Por el título algunos morbosos lectores creerán que vamos a tratar el chisme del Cardenal con el embajador Wally. Aunque no les niego que me sentí indignado al ver al descarado atreverse a llamar despectivamente “maricón” a un señor embajador norteamericano, consciente de que a su lado tenía a todo un depravado nuncio criminal y despreciable pederasta, Wesolowski.

¡Cuánta hipocresía! ¡Cuánto descaro! Mintiendo, jurándole a la prensa, blasfemando, diciéndole que no sabían nada del malvado, mientras ya tenían preparado un informe para llevarlo al papa Francisco, también encubridor y cómplice.

Como ustedes han visto, este embajador Wally, contrastando con el nuncio, ha resultado ser un hombre honesto y adorable que no ha venido a mentir ni a esconder sus preferencias sexuales, fiel a su marido.

Es todo un hombre de Dios y no un demonio Wesolowski que vino al país como representante de Cristo a repartir diabólicas hostias, a engañar a todo el mundo.

Dizque venía a traer la paz, siendo un depravado y no un ser sincero y transparente como lo es el embajador que llega a traernos negocios y prosperidad, como creyente, en paz, en compañía de su amado esposo, despojado de depravados instintos clericales pederastas.

Pero no he venido a hablarles de estas cosas, aunque debo enfatizar que debemos respetar las preferencias sexuales de nuestros semejantes, tratarlos como los seres normales que son, sin prejuicios, sin criticarlos, como lo hacen aquellos padres de familia que les ha tocado tener hijos o hijas gays, homosexuales.

Y me pregunto ¿Qué hubiese pensado el Cardenal si el destino le hubiese dado un hijo “maricón”, qué hubiese dicho del embajador Wally?

De seguro que jamás lo hubiese juzgado con tal rudeza, ni le hubiese conminado a renunciar a su misión de embajador si fuera el caso; creo que le hubiese dado amor y comprensión y hasta le hubiese bendecido a su esposo en una ceremonia religiosa en la catedral para encomendarlo a Cristo. ¿Por qué no? ¿Quién lo duda? ¿ O acaso pensáis que no guarda algo de ternura?

Es su hijo, es solo un ser humano con “debilidades culinarias” que tiene derecho a elegir, a decidir sus preferencias sexuales, a dar y a que le den –amor- como lo hacen más de la mitad de sus compañeros curas “maricones” que reparten sus hostias y sus rectos en nombre de Cristo ante el silencio de nuestros obispos, los que, aun jurando castidad, han de gustar que les arrullen al hijo mas chiquito de Hércules…

Pues bien, como les decía, lejos a los que ustedes piensan, el tema de hoy es de alta cultura y arte y no de chismes pedun/culares, se trata de La Wally, de una ópera en 4, sí, en 4 actos, lo que gusta a muchas gentes encubiertas; la obra es autoría de Alfredo Catalani, basada en una novela y una pieza teatral de Wilhelmine von Hillern, llamada Die Geyer-Wally , clásica del verismo en ópera de tramas sórdidas.

La acción, de 4 actos, toma lugar en Hochstoff y Sölden, pueblos del Tirol en los Alpes Suizos a comienzos del siglo XIX. Donde, en “un concurso de tiro se celebra el cumpleaños 70 del viejo terrateniente Stromminger. Su hija, Wally está enamorada del cazador Giuseppe Hagenbach, del pueblo cercano de Sölden. Stromminger, que quiere casar a su hija con Vincenzo Gellner, que la muchacha rechaza, tiene unas duras palabras con Hagenbach, a quien ridiculiza en público. Wally se niega a casarse con Gellner y Stromminger la pone ante la disyuntiva: o se casa con él, o se va de casa. Wally no lo duda y se va con su joven amigo Walter a vivir a las montañas”. Pero todo termina cuando su amado Hagenbach fallece en una avalancha de la que ella sobrevive para luego lanzarse al precipicio y morir junto a su amado. ( http://es.wikipedia.org/wiki/La_Wally)

Pero, si ama los dramas y es escritor, cree una version de  “La Wally criolla” donde “un hipócrita Cardenal  se enfrenta a un noble embajador norteamericano gay que no oculta su preferencia, escogidista, que quiere venir al país a vivir en paz con su marido, pero el cardenal , para tratar de defender a al nuncio maricón y pederasta que le había enviado un papa, lo rechaza y le dice que se aleje si no quiere sufrir el acoso de su Iglesia ”, y titularla quizás: El Cardenal y la Wally, pero en 4, en 4 actos verná/culos tomando como lugar a los Alpes Cibaeños, al pueblo de Juncalito.

Sin embargo ignoramos su final, ignoramos si el papa se arrepentirá y devolverá al Nuncio Wesolowski para castigarlo aquí, pues allá solo será “condenado al paraíso”, a rezar unos cuantos cientos de Rosarios y a oler cocaína en un convento de religiosos pedófilos donde unos curas arti/culistas le romperán el ano. Por otro lado tampoco sabemos si el cardenal- y su Iglesia- le pedirá perdón al embajador norteamericano y a Obama por el insulto, y lo peor, rodeado de pedófilos conocidos, predicando por el malecón la moral en calzoncillos.

Pero… aquí entre nosotros… dígame usted… ¿será verdad que la CIA de la embajada fue la que denunció a la prensa el expediente del nuncio?

Señor Carde: no sé si se lo han dicho pero el techo de su Catedral, Iglesia y curas es de fino cristal y no de piedras; será mejor que pidan perdón y que no se metan más con estos gringos, que son gentes peligrosas, saben muchas cosas de ustedes. ¡Tranquilo Bobby tranquilo! ¡Sabecomué!

Oremus:

Mi Domine Deus, illumina Cardinali ne enloquesca  et ecclesia in tribulatione quod possit resistere irae Francisco via Okolo. Controllata Deum. Amen.

(Oremos: Mi Señor, ilumina al cardenal para que no se aloque y meta a su Iglesia en líos, fortalécelo para que resista la rabia del último boche que le dio Francisco vía Okolo. Contrólalo Señor. Amén)

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