La decisión del presidente electo Luis Abinader de confirmar en su puesto al Gobernador del Banco Central  Hector Albizu tiene a todas luces un valor simbólico; fue recibida con aplausos  por el empresariado y con desconfianza por otros sectores sociales, en particular las clases medias que vieron en la medida una concesión al danilismo.

Confirmar en su puesto a Valdez Albizu fue un mensaje en aras de la gobernabilidad. No improvisaremos, no tomaremos medidas  como las que muchos esperan del antiguo PRD. Somos prudentes, hemos madurado. No quiero alborotar a la empresa privada, no quiero inventar con políticas monetarias o crediticias que puedan acentuar, desatar o profundizar la crisis económica que de todas maneras heredamos y que se va a agravar, así que, lo malo que haya no será culpa mia sino de lo que nos dejaron y de las nuevas circunstancias. Ese es el mensaje contenido implícitamente en esa decisión. Sin embargo, su efectividad, requiere de una contrapartida.

Si confirmar a Valdez Albizu perseguía tranquilizar al empresariado; la decisión sobre quien será el Procurador General de la República determinará la aceptación o rechazo del cuerpo social al gobierno y por ende definirá la gobernabilidad y ese es el tema. Tranquilizar a los de arriba para que no le hagan la vida imposible a Abinader solo tiene sentido y funcionaría si a los de abajo se les hace justicia persiguiendo a los corruptos y recuperando los bienes robados.

Solamente como rumor de gente bien informada (sin anuncio o indicio oficial) se comentó en muchos lugares y con insistencia que la Dra. Miriam German había aceptado la posición de PGR con lo cual, el cuerpo social, jubiloso, se daba por satisfecho entendiendo que, como se espera, requiere y necesita, la impunidad no prevalezca. Esta decisión sobre el procurador, también y en no menor medida que la anterior es simbólica, marca una dirección, señala un camino, pauta un curso de acción por donde las clases medias van a definir su postura.

Como aun no se ha producido la designación de la Dra. German, muchos han llegado a creer, sin ni siquiera saber si esa designación era cierta que el presidente electo ha reculado ante presiones de su propio partido o acaso de ese mismo empresariado que fue cómplice de Danilo tapando, santificando o beneficiándose de sus fechorías.

No lo se. Pero preocupa porque está claro que  la Dra. Miriam Germán no es la única capaz de hacer una PGR a la altura de las circunstancias pero hay mucha simbología en suponer que sea ella, tanta como la hay en la ratificación de Hector Valdez Albizu. Sin una PGR resuelta a perseguir la corrupción Luis Abinader ni nadie podrá asegurar la gobernabilidad.

Hemos sido arrastrados tan profundo en la inmundicia que finalmente reaccionamos y, en estas elecciones votamos; no lo hicimos de cualquier manera. Votamos por un cambio. No por muchos, no por  cualquiera, no por programas, no por promesas de desarrollo ni esquemas de izquierda o derecha. Aquí se votó contra Danilo Medina, contra el PLD y contra todo lo que esos canallas representan y encarnan. Aquí se votó por una esperanza de justicia. Aquí se votó por el adecentamiento del país. Y sin perseguir con denuedo a los corruptos nadie podrá gobernar ni someter las apetencias desmedidas de los funcionarios y suplidores de ningún gobierno nuevo y nadie podrá contener  tampoco el enojo resultante de otro borrón y cuenta nueva.

Quien no entienda esto, no ha entendido nada de lo que ha sucedido y menos aun de lo que sucederá.