Nueva York.-Jeff Sessions, el procurador general estadounidense, quien ayer profirió improperios y vituperios contra los dominicanos, retornará al pasado. Retomará la sangrienta, inhumana, costosísima y fallida “Guerra Contra las Drogas” de los 80.
Ayer eso mató cientos de miles de negros y latinos, acumuló el 25% de la población carcelaria mundial, costó un trillón de dólares, fue un fracaso total. Como “daño colateral”, encarceló dos millones afroamericanos y latinos, dejó familias destruidas, sin proveedores, perdimos dos millones de votos, los presos no votan. Saldrán con antecedentes criminales dificultándoles conseguir empleo y viviendas.
Más de la mitad del país legalizó la Marihuana, en 29 estados con fines medicinales, en ocho recreativamente.
Sessions una vez pidió ejecutar a quienes tuvieran dos arrestos por marihuana, “la gente buena no usa marihuana”, aseguró.
Su Departamento de Justicia retomará la “Guerra Contra las Drogas” con la marihuana.
¿Por qué?, “sigue el dinero”, recomendó un ex subdirector del FBI durante la investigación de Watergate en 1974.
La marihuana es natural, medicinal e inofensiva, pero tiene poderososísimos enemigos, veamos sólo tres.
Si los colmados ofrecieran una cajetilla con 20 cigarrillos de marihuana junto a una de Marlboro, al mismo precio, quiebran las tabacaleras, eso es súper horroroso, inaceptable.
Las cárceles privadas, Sessions renovó sus contratos, perderán “huéspedes”, con marihuana legalizada, esa tragedia griega es absolutamente intolerable.
En los 29 estados donde usan marihuana medicamente, la industria farmacéutica pierde billones en ventas de químicos adictivos, que le garantizan clientes eternos, deben detener esa hemorragia.
Sessions, pensador político-ideológico del gobierno, “protegerá” nuestros niños y “restablecerá” la seguridad pública, con su plan bien delineado.
Transfiriendo otro trillón a la industria armamentista, matando cientos de miles de negros y latinos, y encarcelando dos millones más, “nuestras” corporaciones garantizarán su “crecimiento económico ilimitado”.
¡Vivan las leyes y la libre empresa!