SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El dirigente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Guido Gómez Mazara, señaló que la reacción de los incumbentes de la SCJ, TSE y TC respecto de los cuestionamientos al funcionamiento de esas instancias, lleva a la conclusión de que los hechos sirven para colocar en su justo contexto la “reiterada vocación por pretender tapar el sol con un dedo”.
El dirigente político afirmó que los resultados de la reciente encuesta Gallup-Hoy respecto de la valoración existente en la ciudadanía alrededor del sector justicia, “conmueve y preocupa”, debido a la muestra de desconfianza en ese sector expresado por los dominicanos.
En ese sentido, Gómez Mazara, a través de una misiva enviada a Acento.com.do, expuso que los escándalos, impugnaciones y posturas indecorosas en el poder judicial han generado pánico en juristas independientes, intelectuales, empresarios, sociedad civil y políticos con sentido de compromiso institucional, sin que se hagan esfuerzos reales de remediar la situación.
“Y como de costumbre, la ‘salida’ se reduce a campañas publicitarias y cooptación de reconocidas plumas de alquiler que terminan profundizando los niveles de descrédito”.
A continuación, el texto íntegro enviado por Gómez Mazara a Acento.com.do
7 de Febrero del 2016
Santo Domingo, D.N.
Licenciado
Fausto Rosario
Director Periódico Acento
Su Despacho.
Estimado Fausto:
Lo resultados de la encuesta Gallup-Hoy respecto de la valoración existente en la ciudadanía alrededor del sector justicia conmueve y preocupa. Desafortunadamente, 93 % de los abordados emitieron una terrible opinión que debe conducir a una reflexión seria donde actores importantes de la sociedad asumamos una mayor responsabilidad, debido a la proximidad de cambios en el sector, pautados en primer grado para Agosto del presente año, donde los jueces del Tribunal Superior Electoral (TSE) serán reemplazados.
Resulta irónico el afán de importantes miembros de las Altas Cortes y del Presidente de la Suprema Corte de Justicia en no escuchar las voces de múltiples instancias sobre su desempeño. Los escándalos, impugnaciones y posturas indecorosas han generado pánico en juristas independientes, intelectuales, empresarios, sociedad civil y políticos con sentido de compromiso institucional. Y como de costumbre, la “salida” se reduce a campañas publicitarias y cooptación de reconocidas plumas de alquiler que terminan profundizando los niveles de descrédito.
El que recoge la reacción de los incumbentes de la SCJ, TSE y TC respecto de los cuestionamientos al funcionamiento de esas instancias llega a la conclusión de que los hechos sirven para colocar en su justo contexto la reiterada vocación por pretender tapar el sol con un dedo. Desde “ confiar en sus jueces”, pasando por “ recordarle a un partido la factibilidad de recurrir a las vías de derecho hasta “culpar a un reducido sector de atentar contra la soberanía” constituyen la jurisprudencia del desdén y material de escarnio para una justicia que debería ser la base esencial del sistema democrático nuestro.
Aunque el pecado original data de muchos años, el pacto político que distribuyó cuotas de poder desde el año 2011 en todo el sector justicia y las Altas Cortes sirvió de muro de contención para que las reformas institucionales reales hayan sido dilatadas por agendas amigas de la complicidad y fascinadas por estimular decisiones divorciadas del interés jurídico y cargadas de compromisos partidarios. Y todos hemos perdido. Si los magistrados Mariano Germán, Milton Ray Guevara y Mariano Rodríguez no lo saben, favor de hacerle llegar a sus respectivos despachos los resultados de la encuesta Gallup-Hoy.
Lo dramático es que gente inteligente y de innegable formación se desdoblen y tiren por la borda respetos alcanzados a cambio de posiciones de poder. Era Simón Bolívar que repetía la frase de que “ el talento sin probidad era un azote”. ¡Sobrada razón tenía!. No dejo de pensar en la tragedia de los intelectuales dominicanos que en el año 1936 solicitaron al Comité Nobel del Parlamento Noruego la entrega del Nobel de la Paz al dictador, Rafael Trujillo Molina. ¿Cómo pensadores del nivel de Julio Ortega, Leoncio Ramos, Arturo Logroño, Jacinto B Peynado y Manuel Troncoso de la Concha cometieron semejante desatino?. Parece que una de las tragedias nacionales vincula a muchos hombres de letras a ejercicios de genuflexión frente al poder.
Si nadie se lo ha dicho, Mariano Germán debe saberlo. La instancia que preside no aguanta mayor nivel de cuestionamientos. Inclusive, los magistrados sujetos a investigación constituyen una prueba insignificante de los escándalos donde las conexiones familiares y la arquitectura del crimen está amparada en arreglos de una mano habilidosa que toca la música de su conveniencia desde que ocupaba la procuraduría general de la república. Y colorín colorado.
Lo de Milton Ray Guevara es penoso. Su presidencia en el Tribunal Constitucional si bien es cierto le llenó un vacío existencial y provocó que su rostro se constituyera en una jugada perfecta para visibilizar un exponente de la “oposición”, su gestión es una versión efectiva de bovarismo constitucional. Afanado por negar años de planteamientos públicos, ese tribunal tiene la versatilidad de alojar en sus asientos a magistrados diestros en combustibles y estaciones gasolineras, activistas partidarios definidos por un lider histórico con valor inferior al de un papel higiénico usado y herederos de honorabilidades paternas. Además, el hecho de que ese edificio se estableciera en la parte baja del INESPRE se tiene la impresión que, al igual que en los mercados populares, allí todo se vende.
Con Mariano Rodríguez y el TSE el país ha sido testigo del uso politiquero de un instrumento llamado a salvaguardar los derechos electorales. Y el desprestigio que recae sobre esos ¿jueces? no tiene precedentes. Nóminas para colocar a familiares, adquisición de yipetas, reuniones privadas con uno de los sectores envueltos en disputas, magistrados que cobraran pensiones en la JCE y sus salarios en el TSE. Con la gravedad terrible de que, antes de terminar su período en agosto del año en curso, todos los reclamos que surgan con posterioridad al 15 de mayo serán administrados por gente en capacidad de utilizar su rol es ese proceso para ser promovidos a la Junta Central Electoral (JCE) o ratificados en el TSE. Para nadie es un secreto que el magistrado Mariano Rodríguez aspira a la presidencia de la JCE y John Guiliani pretende el primer asiento en el TSE. Y en la conquista de ese último objetívo, el primero apela a su eterna mano protectora y el segundo al senador, candidato a la repostulación y dirigente con jerarquía partidaria en el PLD.
No es un secreto para nadie que la velocidad del proceso electoral no permite la discusión de los temas que sí son esenciales para la vida institucional. Los candidatos andan buscando votos. Ahora bien, ni a la oposción ni a Danilo Medina le hace bien gobernar una sociedad con el dramático cuadro de desmadre ético que padece el TSE, TC, SCJ y que lo retrató con porcentajes claros la encuesta Gallup-Hoy.
El país no puede seguir prisionero de tantas iniquidades. Así como se describen las impugnaciones al sector justicia, tengo la impresión de que no llegamos a percibir un verdadero interés por cambiar el rumbo. Por el contrario, el que ausculta la excesiva confianza mostrada por los miembros de esas instancias podría repetir la frase de Aristóteles: los que se parecen se juntan.
Finalmente, apelo a usted y al periódico HOY convencido de que sus páginas representan una ventana de aire fresco en medio de tanta podredumbre y deterioro de la institucionalidad democrática.
Afectos y cariño,
Guido Gómez Mazara.