Fe de errores

Antes de proseguir con nuestra relación de ejemplos de fotovoltaica integrada en la arquitectura en forma de elemento constructivo, a veces como sustitución de algún tipo de acristalamiento en fachada o cubierta, es necesario hacer una corrección, que preferimos conste en el propio cuerpo del presente artículo y no en una nota de Fe de errores. El error ha sido en el artículo anterior de este serie, en el que por una mala corrección de ortografía automática, generada por el propio programa de edición de texto del autor, se cambió el nombre de los autores del "Centro de Formación en Herne (Academia Mont Cenis)" y que son  Jourda Architectes y Hegger Hegger Schleiff Architekten, de acuerdo a la fuente
bibliográfica consultada (C.Schittich, 2003. Arquitectura Solar; Estrategias,
Visiones, Conceptos. Ed. Detail; Munich). Dicho error fue señalado por el arquitecto Luis Lajara Marchena,dominicano,  quien nos lee desde Marsella, Francia,  y que fue amigo de la arquitectaFrançoise Helene Jourda. El distinguido arquitecto Lajara, nos anima, en su notade atención a que publiquemos más sobre la obra de F.Helene Jourda; le tomaremos la palabra.

Orientaciones 

Retomando el tema de nuestra serie, vamos a ver un poco lo relacionado con las orientaciones de colocación para los paneles fotovoltaicos integrados al edificio y los rendimientos posibles de acuerdo a dichas orientaciones.  Estas orientaciones, y sus respectivos rendimientos,  valen, evidentemente, para los paneles de captación solar, en sentido general, como los termosolares, que sirven para el ACS (agua caliente sanitaria).

La referencia de rendimiento óptimo, es decir del 100%,  para los captadores solares, ya sean estos fotovoltaicos o de otra naturaleza, es el ángulo de la latitud del lugar geográfico en el que serán emplazados. Esto quiere decir que para la ciudad de Madrid, un panel debería estar inclinado unos 40º al sur, con respecto a la línea del horizonte, por ser esta la latitud de la ciudad capital de España.

Si el mismo panel, se situara en Santo Domingo de Guzmán, capital de la República Dominicana, la inclinación óptima, para un rendimiento teórico del 100%,  debería ser de 18º al sur, que es la latitud de La capital del Caribe. 

A partir de esto, si decidiéramos colocar unos paneles en la cubierta, opción favorita para muchos arquitectos, alegando mejor integración al edificio, debemos tener en cuenta que el rendimiento de dicho panel en posición horizontal sería del orden de un 90% aproximadamente.

Si quisiéramos, colocar nuestros paneles en la cara sur de nuestro edificio, pero perpendiculares al plano horizontal, es decir al suelo, el rendimiento sería del orden del 60%.

Pero si preferimos ser más audaces y colocamos nuestros paneles, ya sea en forma de ventanas, vidrieras o barandillas, hacia la cara este del edificio, estaríamos hablando de entre un 30% y un 40% de rendimiento.  Si los colocáramos al sureste podríamos conseguir, en teoría sobre el 50 % de rendimiento.

Al norte el rendimiento sería prácticamente cero, dado que este lado nunca recibe radiación solar. Hacia el oeste tendríamos un comportamiento parecido al que tendríamos hacia el este.

Desde luego que estos datos son aproximados, números arriba o números abajo,  y obedecen a parámetros genéricos. Para determinar realmente dichos rendimientos se debe realizar el estudio de soleamiento del lugar, por un equipo técnico competente, y que sea quien determine los rendimientos reales para esa zona geográfica y para ese proyecto en específico.

No es lo mismo proyectar para una ciudad como Madrid, donde no llueve igual que en la tropical ciudad de Santo Domingo, siendo el factor de nubosidad y horas de sol,  uno de los más determinantes para el cálculo de rendimiento.

Un par de ejemplos más sobre integración los podemos ver en proyectos como los siguientes:

  • Edificio de viviendas Woonbron Delft. Deflt, Países Bajos. Construido en 1959 y rehabilitado energéticamente en 2003 por Van Schangen Architekten, consiguiendo producir 17.800 kWh/año en un área de fachada de 260 m2. (Ver: Enlace 1 ).
  • El edificio de Zollern – Alb Kurier en Albstadt, Alemania. Proyectado en 1973 y rehabilitado energéticamente en 2004 por Friedrich Rau y Axel Schlueter con una fachada en movimiento, a partir de sus parasoles fotovoltaicos colocados en forma de celosías, con un área de generación de 84 m2 para 4.500 kWh/año. (Ver: Enlace 2 ).

La ristra de proyectos de integración de vidrio fotovoltaico, como hemos tenido a bien llamar a esta serie, puede ser mucho más larga de lo que hemos contado por aquí,  lo más interesante es que dichos ejemplos se presentan en países en los que los días soleados son los menos; sin embargo – o precisamente por esto – han apostado por la integración fotovoltaica en la trama arquitectónica, como un elemento necesario para cerrar, modelar y diseñar el edificio.

Vamos caminando hacia el día en que un edificio que no genere su energía, o parte de esta,  será como una caja de zapatos vacía o una guitarra sin cuerdas.

Hasta la próxima.