El gran cantor de la vida y del amor, Facundo Cabral en una de sus interesantes narrativas entre canción y canción, decía algo parecido a esto "Entre tantas cosas… cada hombre justo es una buena noticia, cada niño que nace es una buena noticia, cada mañana es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia". Y siguiendo a este maestro de la vida hoy me decidí a compartir una buena noticia, talvez yo diría: entre tanto dengue ignorado, tanta imposición de candidaturas y tantas protestas contra el OISOE militarizadas, cada robo frustrado es una buena noticia.

Estuve en el cine el domingo pasado en una tanda temprano que me encanta. En una sala de Fine Art y lo quiero decir con responsabilidad pues ante tanta inseguridad, una empresa responsable es una buena noticia y vale el reconocimiento.

En una distracción se me quedó el monedero sobre una mesa del lobby central del cine.
Salí, luego de ver la película y no me percaté de la ausencia, hasta el lunes en la mañana temprano al dar inicio a las actividades del día. Imaginarán todo lo que pasa por la cabeza en ese momento, volver a sacar los documentos originales; el consumo que habrán hecho a  las tarjetas de crédito; el seguro médico y hasta la medallita de San José, regalada por mamá con entrañable cariño para que me proteja y prospere. Pero sobre todo el sentimiento de vulnerabilidad que nos invade a los humanos en situaciones como estas.

Cuando recuperé el aliento me dije a mí misma “tranquila, que hasta la ciruela pasa, recuerda que todo trae un aprendizaje". A partir de ahí comencé a hacer el recorrido en  retroceso y cámara lenta para intentar recuperar la escena en la que pude haber sido robada. Llamé a casa de mamá para verificar si estaba allá, contacté  los bancos para bloquear las tarjetas y recibí la buena noticia de que el balance estaba intacto, eso me dio una señal que ayudó a asumirlo con tranquilidad. Muy temprano en la mañana voy al local del cine y como era de esperarse, sólo estaba el personal de limpieza. Con paciencia esperé por la encargada de mantenimiento quien me dio el contacto de la gerente.

Aguardando la respuesta, me voy a mi trabajo y durante toda la mañana esperé,  entendiendo ya a estas alturas que el ejercicio de paciencia, control y  fe eran las lecciones a aprender y estaba dispuesta a hacerlo. Fue a las 2 de la tarde cuando la gerente me aseguró que tenía mi monedero, que alguien lo había encontrado y lo entregó a las oficinas, que buena noticia, sólo agradecí al Padre su cuidado y detalle conmigo.

Con alegría compartí por WhatsApp la noticia con mi familia y amigas y comencé a recibir buenas noticias e historias de celulares, carteras y monederos perdidos y encontrados, gracias a la buena voluntad de gente honrada que los guardó y devolvió a sus dueños.

Esa experiencia me encantó y quise aprovechar este medio para animar a compartir buenas noticias cada día por las redes sociales y con la gente querida para contrarrestar la cantidad de malas, que nos asaltan a cada minuto del día.

En nuestra hermosa isla  basta salir y comprobar que nuestro inmenso Mar azul, el cálido Sol y la tierna Luna, son las mejores noticias que nos alegran y llenan la agradable noticia que significa vivir y contar con tan sólo una persona, tan sólo una, con quien compartir el amor.