Hoy este espacio debió salir en blanco. Porque ayer la patria fue una vul­gar rutina, los políticos no hicieron más que reiterar las mis­mas vainas, ningún ministro hizo algo contraproducente, el Presidente de la República permaneció en su concha de nácar, no hubo lluvia que arrastrara piedras ni oleaje que impidiera la pesca, ningún poeta inventó una palabra, ni un pintor descubrió un nuevo color en el arcoiris, ni un músico hizo la sinfonía de un inmenso silencio. Fue un día absolutamente anormal, odioso para todo aquel que está obli­gado, como yo, a llenar de letras un espacio que, como este, hoy debió salir en blanco.