¿Quieres la paz?

Te daré la paz,

en tu nariz,

en tu boca.

olerás a paz.

sangras a paz.

Y

y

o

e

s

t

a

r

é

asediado por una especie de remordimiento tardío.

Y

t

ú

s

e

g

u

i

r

á

s

jodiéndome hasta al último estertor del poeta lírico.