Finalizada la guerra civil de 1965 con la firma del Acta de Reconciliación Nacional, el gobierno provisional del doctor Héctor García Godoy gobernó la República con la responsabilidad de organizar las elecciones generales que fueron celebradas el 1 de junio de 1966. Joaquín Balaguer, que había abandonado el país en 1962 repudiado por su condición de “muñequito de papel” de la dictadura de Trujillo, regresó triunfal en los brazos del poder extranjero, electo en un sospechoso certamen electoral en el que su oponente, el profesor Juan Bosch, fue impedido de promover su candidatura, mientras el país continuaba ocupado por las tropas norteamericanas.

El 1 de julio el nuevo presidente tomó posesión de su alta investidura procediendo a reorganizar el Estado. De inmediato dispuso un plan de austeridad que congelaba los salarios de los trabajadores a la vez que rebajaba los sueldos de los funcionarios del gobierno. En el aspecto político el presidente Balaguer gestionó la colaboración del Profesor Bosch y del Partido Revolucionario Dominicano con su gobierno, logrando reunirse en más de una ocasión con el presidente del PRD y consiguió el consentimiento de líderes del mismo, a los que ofertó importantes posiciones en el tren gubernamental

Con relación a los altos mandos de las Fuerzas Armadas, el gobernante se movió en medio de una tensa calma cargada de rumores de golpe de Estado lo  que provocó cambios en las más importantes dotaciones militares del país, aunque Balaguer declaró a la prensa sin dejar de negar las  dificultades, que no creía que las versiones de conspiración militar fueran ciertas.

Por otro lado, desde el mes de julio en que fue juramentado, el doctor Balaguer promovió una estrategia que perseguía limitar las actividades de los constitucionalistas y de los partidos de izquierda. Se dio inicio a un programa de allanamientos en busca de armas de fuego y se tomaron medidas para “suprimir el terrorismo”, las que también incluía restringir las actividades políticas en actos públicos y una “campaña para recoger textos comunistas”.

Las reformas incluyeron la modificación de leyes para supuestamente impulsar el desarrollo económico y la proclamación de una constitución que sustituyera la de abril de 1963, que hasta ese momento había prevalecido como ley fundamental de la República Dominicana.   La nueva carta magna fue proclamada el lunes 28 de noviembre de 1966 y considerada como un retroceso para la vida democrática de los dominicanos. 

La actitud de Juan Bosch, presidente del PRD, ante la situación que se estaba desarrollando no se puede decir que fuera de complacencia; pero sí dio muestras de facilitar que el nuevo presidente,  que había enfrentado en las elecciones de junio, pudiera afianzarse en el poder, lo que evidentemente había formado parte de las conversaciones sostenidas entre los dos dirigentes políticos.

Juan Bosch trazó como línea política la de promover una oposición que desde el congreso apoyara las decisiones que fueran favorables para el pueblo y de crítica y rechazo a las medidas negativas. Justificó su posición diciendo que si bien el “PRD perdió las elecciones por fraude, por coacción o por lo que fuere” eso no impediría que su partido hiciera una oposición “democrática, honrada y creadora” lo que facilitó la colaboración de altos dirigentes del PRD con el gobierno como sucedió con  Antonio Martínez Francisco y de José A. Brea Peña, a los que Bosch protegió al momento en que se propuso expulsarlos de la organización, lo que fue rechazado por él al considerar que los organismos que estaban planteando esas sanciones no tenían calidad para proponer la expulsión de los dirigentes.

Fue en ese ambiente de avance de las fuerzas conservadoras encabezadas por el gobierno del Partido Reformista, que el Profesor Bosch, que había regresó del el exilio el 25 de septiembre de 1965, ahora volviera a tomar  la determinación de ausentarse del país con el propósito de tomar un descanso y dedicarse a la redacción de las tesis política, agraria y sindical del PRD.

Desde las primeras semanas de julio ya el profesor Bosch venía dando señales y así apareció en la prensa, de que su interés estaba puesto en la redacción de textos que sirvieran de fundamentación política para el desarrollo del PRD, que “se convertirían en las bases doctrinarias del partido blanco cuando se discutan en la convención nacional”  y descansarían en “el análisis de la composición sociológica” de la actual “composición social dominicana y su relación con un movimiento obrero democrático y nacionalista”.

El anuncio de su viaje fuera de la República Dominicana estuvo precedido de una larga entrevista con el doctor Balaguer celebrada el 13 septiembre en la Nunciatura Apostólica, de la que se publicó:  solo fueron tocaron temas relativos al estudio de la situación económica por la que atravesaba el país. Su decisión de visitar a España se formalizó en el marco de la cuarta Convención Nacional del PRD, el 30 de octubre de 1966.

Para esa fecha, las señales que daban las autoridades parecerían apuntar a un enfriamiento de las relaciones del líder del PRD con el presidente de la República o que  no estaban del todo claras, ya que el día de la Convención  el vehículo utilizado para que Bosch se trasladara al evento fue en dos ocasiones abusivamente registrado por efectivos policiales y militares. Mas bien, parecía se le estaba presionando para que abandonara el país.

La Convención del PRD recibió las explicaciones de las razones que justificaban la salida de Bosch, la que se prolongaría por “dos o tres meses”. El ex presidente de la República  observó que los perredeistas no tenían razón para preocuparse pues antes estuvo en el extranjero por más de una ocasión y el partido no se dividió. El máximo organismo del PRD aprobó su viaje y su renuncia como presidente de la organización y  eligió a José Francisco Peña Gómez como Secretario General. Desde entonces y hasta 1970  el Prof. Bosch  quedaría como “asesor” de la dirección de su partido,  condición aprobada por aclamación.

Posterior al importante evento partidario, el dirigente politico declaró a la prensa que entre sus planes se encontraba el de escribir un libro de texto sobre la historia dominicana, pero que no tenía en su mente dedicarse a publicar libros de cuentos, género literario favorito y al que estuvo dedicado desde su juventud. La entrega de premios en el concurso de cuentos de la agrupación La Mascara el 20 de noviembre, fue la última actividad pública antes de su partida.

El 26 de noviembre Bosch se marchó  vía Curazao de donde pasó a Caracas y desde allí viajó a España.  Extrañamente, y esto puede dar una señal sobre el interés puesto por el gobierno a la salida del líder del PRD,  su traslado a Punta Caucedo, como era llamado el Aeropuerto Las Américas en aquellos tiempos, lo hizo escoltado por una Comisión de funcionarios civiles y militares, mientras los dirigentes de su partido lo esperaban en la terminal aérea. En la Comisión oficial se encontraban Víctor Hidalgo Justo, secretario de Educación, Fernando Álvarez Bogaert de Agricultura, y el subjefe de la policía nacional.

Conocida la partida al extranjero, Su residencia en Santo Domingo que estuvo bajo vigilancia policial por mucho tiempo, fue allanada por efectivos policiales y autoridades judiciales que dijeron buscar armas de fuego, el 4 de diciembre. Desde entonces, todas las personas que entraban o salían de la vivienda eran minuciosamente registradas. 

En el viejo continente Juan Bosch residió en Benidorm, España, donde se concentró en la historia y la literatura, resultando la “Dictadura con respaldo popular” el texto anunciado antes de su partida y el de mayor trascendencia como teoría política del PRD durante los doce años de gobierno del doctor Joaquín Balaguer.