Cuando una adolescente queda embarazada en muchos centros educativos se le excluye explícita o implícitamente. Representantes de instituciones religiosas apoyan esta medida públicamente y reiteran que los centros educativos dirigidos por religiosos y religiosas no van a mantener una joven que quede embarazada.
Son muchos los casos de adolescentes que han sido violadas por parientes cercanos y al salir embarazadas son expulsadas de sus centros educativos tanto públicos como privados.
¿Qué salida se les ofrece socialmente a las adolescentes cuando sufren una violación sexual sea de un pariente cercano o de un extraño?
Muchas adolescentes que son víctimas de abuso sexual expresan que se sienten “como persona que no tiene derechos en nuestra sociedad”. Cuando informan su situación de violación y abuso a personas adultas. familiares, centros educativos o algunas instituciones religiosas reciben en vez de apoyo cuestionamientos sobre si provocaron o no la violación.
Las violaciones sexuales son percibidas por la población adulta como el resultado de la “provocación” de adolescentes y jóvenes que usan “vestuarios inadecuados” para provocar a los hombres y por tanto “se buscan” que la violen.
Este sentido de discriminación y presión social sobre la adolescente embarazada fruto de una violación genera en muchos casos que ella decida abortar, está en un callejón sin salida. Tener algún vínculo físico y emocional con el violador luego de su acción violenta es dramático para ella pues entraría en un círculo vicioso de continuas violaciones y violencia.
¿Adolescentes y niñas violadas se convierten en doblemente culpables de la violación?
Junto al cumulo de violencia que han vivido, rechazo, discriminaciones, expulsiones y violación a sus derechos la niña, adolescente o mujer que ha sufrido una violación sexual vive otro tipo de violencia más aguda, la violencia del Estado.
Recientemente la comisión de justicia de la cámara de diputados aprobó el código penal excluyendo las tres causales demandadas por el movimiento de mujeres. Esta decisión afecta notablemente a las niñas, adolescentes y mujeres que sufren una violación sexual o incesto y decidan interrumpir el embarazo. Ellas pueden ser sometidas a la justicia por el hecho, así como el personal de salud que las atienda aun cuando lleguen con un aborto iniciado en sus hogares y con ello ser encarceladas o sus padres-madres.
Ya ha sido calificada como culpable por las instituciones educativas y sociales que la han expulsado, y por los que someten a duda una violación considerándola como una provocación de la mujer. Otro contenido de culpabilidad con carácter de criminalidad puede entrar en el escenario en caso de que se penalice el aborto en caso de violación.
El violador camina por las ciudades de este país libre de toda culpa y la joven violada es la culpable. No todos los abusos sexuales se denuncian, menos aun cuando el agresor es parte de la familia, padre, padrastro, hermano o tío. La complicidad y silencio acompaña al agresor sexual. Esto no ocurre con la adolescente violada, es sujeto de cuestionamiento, sanción social y su derecho a decidir sobre su cuerpo no se le respeta.
Este artículo fue publicado originalmente en el periódico HOY