funciones a Glas, quien ya estaba siendo procesado por el caso Odebrecht.
Glas, quien el 2 de octubre ingresó en la cárcel 4 de Quito para cumplir una orden de prisión preventiva, ha asegurado siempre que las acusaciones en su contra responden a una persecución política en un supuesto contubernio con ciertos sectores de la prensa. EFE