Como ya hemos hecho en otras ocasiones, y contando con la dispensa del lector y el medio, hacemos una pausa en la serie que hemos iniciado hace un par de semanas, para aprovechar la fecha del Patricio Duarte y realizar algunas breves reflexiones.

En la patria cubana, la figura de José Martí, domina el sentimiento de gratitud de los hermanos antillanos, igual que en la patria dominicana lo hace la figura de Juan Pablo Duarte.

Duarte a diferencia de Martí no desarrolló una obra literaria tan prolífica, pero sí que dejó varias ideas, un pensamiento y sobre todo unos sentimientos que hasta el día de hoy nos acompañan.

En las propias palabras atribuidas a Duarte encontramos parte de la explicación sobre ese sentimiento al que nos referimos:

"Hay palabras que por las ideas que revelan llaman nuestra atención y atraen nuestras simpatías hacia los seres que las pronuncian”.

…Y nosotros añadimos que más que simpatías hablamos de sentimiento patrio; y vale decir que este sentimiento es de las cosas que unen a un pueblo heterogéneo en muchos aspectos, desde lo político hasta aspectos más ligeros y cotidianos. El mismo Duarte vuelve con sus escasas y sabias palabras a decirnos:

“…y ser unidos, y así apagaréis la tea de la discordia y venceréis a vuestros enemigos, y la patria será libre y salva…”

No sin antes advertirnos que seamos justos.

Volviendo a Martí recogemos parte de su pensamiento, en el cual vemos a Duarte reflejado,como si los prohombres estuvieran todos interconectados en el tiempo, en la historia, y hablaran unos de otros. Citamos a Martí, o por lo menos las palabras atribuidas a él,  y recordamos a Duarte:

“…Cuando hay muchos hombres sin decoro hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana…”

Por esa interconexión que señalamos, esa que une a los prohombres, en el tiempo, en el espacio, en la historia, no podemos dejar de pensar también en Juan Bosch; pero más aún, nos sentimos comprometidos.

Y más que comprometidos, nos sentimos muy comprometidos; con un compromiso que a veces nos congela y nos sobrecoge, pero la mayoría de las veces nos ayuda a avanzar, intentando ser mejores cada día, como Duarte, como Martí, como Bosch.

Viviendo fuera de nuestra patria, pensamos en ese compromiso, el mismo  al que se refería Máximo Gómez cuando decía, viviendo y sirviendo en el extranjero, lejos de su casa, de su tierra:

“Cuanto hice por Cuba, humilde y devoto soldado de la libertad, lo hice a nombre del pueblo dominicano, cuya mirada estaba fija en mi”

Si sentimos eso, y si sentimos que nuestro modo de vida como dominicanos debe emular a nuestros padres fundadores, en especial a Duarte; si vemos en Martí y en el Generalísimo dominicanos Máximo Gómez ejemplos de vida y servicio en pro de nuestra nación y/o para su orgullo, entonces andaremos por buena senda.