El próximo 25 de septiembre se cumplen cincuenta y dos años del Golpe de Estado al Gobierno Constitucional de Juan Bosch, suficiente tiempo para reflexionar, para que la Iglesia Católica, y su Conferencia del Episcopado Dominicano, presente su disculpa formal a la República Dominicana y a su pueblo, por su protagónica y non santa intervención en aquel inoportuno Golpe de Estado de 1963.
Hace unos días el espíritu de conciliación histórica llegó a nuestra patria cuando recibimos la oportuna disculpa ofrecida por la Organización de Estados americanos ( OEA) a la Republica Dominicana por haber aprobado la Intervención Norteamericana de abril de 1965, la que, como una consecuencia directa del golpe de Estado al Gobierno Constitucional del profesor Juan Bosch, nos dejó como resultado directo la Revolución Constitucionalista de Abril con su miles de víctimas y sangre fratricida.
En la ocasión manifestó el Señor Almagro de la OEA: “Es importante asumir responsabilidades históricas; postular que determinados hechos del pasado no ocurran nunca más, no para reparar el pasado, sino para las generaciones venideras”.
Esta disculpa de la OEA ha abierto un positivo capítulo de revisión y reflexión histórica , el que creemos debe aprovechar la Iglesia Católica para pedir disculpas al pueblo dominicano, bajo el espíritu de humildad y renovación que propicia su papa Francisco, quien, de seguro, de no ver respuesta alguna del clero local a este anhelo de justicia histórica de los dominicanos , se manifestará de inmediato, presentándole una disculpa personal al pueblo dominicano por la inoportuna participación de su Iglesia en las pesarosas y muy conocidas acciones políticas de intervención activa y militante que dieron al traste con el Gobierno de Juan Bosch.
De hacerlo, la Iglesia Católica contribuiría a cerrar ciclo de la sangrante herida que hoy todavía ensombrece nuestra historia libertaria: “Golpe de Estado – Intervención Norteamericana –Revolución de Abril”.