He visto con estupor, sorpresa y hasta un poco de vergüenza publicitado en la mayoría de los periódicos del país, que la Cámara de Cuentas, estableció mediante un auditoria que todos los recursos de la Junta Central Electoral habían sido utilizados con una exquisitez absoluta, y que no faltaba ni sobrada un solo centavo. Arquímedes, Euclides, Baldor, y mi profesor Sánchez de trigonometría en la secundaria, deben aplaudir que las cuentas de dicha inefable institución estuvieran como un papel de música. Y al leer la noticia recuerdo las elecciones próximos pasadas, las que desde mi punto de vista, y el los observadores de la OEA, resultaron vergonzantes y vergonzosas, y para muestra un botón.

Caso uno: La supuesta “renuncia” de los más de tres mil delegados técnicos la noche anterior a las elecciones, que dio lugar a que el propio presidente de la JCE se pasara como Diógenes de Sinope, con la lámpara en la búsqueda de un hombre honrado, toda esa noche buscando sustitutos, lo que luego de una investigación periodística exhaustiva se determinó que nunca fueron contratados, y que se quedaron esperando la llamada para esta contratación que nunca ocurrió produciéndose una mentira más grande que la Torre Eiffel y eso sobre la base del poderío económico de quienes manejan esta institución se ha dejado sin efecto y sobre todo olvidado.

Caso dos: Los escáneres que costaron, sobre la base de un concurso que fue impugnado en su oportunidad, más de TREINTA MILLONES DE DOLARES al Pueblo Dominicano, que son nada más y nada menos que MIL TRESCIENTOS OCHENTA MILLONES DE PESOS DOMINICANOS (RD$1,380,000,000.00) y que al día de hoy todavía no se sabe si sirvieron, si se hizo una auditoria técnica que establezca por que fallaron, si sirvieron en algún momento, o si en definitiva pueden ser reutilizados en algún conteo aunque sea de ovejas antes de dormir.

En este punto cabria preguntarse si el flamante Procurador General de la República, abanderado en su nueva designación quisiera casarse con la gloria y abrir una investigación sobre este espinoso punto que tantas burlas ha ocasionado a esta inmaculada Junta central Electoral, la cual pretende reelegirse sin parar mientes en estos escándalos ya olvidados no sabemos por que, aunque lo suponemos.

Tambien cabria preguntarse si las autoridades dominicanas que solo piensan en recaudar, quisieran apoderarnos como abogados del ESTADO a quien ofrezco mis servicios de manera gratuita, para demandar conforme al contrato de compra, la resolución del contrato de adquisición de estas piezas obsoletas e inservibles y consecuentemente la devolución de los dineros del pueblo, para ser invertidos en jeringuillas, gazas, cuadernos, mascotas, escuelas, casas de acogida para mujeres maltratadas y sus hijos, o cualquier rubro que represente algún beneficio para la sociedad.

Lamentablemente y siento dolor al decirlo, nuestro país olvida bajo la premisa del ron, la bachata, la cerveza, la música estridente y unas buenas nalgas, todo aquello que le produce perjuicio, haciendo próceres a quienes evidentemente se han enriquecido desde el Estado a niveles asqueantes y burdos.

En esta intención y calidad de víctimas, se pretenden mesías sin los cuales no puede existir Patria, cuando por el contrario, lo que debería hacerse realizar una investigación y auditoria seria donde establezca clara y meridianamente las responsabilidades de cada quien, y que este régimen de consecuencias deje caer el oropel y las vestiduras de estos prohombres y mujeres, insaciables de poder, como si esto se lo fueran a llevar con ellos a la tumba.

La suerte está echada, reitero que me apoderen para cobrar esos chelitos de los escáneres, lo hago de manera gratuita.