Nos encontramos en un tiempo crítico de la epidemia en el país, porque las muertes no disminuyen, como tampoco los contagios. Y es que no ha sido posible generalizar la cuarentena, conseguir que todos los ciudadanos se queden en casa. No es posible, si la vida de tantos depende de salir a la calle a conseguir el sustento de cada día. Y volvemos a lo mismo, cada día, cava vez. Porque es que sabiéndolo o no, cerrando los ojos o mirando con uno sólo, nuestra realidad es que la sociedad no está organizada para enfrentar situaciones como las que ha presentado la pandemia del Covid-19, o corona virus.

Y es que no puede serlo, ni estarlo, porque está en otra cosa. Y es asombroso ver cómo hablamos de VOLVER A LA NORMALIDAD, una vez haya pasado la epidemia. En serio? Pretendemos que las cosas sigan igual que como las encontró el corona virus? Con un sistema de salud completamente ineficiente y desatendido, sin las necesidades y requerimientos cubiertos para cumplir su función de asegurar la salud de los ciudadanos?

Del mismo modo pretendemos que el sistema educativo continúe las mismas directrices y dinámicas a las que hasta hoy ha respondido. Unos programas de estudios básicos que lo que forjan y forman son obreros y obreras de los sistemas productivos tecnológicos, para la promoción y venta de más producción superflua, mientras la agricultura, que suple lo básico para vivir, solo se desarrolla y cuenta con producción para satisfacer la demanda de la exportación y el negocio turístico, mientras el gobierno debe salir corriendo a buscar funditas de arroz para las comunidades a las que no alcanza la bonanza del crecimiento económico y el alto PIB.

Eso sin tomar en cuenta que un estudiante de COLEGIO llega a la universidad con tremendas deficiencias en materias básicas como la química, la física y la biología, porque está “entretenido” mirando las tonteras que permanente encuentran en las redes sociales, toda clase de fotos y memes que hacen de su cerebro el peor cúmulo de vacuidad y entendimiento deficiente de los momentos críticos que vive la humanidad y sin tener una certeza de lo que les espera en el futuro inmediato, todo porque mamita y papito salen corriendo a salvarles las materias o sacarlos del embrollo en que se meten porque son los niños mimados a los que todo se les permite, para que sean completa y cabalmente felices.

Otros hablan de que la pandemia del Covid-19 deberá producir cambios. Viendo las formas profundas en que el sistema económico y productivo mundial ha sido afectado por la imposibilidad de continuar el ritmo de trabajo en las empresas que suplen las demandas de productos, nuevamente superfluos, y cómo esto ha repercutido en la “creación de riqueza”. Creamos riquezas produciendo vehículos, cuando los mismos no caben en las calles de nuestras ciudades, produciendo vestidos, cuando no nos alcanzan los días para escoger qué ropa nos pondremos hoy, produciendo calzados, cuando hay tantos niños descalzos caminando en terrenos pedregosos por el mundo.

También de estos cambios se habla, de un cambio en el sentido de HUMANIDAD de la “humanidad”. Y es que será que esto pueda ser posible? Las deficiencias en la atención en salud y las condiciones que se les brinda a la población en general pudiera ser un primer paso importante, además de necesario y urgente. Tomar en cuenta la vulnerabilidad de sectores productivos que no son los preferidos del gobierno ni de los organismos crediticios para la oferta de beneficios y posibilidad de desarrollo. Sería un éxito que la empresa privada ofrezca posibilidades de apertura y participación en los procesos productivos para que puedan ser llenados todos los nichos de mercado y consumo que tiene nuestra población.

Otro cambio deseado y necesario es el que requiere el sistema educativo. Que los programas de estudios abarquen todo tipo de conocimiento para que los niños y adolescentes tengan el derecho y la libertad de desarrollar su vida según su vocación, que la formación sea integral y holística para que los ciudadanos puedan cubrir con el aporte de sus conocimientos y desenvolvimiento técnico y profesional, todas las necesidades de la sociedad que les toque vivir.

Sí, lo económico es importante. Pero viene indisolublemente ligado a la forma en que entendemos nuestro lugar en la sociedad, el rol que debemos cumplir, lo que somos y quiénes somos. El materialismo histórico no puede ser separado del materialismo dialéctico, por más que el capitalismo pretenda esconderlo. Hagamos que el coronavirus nos convierta en algo diferente, para mejor.