En estas Navidades nada está normal para los niños y niñas de Villas Agrícolas. El espíritu de la Navidad no se ha apoderado de las calles, el ambiente está pesado, la vulnerabilidad del sector más palpable que nunca.

Los damnificados están rondando con familiares y amigos, algunos niños se fueron para el campo. La pena y el luto de muchos de los moradores empañan la alegría de estas festividades tan anheladas y necesarias para grandes y pequeños.

Los niños, niñas y adolescentes, en particular los que han participado en la creación del huerto orgánico en azotea de la Fundación Abriendo Camino, han visto el fruto de meses de trabajo aniquilado por los riesgos de contaminación ambiental generados por la explosión de Polyplas.

El huerto de la Fundación Abriendo Camino está situado a menos de 250 metros del lugar de la explosión. Luego de varias discusiones y asesoramientos sobre el tema de la quema de plásticos y la emisión de toxinas cancerígenas solubles en las plantas y el agua, los brigadistas verdes que atienden el huerto decidieron,  junto a sus facilitadoras,  que éticamente no se podía arriesgar  a comer y vender  cultivos contaminados a la comunidad y a los clientes habituales de productos orgánicos. (1)

Todas las plantas del huerto fueron arrancadas, con gran pesar, por nuestros pequeños brigadistas. Según Lismary: "La Brigada Verde es un grupo de niños que luchan para proteger su medio ambiente, y hacen distintos tipos de actividades que concuerdan con esta lucha”.

Arrancar el producto de sus esfuerzos tesoneros ha sido un trauma adicional para los niños, niñas y adolescentes, ya afectados por la tragedia, y que encuentran en el techo un remanso de paz en medio del bullicio de las calles y los callejones.

"No es fácil desbaratar la vaina que tú has construido durante tanto tiempo" dice Sol, de 10 años

"Yo me siento muy mal arrancando todas las matas", expresa Alanna, de 9 años.

"Estoy aburrido porque estábamos muy bien entre las matas y ahora no hay", plantea Cristofer, de 12 años.

"Que quiten la fábrica de aquí", reclama Mike, de 10 años.

"Es muy fácil para ellos [Polyplas/Diesco] porque el negocio lo ponen de nuevo y ya, pero para nosotros los pobres estamos jodidos y nos vamos a quedar jodidos", es la opinión de Lismary, de 11 años.

"Estoy enojada porque este huerto estaba muy lindo y muchos de nosotros nos alimentábamos aquí y ahora se dañó todo", agrega Luz, de 12 años.

"Es una especie de terrorismo industrial" sentencia Ronald, voluntario.

“Me siento muy mal por lo que tuvimos que hacer, arrancar las plantas del huerto, por ocasión de la explosión de la fábrica de plástico", manifiesta Liz Abigail, de 8 años, quien perdió un familiar en la explosión.

"Ellos tienen que quitar esa fábrica; le hizo mucho daño al huerto": Melody, de 9 años.

"Me hace sentir triste porque mis matas se dañaron. Que pongan un parque ahí": Jade, de 9 años.

"Las plantas deberían de sentirse tristes porque son seres vivos al igual que nosotros": Franyelis, de 9 años.

"Me siento angustiado que haya explotado porque contaminó las plantas que nosotros comemos. Las vidas de las personas están en peligro si explota de nuevo": Ángel, de 9 años.

"Me siento enojada porque este huerto tenía muchos años de trabajo y ahora es una pérdida de tiempo": Yamilet, de 9 años.

"Polyplas ha contaminado mucho a la gente, los niños y a las matas": Ismael, de 9 años.

"Nosotros estamos tristes porque con las plantas nos alimentamos muy bien": Jostin, de 9 años.

Las citas de estos niños expresan su desamparo, tristeza y enojo por la situación general que atraviesan.

También demuestra que ellos entienden, gracias a este espacio verde en medio del concreto y del paisaje inhóspito en el cual se desenvuelven, que las matas están vivas y requieren de nuestros cuidados; igualmente, que asocian al huerto con una alimentación sana. 

Algunos de estos niños habían convencido sus familias y crearon mini huertos en sus casas, con muchos esfuerzos personales. Para ellos, se trata de una doble frustración, al perder también su huerto familiar el cual, por medida de seguridad, deben también arrancar y volver a sembrar.

Habían creado sus pequeños huertos con mucho entusiasmo, a base de sus esfuerzos individuales quién con semillas, quién con estacas, quién con matas compradas a precios solidarios sacrificando su paleta o su bolón para sembrar hierba buena, cilantro o albahaca en su mini jardín.

Sin embargo, a pesar de lo duro que ha resultado el proceso, este momento de crisis ha permitido apreciar cuánto han aprendido en estos últimos años y la importancia que ha tomado este espacio de paz y de enseñanza en sus vidas.

Este suceso ha reforzado el compromiso de los niños, niñas y adolescentes como activistas medioambientales, quedando grabado en sus mentes, de manera cruda y directa, qué es la contaminación.

Entendieron lo dañino que es que fábricas con depósitos de combustibles estén autorizadas a funcionar cerca de sus centros escolares, en violación a leyes y reglamentos, y que hay que exigir cambios.

Entendieron, igualmente, que están vivos de milagro.

Propusieron hacer una marcha, escribir cartas al gobierno y a la empresa, y acudir a la prensa para comunicar sus sentimientos.

Es gracias a la fuerza de este compromiso y empoderamiento que dos de nuestros brigadistas verdes, Wilmer Mézquita, cuya casa quedó destrozada, y Mía Morales, participaron justo antes de la explosión en un “Recorrido Hambre Cero”, ganándose el corazón de todos los participantes gracias a las preguntas acertadas que hicieron a oficiales de INABIE y del del Banco de Alimentos, y a la Embajadora Hambre Cero, Guadalupe Valdez.

Poco a poco, la Fundación Abriendo Camino ha creado gracias a las capacidades, el amor y la dedicación de Angie Neslin, ex voluntaria Princeton in LatinAmerica (PILA), y de María Sierra, ingeniera agrónoma de la División de Huertos del Ministerio de Agricultura, niños empoderados, críticos y solidarios que se preparan para asumir la defensa de su sector y de su país. ¡Nos llenan de orgullo! ¡En estas Navidades, ellos son el futuro y la esperanza!

(1) https://listindiario.com/la-republica/2018/12/07/544785/la-explosion-en-polyplas-ha-emitido-al-medio-ambiente-dos-sustancias-quimicas-muy-peligrosas