La designación del nuevo procurador sigue envuelta en la neblina para la opinión pública.  Fue más fácil confirmar al Gobernador del Banco Central que al procurador. Del primero se espera una política económica estable y prudente. Del segundo se espera justicia y por tanto, lesiones, dolores y conflictos.

El gobierno electo puede que no haya entendido bien el humor nacional; la reputación que precede al nuevo presidente es la de un tipo conciliador y prudente, enemigo de las confrontaciones y conflictos por eso la preocupación de unos aumenta y el alivio de otros también.

El cargo de Procurador General de la República es la piedra angular del nuevo gobierno y definirá desde el principio la linea de trabajo de este, sus fronteras de tolerancia y su margen de gobernabilidad. Hay sin embargo, una aclaración previa: el deterioro de la moral pública del país es tal que, para traer al menos una semblanza de orden no bastan las agallas del mejor procurador  y este, sea quien sea, necesitará que dentro y en la cúpula del gobierno, además de definir una política, se soporte y apoye la misma por todos los medios.

Pero, hacer justicia contra los corruptos del pasado gobierno, no es parte de la tradición política dominicana. Solamente Balaguer intentó en 1986-1987 una campaña, en la cual yo mismo participé que no denunciaba, sino que enjuiciaba ante la justicia a los acusados de corrupción.  Aquella era una escala de centavos comparada con las fortunas de ahora. Eran raterías. Esto es saqueo. Además los acusados eran unos cuantos mientras que ahora podrían ser centenares. Encima de de eso, la sociedad dominicana de entonces no estaba tan maleada, tan corrompida y tan degradada. Por lo tanto, la tarea es mas difícil y compleja ahora.

Nadie debe esperar que los peledeistas se queden de brazos cruzados. Tienen enormes fortunas y van emplear una parte de estas en comprar huelgas, descontento, protestas y jueces, abogados, sentencias, aplazamientos, incidentes, anulaciones etc. Van a convertir la lucha contra la corrupción en un circo, tratarán de desacreditarla y la politizarán convencidos de que, el desgaste inevitable del nuevo gobierno pueda abrirle oportunidades que hoy no están a la vista.

La carta que envió Fernando Rosas, presidente de FONPER un antro de corrupción documentado y llevado a la justicia al presidente electo es, por decir lo menos, irrespetuosa y parece haber sido inspirada por la creencia de que a base de presiones y amenazas Luis Abinader reculará. Esta esperanza se alimenta de los antecedentes y de las gestiones de Hipolito Mejia quien ha representado los intereses de Danilo Medina en el PRM y a cuenta de lo cual, este facilitó la elección de Carolina Mejía a la sindicatura del DN. Danilo Medina utilizaría a Hipólito contra Luis antes de las primarias y aun despues pero las condiciones le fueron adversas a Danilo quien está cobrando ahora. Trata de tender un cerco sobre Luis Abinader y por ahora, está teniendo éxito. Lo traicionó antes de las primarias, lo sigue haciendo ahora.

El asunto que debemos entender todos aquí es este: Aunque es verdad que la estabilidad económica es muy importante lo que esta definiendo el humor social no es la economía sino la impunidad y si el nuevo gobierno, desde el principio, no hace lo que debe, lo que se espera y a lo que se comprometió en materia de romper con la impunidad, nadie lo va a respetar, será un gobierno viejo y decrépito que no podrá controlar ni siquiera a sus propios funcionarios.

“Es la economía estúpido” se dice que dijo Morris a Bill Clinton como tema que definía una elección en los EEUU. “Es la impunidad amigo”. Ese es el tema crucial y la tardanza del presidente electo en anunciar el o la designada PGR es prueba elocuente de que así es. El no puede renunciar a esa promesa y si lo hace fracasará y si lo hace a medias fracasará y si lo hace bien hará historia pero tendrá enemigos poderosos y necesitará lealtades. ¿Las tiene ahora? ¿las tendrá mas adelante? Todo eso está en el tablero ya.