La memoria histórica de una ciudad no solo debe adaptarse a las realidades políticas, sino también ser exponente de la experiencia vivida por sus pobladores.
Debe servir para recordar que, ante malos gobiernos, el pueblo dominicano ha sabido protestar, levantarse cívica o militarmente, y ha procurado -sin lograrlo plenamente- el establecimiento de una verdadera democracia, donde predominen el imperio de la ley, la equidad, la transparencia y la lucha contra la corrupción.
En ocasión del 50 aniversario de la Expedición de Luperón, un grupo de puertoplataños se organizó para conmemorar dicha gesta y rendir homenaje a los patriotas que desembarcaron en ese lugar para luchar contra Trujillo en junio de 1949.
Para conservar viva esta memoria se erigió en 1999, con fondos provenientes del aporte de la ciudadanía, un monumento en el parque de la Libertad. En febrero del 2009, el ayuntamiento de Puerto Plata designó al antiguo parque Trujillo y hasta entonces parque de la Libertad, como parque de la Libertad Héroes de Luperón 1949.
Durante la noche del 10 de diciembre 2010, precisamente el día de los derechos humanos, el síndico reformista Walter Musa dispuso la demolición del monumento y su decisión de construirlo en otro lugar del parque, a pesar de haber asegurado al Comité de Mártires y Héroes de Luperón que no iba a tocar el monumento. Esta acción provoco una viva reacción de los miembros del Comité y de la ciudadanía en general.
Diversos medios periodísticos, televisivos y radiales se pronunciaron en contra del alcalde Musa. Entre otros, el periódico Hoy del sábado 8 de enero de 2011 tituló: “Qué tipo de alcaldes nos gastamos. El parque de la Libertad Héroes de Luperon 1949, ha sido demolido”. El Diario Libre del 25 de febrero de 2011 reseñaba: “Vandalismo Oficial en Puerto Plata. Derrumban el Monumento a los Héroes de Luperón”.
En ese entonces, los miembros del Comité -encabezados por doña Elvia Miller viuda Puig- recurrieron a la comisión permanente de Cultura de la Cámara de Diputados conformada, entre otros, por los diputados Manuel Jiménez, Guadalupe Valdez, y Minou Tavárez Mirabal, solicitando la introducción de “un proyecto de resolución mediante el cual se desaprobara la demolición del monumento a los héroes y mártires de Luperón en la provincia de Puerto Plata”.
El 11 de mayo de 2011, la Cámara de Diputados recomendaba reponer el daño provocado por la demolición con varias medidas, como nombrar el parque tal como está en la resolución emitida por el ayuntamiento, reconstruir el monumento en su diseño original; usar los dos módulos en construcción para fines temáticos (mini museo y tienda); que se declare el parque de la Libertad Héroes de Luperón 1949 como “parque temático”, y que todas las actividades relacionadas con la construcción de las obras monumentales se hagan en coordinación con la Fundación Héroes de Luperón.
Al emitir esta resolución la Cámara de Diputados reconocía que la memoria histórica fortalece la democracia como elemento de lucha contra la impunidad, como arma para la defensa de los derechos humanos y como elemento de construcción de una sociedad más justa.
Sin embargo, el pulso entre el síndico y el Comité no terminó con esta resolución; el síndico tenía otra visión y otros planes. Seis años después de las recomendaciones de la Cámara las dos casetas construidas en la plaza no habían sido entregadas al Comité.
En los actos del 68 aniversario del desembarco de 1949, el 19 de junio de 2017, la presidenta del Comité, señora Elvia Miller viuda Puig, concluyó su discurso diciendo: ”Hace seis años esos módulos debieron estar cumpliendo su función educativa. Mientras, cobijan la depravación y la suciedad. El poco respeto interinstitucional ha impedido el uso adecuado como fue recomendado por la Cámara de Diputados. Nosotros seguiremos honrando la memoria de nuestros héroes y algún día, los que vendrán después de nosotros, vivieran niveles más altos de civilidad.”
Para sorpresa del Comité y de la ciudadanía, el alcalde, sin la autorización o aprobación de la sala capitular, acaba de asignar los módulos a uno de sus colaboradores quien, ante el asombro de la gente, habilitó una pizzería en el lugar, colocando un tanque industrial de gas propano encima del techo, así como un tanque de agua y sillas en frente del monumento a los héroes de 1949.
No es ciertamente casual que sea un síndico reformista el que demuestre una falta de sensibilidad tan grande frente a la memoria de los hombres que hicieron sacrificio de su vida para derrumbar al tirano.
En toda la República Dominicana andan todavía juntos mansos con cimarrones y no se han analizado con objetividad los crímenes cometidos durante los gobiernos de Joaquín Balaguer y las razones de su encubrimiento.
Tampoco es casual que los Trujillo -frente a un pueblo formateado por gobiernos que han dejado de lado desde hace mucho tiempo la moral y los valores- se permitan asomar la cara y pretendan lanzarse a la contienda política.
La memoria histórica juega un papel fundamental como fuente para construir y aprender la historia de una nación; por lo tanto, esta tiene que convertirse en ciertos ámbitos como una voz obstinada, una forma de resistencia y una reivindicación de la cultura de una localidad, provincia y país. Con doña Elvia Miller viuda Puig esta memoria tiene una voz tenaz y perseverante.