Rosy García es una profesional y una madre de familia. Oriunda de La Vega, reside en los Estados Unidos desde 1964. Es una de las mujeres que actualmente se destacan como candidatas en las elecciones del exterior.

Desde hace años ha participado en las organizaciones comunitarias del Alto Manhattan y en la defensa del medio ambiente. Es militante de la Marcha Verde y ha sido coorganizadora de las protestas contra la impunidad y la corrupción realizadas en la ciudad de Nueva York.

En las elecciones generales de 2016 fue candidata a diputada en representación de la circunscripción número 1 de Ultramar, que corresponde a Nueva York, la Costa Este de los Estados Unidos y Canadá. Aspira de nuevo a este cargo en las elecciones de febrero 2020 postulada por la Alianza por la Democracia (APD). Es la única mujer de esta circunscripción con posibilidades de ser electa por figurar en la casilla uno de la boleta electoral, ya que la elección de los representantes del exterior se hace por el sistema de lista y no por el voto preferencial.

Rosy García

Como muchos dominicanos residentes en el extranjero, una parte de su vida se ha desarrollado en su país de adopción sin haber dejado de mantener fuertes lazos familiares y sentimentales con la tierra que la vio nacer.

“En mi campaña, dice Rosy García, quiero antes que nada contribuir a educar a mis conciudadanos para que entiendan cuál es el papel del diputado del exterior por el cual se les está solicitando el voto. Muchos dominicanos ni saben de la existencia de los representantes de ultramar y cuando han oído hablar de ellos no tienen la más mínima idea de sus funciones”.

Recalca que una gran mayoría ve a sus futuros congresistas como personas encargadas de abrirles paso para que puedan conseguir ayudas del gobierno federal o del Estado norteamericano en el que residen. “No podré resolver el problema del alto costo de la vivienda en el Bronx o el Alto Manhattan o la cuestión de las elevadas multas que la Policía aplica a los taxistas de base que toman pasajeros en la calle”. 

“No quiero hacer demagogia barata y prometer lo que no es de mi competencia” nos dice Rosy; precisando, sin embargo, que el Estado dominicano está obligado a asegurar el máximo de protección a sus ciudadanos residentes en el extranjero dentro de los marcos establecidos por el derecho internacional.

“Los dominicanos deben estar debidamente informados acerca de los derechos y facilidades que les brindan los estados de acogida y para ello el gobierno dominicano debe mejorar los servicios que ya ofrece y crear los instrumentos institucionales que sean necesarios para ampliarlos”, precisa la candidata. Además, “deben cesar de inmediato los cobros excesivos de los consulados, que se han convertido en verdaderos centros de abuso contra los dominicanos del exterior”.

Afirma que “hay  que encarar las difíciles condiciones de vida, la inseguridad, los bajos salarios, la carencia de servicios, la mala calidad de la educación y la corrupción que padecen los dominicanos que viven en el territorio nacional y los empujan a la emigración. 

Entiende que en los Estados Unidos, y particularmente en Nueva York, la situación para los migrantes se está haciendo más complicada y que por ello “es en mi patria que tengo que hacer oír mi voz”.

Recientemente hubo una polémica en cuanto a la utilidad del diputado de Ultramar. Para Rosy García, mientras exista esta figura jurídica se la debe aprovechar haciendo propuestas que permitan forjar una mejor República Dominicana y detener la salida de tanta gente que podría aportarle a su país y que se ve compelida a trabajar en condiciones difíciles fuera de su tierra.

Para esos fines, desde su curul en la Cámara de Diputados se propone trabajar a favor de los Objetivos de Desarrollo Sostenible a fin de construir un futuro inclusivo, sostenible y resiliente para las personas y el planeta.

Entiende que es primordial promover de manera incansable los derechos de la mujer, luchar contra la violencia de género y por los derechos de la niñez. Quiere trabajar para mejorar la situación de la mujer en ambos países y levantar la conciencia de las mujeres dominicanas en el exterior donde la legislación está a veces más avanzada. “Me duele ver que hombres dominicanos vienen aquí y matan a sus compañeras que no conocen sus derechos y los circuitos de protección de los Estados Unidos”.

Precisa que lograr ser electa brinda una gran oportunidad para concientizar sobre temas de importancia tanto a nivel local como a nivel global. Frente al deterioro en que se encuentra el medio ambiente, es tiempo que el Congreso asuma responsabilidades sobre la contaminación ambiental y los peligros que esta representa para el desarrollo de nuestra sociedad, con la finalidad de contrarrestarlos. Esta a favor   de educar en ciudadanía como una forma de luchar contra el clientelismo y la corrupción.

Considera, de manera muy específica, que todos los legisladores de ultramar deben trabajar de manera mancomunada para alcanzar  medidas tangibles que favorezcan el regreso de sus conciudadanos del exterior a su tierra con ciertas condiciones de seguridad jurídica y financiera que les permitan garantizar los ahorros alcanzados tras muchos años de trabajo y sacrificio.

“Necesitamos más transparencia, mecanismos que permitan rendir cuentas de la presencia de los  congresistas del exterior en las sesiones y una fiscalización de sus propuestas. No quiero ser una “diputada invisible” como lo son la mayoría de nuestros parlamentarios en la actualidad”.

“Los legisladores del exterior deben tener una oficina en su circunscripción para poder recibir a sus representados de manera adecuada y no tener de hacerlo en sus negocios particulares como lo hacen algunos de ellos en la actualidad. Por eso propondría, como medida inmediata, que la Cámara de Diputados  disponga los recursos necesarios para establecer una oficina común para los representantes de Nueva York y en cada una de las circunscripciones del Exterior”.

“Las funciones de diputados y senadores son de legislar, o sea crear y modificar leyes, así como de fiscalizar el uso de los recursos del Estado empleados en la realización de las políticas públicas y velar porque que esas políticas se ejecuten correctamente. Los diputados de Ultramar deben cumplir plenamente con esos deberes”.

Así piensa Rosy García, empeñada en hacerse conocer por los dominicanos  de la circunscripción 1 de Nueva York, la Costa Este de los Estados Unidos y Canadá para que ellos la escojan como su representante en el Congreso Nacional.