La semana pasada se ha conmemorado a nivel mundial el Día Internacional de los Desaparecidos. Este día, el 30 de agosto de cada año, fue instituido por la Organización de Naciones Unidas (ONU), mediante Resolución 65/209 de su Asamblea General, y establecido en el año 2011. Diversas organizaciones sociales, como la Federación Latinoamericana de Familiares de los Desaparecidos, establecieron desde la década de los años 1980´s el Día de los Desaparecidos, motivando más tarde dicha Resolución de la ONU.

La intención de esta conmemoración es la de ofrecer apoyo y solidaridad, así como enfrentar el flagelo de las desapariciones forzosas, que ocurren alrededor del mundo en violación a los derechos humanos, como el derecho a la vida y el derecho a la libertad.

Según el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU la desaparición forzada ocurre “cuando  se arresta, detiene o traslada contra su voluntad a las personas, o que estas resulten privadas de su libertad de alguna otra forma por agentes gubernamentales de cualquier sector o nivel, por grupos organizados o por particulares que actúan en nombre del Gobierno o con su apoyo directo o indirecto, su autorización o su asentimiento, y que luego se niegan a revelar la suerte o el paradero de esas personas o a reconocer que están privadas de la libertad, sustrayéndolas así a la protección de la ley.

En los primeros tiempos de este fenómeno, las desapariciones de personas ocurrían como resultado de la represión política ejercida por gobiernos dictatoriales. Es el caso emblemático de la dictadura pinochetista, con más de tres mil desaparecidos. Y en nuestro país, la dictadura trujillista ha dejado un saldo incontable de personas desaparecidas, cuyas muertes solo se conocen por fuentes externas, pero sin que se haya conseguido obtener información sobre la persona fallecida, asesinada.

Más recientemente, el fenómeno de las desapariciones sigue ocurriendo, igualmente como forma de represión política, en casos de acoso a defensores de los derechos humanos, a defensores del medio ambiente, por casos del crimen organizado, el narcotráfico, existencia de ejércitos paramilitares. Igualmente se han reportado desapariciones de niños que son separados de sus familias de forma agresiva y violenta.

El establecimiento del Día Internacional de los Desaparecidos sirve de apoyo a los familiares de las víctimas de desaparición, que sufren la profunda tristeza de no haber podido dar sepultura a sus familiares que de hecho reconocen como asesinados en diferentes circunstancias de represión política.

Podemos nombrar diferentes casos de tal hecho represivo en nuestro país, ocurridos en diferentes momentos, como la tiranía de Trujillo ya mencionada, el período de la Guerra Patria de Abril de 1965. Más reciente el caso de la desaparición del profesor Narciso González (Narcisaso). Los casos de desapariciones han quedado sin respuesta, pero siguen siendo una herida permanente en el corazón de hijos o hermanos y otros familiares. Una herida con un dolor punzante que embarga el pecho y sube como un torrente de dolor que hace estallar el alma en lágrimas. Una herida que no encuentra consuelo ni siquiera en el acceso a la justicia. Una herida permanente que es digna de justicia.