SANTO DOMINGO, República Dominicana.-La familia Castillo, cuyo líder es el abogado Marino Vinicio Castillo Rodríguez, acaba de anunciar su renuncia a los cargos que disfrutaba en el Estado dominicano, supuestamente porque se opone por principios a una reforma constitucional sin referendo para propiciar la repostulación del presidente Danilo Medina.
Sin embargo, desde que Marino Vinicio Castillo (Vincho) apoyó el continuismo del dictador Rafael Leónidas Trujillo, que gobernó desde 1930 a 1961, hasta el presente, con su partido Fuerza Nacional Progresista (FNP), este reputado abogado y familia en distintas épocas han apoyado la reelección.
Marino Vinicio Castillo apoyó al dictador Trujillo, a quien sirvió como “diputado” por designación, no por elección, casi al final del su sangriento régimen. (ganar las diputaciones por designación parece una virtud inherente a esta familia).
Posteriormente, aun cuando expresó su desacuerdo con el golpe de Estado contra el presidente Juan Bosch (25 de septiembre de 1963), no enfrentó al gobierno dictatorial que surgió a raíz del derrocamiento del primer gobierno libremente elegido después de más de 30 años de dictadura.
Cuando estalló la Revolución Constitucionalista de 1965, que este 24 de abril cumplirá 50 años, Vincho Castillo no expuso su vida como lo hicieron los jóvenes de la izquierda revolucionaria y de otras fuerzas políticas que lucharon para reponer al gobierno legítimo de Bosch.
Tampoco lo hizo para defender al país de la invasión de los Estados Unidos que buscaba frustrar las aspiraciones democráticas del pueblo dominicano.
Aunque Vincho Castillo dio su apoyo a la lucha revolucionaria, lo hizo sólo en palabras. Rápidamente desapareció, pues no tomó las armas para defender el suelo patrio invadido (Ver el libro Uno de esos días de abril, de Pedro Conde Sturla).
Luego, cuando de la ocupación surgió el gobierno derechista y pro estadounidense de Joaquín Balaguer (Ver el libro Cómo los americanos ayudaron a colocar a Balaguer en el poder en 1966, de Bernardo Vega), rápidamente Vincho Castillo disfrutó de nuevo de los privilegios del Estado (Ver capítulos XI, XIII, XV del libro El reinado de Vincho Castillo. Droga y política en República Dominicana 2da edición, de Fausto Rosario Adames).
Vincho Castillo nunca se opuso a la reelección de Balaguer, en momentos en que el pueblo dominicano sufría los asesinatos, las deportaciones y la persecución de miles de ciudadanos y ciudadanas por sus ideas políticas. Tampoco reparó en que Balaguer hizo aprobar una Constitución que eliminó todas las conquistas democráticas y liberales de la Constitución de 1963.
La Constitución sobre la cual se apoyó Joaquín Balaguer fue el fruto de una alianza de las fuerzas más conservadoras de la sociedad dominicana y del gobierno de Estados Unidos. Pero incluso esa Constitución fue irrespetada una y otra vez por Balaguer, que cínicamente la llegó a calificar de simple “pedazo de papel”. Pero Vincho Castillo nunca se opuso al continuismo de Balaguer.
Estuvo el abogado Marino Vinicio Castillo en los escarceos para desconocer el triunfo del PRD sobre el PR en 1978, cuando se produjeron el “gacetazo” (alteración de una ley para que la Junta Central Electoral convocara rápidamente a “elecciones complementarias” en 11 demarcaciones, alegando “fraude”, y el “fallo histórico” mediante el cual Balaguer se hizo de manera espuria con 4 senadurías que su partido no había ganado.
Mantuvo un fuerte activismo como opositor a los gobiernos de Antonio Guzmán y Salvador Jorge Blanco, pero la FNP no pasó de ser un pequeño partido ultraderechista, montado en esos años sobre el “anticomunismo”, siempre defendiendo a las Fuerzas Armadas, a la Policía Nacional y a la cúpula de la Iglesia Católica.
“Ah, claro el problema es que él (Leonel Fernández) no quiere. Ojalá se decidiera. Cómo no, sería una alegría para mí, porque sería el triunfo de mi posición”
Con el regreso de Balaguer al poder en 1986, Vincho Castillo sometió a la justicia a Salvador Jorge Blanco y a varios de sus ex funcionarios, por alegados hechos de corrupción. En esos momentos gran parte del pueblo dominicano lo apoyó y aplaudió, convencido de que era un auténtico luchador contra la corrupción.
El resto de la historia es conocida. Desde 1993, el derechista partido FNP, de los Castillo, pactó con el PLD. Fracasó en su intento de convertir a Vincho Castillo en Senador del Distrito Nacional, en los comicios de 1994, en la boleta del PLD.
En 1996 se enganchó en el llamado Frente Patriótico, liderado por Balaguer y Bosch, que llevó al poder por primera ocasión al PLD y a Leonel Fernández.
Leonel Fernández, que llevó al PLD hacia la derecha más conservadora, le concedió toda clase de privilegios a la familia Castillo. A su vez, Vincho y sus hijos, dueños de FNP, se convirtieron en incondicionales de Leonel Fernández, apoyándolo y defendiéndolo en todo.
Defendieron los amagos reeleccionistas de su primer gobierno (1996-2000); la reelección de 2008 y los intentos de reforma constitucional luego de 2010 para intentar postular de nuevo a Leonel Fernández en 2012.
El 15 de abril de 2010, el periódico El Nacional publicó las siguientes declaraciones de Marino Vinicio Castillo, en las que expresa el apoyo a la reelección de Fernández y elogia al mismo tiempo a Balaguer:
“Si a Balaguer (Joaquín) tú le dabas los primeros cuatro años no se hacen once presas, que hizo, ni se hacen las cosas que hizo”, dijo.
“Manifestó que no es un secreto su postura, puesto que nunca ha ocultado que apoya la repostulación presidencial y señaló que lo ideal sería que el mandatario (Leonel Fernández) se decida por repetir en el gobierno”.
“Ah, claro el problema es que él (Leonel Fernández) no quiere. Ojalá se decidiera. Cómo no, sería una alegría para mí, porque sería el triunfo de mi posición”.
Las posiciones asumidas durante toda su vida se contradicen con la rabiosa oposición actual de los Castillo a la reforma de la Constitución para restaurar la reelección y permitir la repostulación del presidente Danilo Medina.