Traducción por Iván Pérez Carrión

PUERTO PRÍNCIPE, Haití.- Una alianza de la oposición haitiana está evitando reunirse con una misión regional de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que viajó esta semana a la nación caribeña para ayudar a aliviar una crisis política por la que se han pospuesto indefinidamente las elecciones.

Samuel Madistin, portavoz del Grupo de los Ocho, que incluye al candidato presidencial que obtuvo el segundo lugar en la primera ronda, Jude Celestin, afirmó ayer lunes que la misión de la OEA, organización de la cual Haití es un estado miembro, “no es bienvenida” y que es “incapaz de desempeñar un papel como mediador”."

“La OEA no ayuda a Haití a salir de la crisis. Crea más crisis”, dijo Madistin, a la vez que señaló el papel que tuvo el órgano en las elecciones de 2010 en las cuales Celestin quedó eliminado de la segunda vuelta después de que su segundo lugar fue impugnado por los observadores extranjeros que se quejaban de “irregularidades”.

La nueva misión de la OEA está encabezada por Ronald Sanders, un viejo diplomático que preside el consejo permanente del organismo con sede en Washington. Los miembros llegaron el domingo respondiendo a una petición del presidente Michel Martelly.

El gobernante haitiano está obligado a dejar el cargo el 7 de febrero de acuerdo con lo que dispone la Constitución de Haití.

En un comunicado emitido el martes, Sanders dijo que el grupo de la OEA “hablará con tantos grupos como sea posible”, en lo que describió como una misión de investigación que no “interferirá, se inmiscuirá o mediará” en los asuntos haitianos.

Hasta el momento, se han reunido con funcionarios incluidos Martelly, los líderes de la legislatura bicameral de Haití, y miembros de diversos partidos políticos en el Senado.

Sanders describió las conversaciones como constructivas, “sobre todo porque están apuntando hacia una solución a la crisis actual".

El presidente del Senado, Jocelerme Privert, un legislador de la oposición, dijo que las autoridades están tratando de diseñar una solución viable después de revisar una serie de planes para el camino a seguir, entre ellos, uno propuesto por el Grupo de los Ocho.

La misión de la OEA se reunió durante dos horas con el Senado de Haití, y explicó los intereses que la han llevado al país.

Algunos senadores manifestaron la percepción negativa que tiene el pueblo haitiano de la OEA, organismo del cual Haití no es solo un miembro, sino que debe ser considerado como uno de los países que asistió al nacimiento de la institución.

Los funcionarios de la OEA dijeron que parece haber cierta medida de consenso a favor de un plan que haría que Martelly dejara el cargo, como estaba previsto, el 7 de febrero; un gobierno interino asumiría el poder, y que se llevaría a cabo una segunda vuelta electoral dentro de un par de meses, por lo cual un líder electo podría tomar posesión del cargo.

Kenneth Merter, coordinador especial del Departamento de Estado EE.UU. para Haití, dijo a Prensa Asociada que él cree que la gran mayoría de los haitianos quieren que el proceso electoral interrumpido se lleve a efecto.

Añadió que espera que los negociadores haitianos puedan encontrar en breve una “buena solución que le dé a todos algo de lo que quieren, pero que Haití siga adelante”.

Merten insistió en que Washington no tiene interés en un resultado específico; que EE.UU. quiere que los haitianos decidan democráticamente sobre su próximo líder para “no tener un pequeño grupo de personas que deciden el destino del país”, dijo Merten.

Las recientes protestas violentas, avivadas por la oposición y las contra-protestas organizadas por el partido de Martelly han incrementado las tensiones.

Haití tenía previsto celebrar una segunda vuelta presidencial y legislativa enero 24. Sin embargo, pero el ahora maltrecho consejo electoral provisional canceló por segunda vez los comicios, en medio de protestas y la sospecha de que la primera ronda se vio empañada por el fraude generalizado a favor del candidato seleccionado por Martelly, Jovenel Moise.

El segundo finalista, Celestin, rechazó los resultados de la primera ronda que calificó de “farsa” y anunció un boicot a la segunda vuelta.

Si bien se ha producido una serie de boicots de la oposición en las últimas décadas, los historiadores dicen que esta fue la primera vez en la joven democracia de Haití, que un candidato presidencial boicotea la segunda vuelta después de calificar para participar en ella.