Aquí suceden cosas verdaderamente insólitas. Por ejemplo, un extraterrestre es recibido nada menos que por el Presidente de la República en pleno Palacio Nacional, porque se parece a un político español totalmente desprestigiado en su país. Y ese extraterrestre, como la otrora figura central de la socialdemocracia española, declara con una frescura inaudita que un politicastro local de segunda o tercera que lo acompañaba, conocido como Miguelito, es figura principalísima de nuestra democracia, y que el partido de su propiedad es bla bla bla. (¿De qué planeta habrá llegado ese extraterrestre disfrazado de José Luis Rodríguez Zapatero?).