Una de las cosas que más me asombran en esta época de redes sociales e hiper comunicación es conocer de la existencia de un lucrativo negocio: vender “me gusta” y “seguidores”.
O sea tengo una página web, quiero vender publicidad y le pago una cantidad de dólares a Facebook para que el número de mis seguidores aumente, estos seguidores son fantasmas, son empleados que están digamos en la India y que reciben X cantidad de dinero por dar “me gusta” y “seguir” determinadas páginas que Facebook o Instagram les asignan.
¿Se podrá vivir una falsedad más grande? ¿Puedo vender mi negocio a la publicidad basado en una red de seguidores de mentira?
Esto no es más que la continuación de un modelo de sociedad actual donde todo se basa en la falsedad y la mentira.
Todo es falso: Culos falsos, tetas falsas, pestañas falsas, cabellos falsos, amistades falsas, amores falsos, promesas políticas falsas, candidatos falsos, guerras basadas en falsas amenazas, noticias falsas, fronteras de mentira, vidas prestadas, sueños de otros, falsos izquierdistas, alimentos falsos, cosméticos con propiedades falsas, medicamentos que prometen mejora pero que dejan nefastas consecuencias.
Entonces me pongo a pensar cuando llegue una verdadera crisis, una verdadera catástrofe, con cuales recursos humanos, con cual fortaleza de espíritu podrá sobrevivir una sociedad cuyos cimientos son falsos?