Una ventana para mirar al interior de un mundo secreto, como lo que esperaríamos encontrar en una película de ciencia ficción. Eso es lo que nos han abierto los periodistas agrupados en la ICIJ, por lo cual la humanidad les tendrá que estar siempre agradecida. Un enorme mundo oculto y horripilante de cuya existencia sabíamos pero que pocos conocían por dentro.

Lo que se llegue a saber y las consecuencias que pueda tener será distinto en cada país, dependiendo del grado de apertura de esa sociedad, de la fortaleza de las instituciones, del nivel de independencia de la prensa y de la fuerza de la sociedad civil. Comentando esto con unos amigos, les decía que con toda seguridad iba a tener consecuencias en Islandia. Al día siguiente renunció su Primer Ministro. Por la misma razón el primer país en que actuaron los censores para eliminar toda alusión a los vínculos de sus líderes con el escándalo fue China.

Algunas consecuencias seguramente tendrá en Japón, en Suecia, en Alemania y en Inglaterra. Y probablemente en los Estados Unidos cuando comiencen a destaparse cosas. En América Latina, muy poco. Quizás en Chile o Uruguay o en Costa Rica,  que son países con estados relativamente fuertes, si llegaran a aparecer cadáveres en el closet. Pero en la República Dominicana, dichosos seríamos si llegan a conocerse algunos nombres.

Y aunque llegaran a conocerse todos, todavía eso sería poco. Sabíamos que Panamá es un paraíso fiscal, y el bufete de abogados Mossack Fonseca ha de ser solo uno de muchos cuyo éxito, prestigio y fortuna derivan de hacer la misma cosa. Y solo de esta firma, reporta la prensa que en el período de cuyos papeles se produjo la filtración, había constituido unas 240 mil compañías off shore, a veces anónimas, mediante nombres prestados. Y en las mismas está involucrada la fortuna de miles de políticos, empresarios, personas del bajo mundo y figuras de la farándula y los deportes.

No significa que los países que deciden aplicar políticas para convertirse en centros financieros a través del régimen impositivo y el secretismo vayan contra las leyes internacionales (todavía). Ni tampoco que abrir compañías off shore sea ilegal. Lo que sí es seguro es que va a ser para usarlo en algo positivo. Es más, es perfectamente posible que alguna gente llegara a constituirlas sin llegar a usarlas, solo por si acaso; pero al menos tuvo la intención

Aunque soy un ignorante militante de los asuntos del derecho (no lo entiendo ni hago esfuerzos por entenderlo) creo que el propósito de estas figuras siempre es para ocultar algo: puede ser al fisco, como el caso de los evasores de impuestos; puede ser a la ciudadanía como los políticos corruptos; los del crimen organizado generalmente buscan ocultarse de la justicia, y alguna gente puede buscar mantener algo oculto frente a sus socios o hasta a su propia familia. Incluso parece ser común en el mundo empresarial utilizar compañías de este tipo para hacer inversiones en los países en cuyas instituciones no confían mucho, en cuyo caso se trataría de protegerse frente al mismo Estado. O para engañar a quien presumen podría engañarlas a ellas.

Volviendo al caso, si los dominicanos llegáramos a conocer los clientes en nuestro país de Mossack Fonseca, y algunas de las cosas que en sus manos han puesto, todavía faltaría mucho por conocer, porque no vayamos a  creer que ese es el único bufete en Panamá. Y si el caso fuera que no hubiera otros, centros financieros operando en paraísos fiscales hay muchísimos.

Curiosamente, y en mi caso personal que suelo dar seguimiento a las noticias sobre el tema de corrupción, y también a las de futbol, me encontré que tras destaparse los Papeles de Panamá, aparece el nombre del hoy presidente de la FIFA, Gianni Infantino, de cuando formaba parte de los servicios jurídicos de la Unión Europea de Futbol, involucrado probablemente en la venta de los derechos de televisión para transmitir en Ecuador los partidos de la Liga de Campeones de Europa, vendidos a una empresa con sede en el paraíso fiscal de Niue.

Imagínense ustedes: un paraíso fiscal en Niue, un islote en el Pacífico de cuya existencia apenas nos enteramos porque cometió el atrevimiento de superar a la República Dominicana, quitándole el primer lugar en aquel famoso ranking de la Organización Mundial de la Salud sobre la peligrosidad de las carreteras, a juzgar por las muertes por accidentes, y cuando averiguamos el motivo fue que se despeñó uno de sus pocos carros resultando un par de muertos, y eso se constituyó en una catástrofe demográfica en un país de unos pocos centenares de habitantes.

En nuestra zona geográfica hay muchos paraísos fiscales. Pero no olvidemos que varios países que hoy son superdesarrollados, como Suiza, Luxemburgo o Singapur deben una parte de su éxito (sin que pretendamos negarles sus muchos méritos) a prácticas de este tipo, y no olvidemos que a Suiza va a parar mucho del dinero que se prefiere mantener oculto en el mundo.

Sería propicio que a partir de esta experiencia surja un fuerte movimiento internacional, y que en un futuro no muy lejano podamos esperar un mundo en que figuras como las empresas off shore, paraíso fiscal o el secreto bancario hayan sido erradicadas de la faz de la tierra.

Tal vez sea demasiado soñar, pero como dijo un poeta cuyo nombre no recuerdo: mucha gente ve el mundo como es y se pregunta por qué; otros preferimos verlo como debería ser y nos preguntamos ¿por qué no?