Nueva York.-En los Estados Unidos varios estados suelen fijar tendencias,  originan los nuevos “memes” que se replican a nivel nacional. Nueva York, por ejemplo fija tendencias en moda y literatura.  En políticas públicas, lo que ocurre en California suele reproducirse en el país.

Iowa y New Hampshire fijan las tendencias en las convenciones presidenciales republicana y demócrata. Esos estados tienen leyes obligándolos a celebrar las primeras convenciones presidenciales del país.

Esas convenciones estatales suelen fijar tendencias electorales nacionales, quien gana Iowa y New Hampshire suele asegurar la candidatura presidencial.

La convención de Iowa, del primero de febrero, y la de New Hampshire, del martes nueve, ofrecerán un avance de quienes serán los candidatos.

Entre republicanos esta claro, Donald Trump lleva la delantera.

Entre demócratas no está tan claro, Hillary Clinton le lleva una ligera venta al senador de Vermont Bernie Sanders, cualquier cosa puede pasar.

Hillary, es innegable, tiene la mejor maquinaria el mayor reconocimiento público, más dinero y mucho más experiencia  administrativa.   Sanders,  sin embargo, tiene algo que puede opacar las ventajas de Hillary: su discurso contra las desigualdades económicas.

La campaña de Hillary es personal, gira en torno a Hillary, sale de, y retorna a Hillary, su consigna no es política, es personal: “Hillary para América”.  La campaña de Sanders no promueve su persona,  su consigna promueve su propuesta política: “Viene una Revolución Política”.

Hillary impulsa un proyecto personal, Sanders una propuesta política.

Ella cuenta con su celebridad, él con movilizar votantes nuevos, específicamente los latinos de Iowa; ninguno está seguro.

La mejor amiga de Chelsea Clinton, es Ivanka Trump, escoger entre Hillary y Donald sería  una falsa elección, una farsa electoral, un “deja las cosas como están”. Trump representa acumulación de riquezas, Sanders propone distribución de riquezas, escoger entre ellos sería una verdadera decisión electoral.