Brasilia, Brasil (EFE).- El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, destituyó este lunes al colombiano nacionalizado en Brasil Ricardo Vélez Rodríguez, titular del Ministerio de Educación y cuya gestión se vio envuelta en múltiples polémicas y ha provocado disputas internas dentro de la cartera.
La decisión, que el mandatario había dejado entrever desde el pasado viernes, fue confirmada por el propio Bolsonaro a través de las redes sociales, donde anunció el nombre de su reemplazo.
"Comunico a todos el nombramiento del profesor Abraham Weintraub en el cargo de ministro de Educación", publicó Bolsonaro en su perfil de Twitter, su medio de comunicación preferido.
En su mensaje, el mandatario brasileño se refirió de manera escueta al filósofo colombiano. "Aprovecho para agradecer al profesor Vélez por los servicios prestados", señaló.
Según Bolsonaro, el nuevo jefe de la cartera de Educación "es doctor, profesor universitario y posee amplia experiencia en gestión y el conocimiento necesario para la cartera".
La gestión de Vélez Rodríguez al frente de la cartera de Educación estaba siendo cuestionada por las disputas internas que se venían presentando entre los diferentes grupos de poder del ministerio, y que provocaron una serie de despidos y renuncias, entre ellas las de tres viceministros.
El filósofo colombiano de 75 años entró a formar parte del Gabinete ministerial de Bolsonaro desde el inicio del Gobierno, el 1 de enero pasado, por recomendación del gurú ultraconservador Olavo de Carvalho, uno de los mentores del mandatario.
Vélez Rodríguez, quien fijó su residencia en Brasil en 1979, también ha protagonizado diversas polémicas por sus declaraciones.
La más reciente se dio por una mención que hizo del fallecido narcotraficante colombiano Pablo Escobar, uno de los personajes más sanguinarios de su país natal, a quien puso como ejemplo de conducta para que los jóvenes no consumieran drogas en la escuela.
"Pablo Escobar había reservado campos de fútbol para los jóvenes y una pequeña biblioteca. De esa forma, los jóvenes no consumían cocaína porque este producto estaba orientado a la exportación", sostuvo el ministro durante una intervención durante una audiencia pública en la Cámara de Diputados.
Haber dicho que los brasileños se comportan como "caníbales" en sus viajes al exterior y anunciar "cambios progresivos" en los libros de texto para que "los niños puedan tener la idea verídica" y "real" del golpe de Estado de 1964 y de la dictadura militar que se estableció después hasta 1985 fueron otras polémicas que se originaron con el ministro, un anticomunista declarado y enemigo de lo políticamente correcto.
La peor evaluación después de 3 meses
El presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, registró la peor evaluación que algún mandatario del gigante sudamericano, elegido democráticamente, haya tenido tras cumplir tres meses de gobierno, según sondeo divulgado el pasado domingo.
Desde que la democracia regresó a Brasil en 1985, el Gobierno de Bolsonaro es el peor calificado por los brasileños en el inicio de un primer mandato.
De acuerdo con el estudio, adelantado por la firma Datafolha, un un 30 % de los brasileños consideró que el gobierno del ultraderechista fue malo o pésimo durante los primeros tres meses.
El índice fue semejante al de los brasileños que creen que Bolsonaro ha realizado una excelente o buena gestión (32 %), o para aquellos que la han encontrado regular (33 %). Un 4 % de los entrevistados, no opinó sobre el tema.
Los antecesores del ultraderechista, los expresidentes Luiz Inácio Lula da Silva, (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016), líderes del progresista Partido de los Trabajadores y fuertemente criticados por Bolsonaro por sus ideas de izquierda, solo tuvieron la desaprobación de los brasileños en un 10 % y en un 7 %, respectivamente, durante los 100 días de mandato de sus primeras gestiones. EFE