El Gran Santo Domingo es un conjunto de ciudades cuyos habitantes tienen, desde la perspectiva del transporte, un destino común, que prácticamente coincide con la Circunscripción Uno del Distrito Nacional. Eso quiere decir que la gran mayoría de los viajes que se generan en el Gran Santo Domingo, tienen como destino esa C1 del DN. Los orígenes de esos viajes se generan en las localidades situadas en la periferia de esa C1. Esas localidades periféricas, conforman lo que en transporte se conoce como Ciudades Dormitorio. Se les llama así porque sus habitantes solamente las utilizan para dormir. Los Alcarrizos, Villa Mella, Cancino, Los Frailes, Haina; son todas Ciudades Dormitorio y la mayoría de sus viajes tienen como destino la C1 del DN y la mayoría de sus habitantes hacen su vida en la C1 del DN y van a dormir a sus Ciudades Dormitorio.
Una primera idea para mejorar el transporte del Gran Santo Domingo, sería disminuir esa demanda excesiva de viajes a la C1, dotando a las Ciudades Dormitorio de bienes y servicios de buena calidad; de manera que sus habitantes encuentren, en su entorno, todo lo necesario para satisfacer sus necesidades. Eso es un proyecto público-privado de dotar a esas ciudades de oficinas públicas, escuelas, universidades, comercios de todo tipo, hospitales, centros de trabajo, etc.
En transporte existe una ley tácita que dice: “La señal de tránsito que no es respetada, es preferible removerla.” Si partimos de esa ley, tendríamos que remover todas las señales de tránsito, verticales y horizontales, del Gran Santo Domingo. En todo el país, pero particularmente en el Gran Santo Domingo, no se respeta ninguna señal de tránsito. Esa realidad de irrespeto a la señal de tránsito es reforzada por la Policía, cuando entra en una intersección a dirigir el tránsito, mientras el semáforo está funcionando. La señal que se envía es que el semáforo puede ser irrespetado.
Una segunda idea para mejorar el transporte en el Gran Santo Domingo, sería exigir el respeto total y sin fallas a las señales de tránsito. Dejar al semáforo hacer su función y dedicar a la Policía a hacer respetar, en las intersecciones y en las calles, las señales de tránsito. Los Pare, los No Estacione, los giros en las intersecciones, respeto a los carriles, en fin, respeto irrestricto a la Ley de Transito, Incluso hacer una revisión en todo el Gran Santo Domingo para retirar señales contradictorias que actualmente existen.
En el Gran Santo Domingo tenemos, como líneas privilegiadas de transporte, las líneas del Metro y últimamente las del Teleférico. Esas líneas privilegiadas garantizan un tiempo de viaje mínimo, que es un gran atractivo en la oferta de transporte. Fuera de esos dos sistemas, la oferta de transporte en el Gran Santo Domingo es deficitaria y de mala calidad. El mayor de los problemas que enfrenta es que no obedece a un plan ni tiene ninguna norma a la cual someterse o que se cumpla.
Una tercera idea para mejorar el transporte en el Gran Santo Domingo es crear las condiciones para establecer un Sistema Integrado de Transporte Público (SITP).
¿Cómo se logra hacer un eficiente SITP?
Paso 1: – Un equipo de técnicos establecen Rutas de Transporte que permitan satisfacer las necesidades de los ciudadanos, expresadas en un estudio previo de Origen y Destino. En ese estudio previo quedaría definido, por ejemplo, cuántos viajes son necesarios desde Villa Mella hasta la UASD de 7 a 9 de la mañana; y los técnicos establecen una ruta que supla esa demanda.
Paso 2: – El Estado, como sucede en el Metro, colecta todos los pasajes y lo hace vendiendo los pasajes mediante tarjetas, tokens o cualquier medio que le permita recibir el pago del transporte de cada uno de los usuarios. Eso es importantísimo porque si quien da el servicio cobra directamente del pasajero, nadie lo regula.
Paso 3: – El Estado licita las rutas y celebra contratos con los ganadores de la licitación. Ese contrato es el que logra que las rutas alimentadoras, servidas por empresas privadas, se integren bajo la misma normativa, al transporte privilegiado del Metro y del Teleférico que son servidas por El Estado.
Ahora viene la parte más importante de todo este proceso: Al momento de someter a licitación de las rutas, lo hace de manera tal, que queda establecido en el contrato que el pago por los servicios de transporte se hará por Kilometro servido, bajo las condiciones del contrato.
A partir de ese momento, la empresa transportista se gana su dinero, se monten o no se monten los pasajeros, ese no es su problema. Su único compromiso será cumplir con el contrato que le garantiza recibir el pago equivalente a los kilómetros servidos bajo las condiciones contractuales.
Líneas de Metro y Teleférico privilegiadas y transporte superficial, alimentador de esas líneas privilegiadas, servido por autobuses de empresas privadas, sometidas todas a la misma normativa y todas deseosas de cumplir con esa normativa que les permite recibir el pago de sus servicios por kilómetro servido, se monten o no se monten los pasajeros.
Una normativa que permite que las mismas condiciones de dignidad en el transporte, que goza el pasajero del Metro, las disfrute también el pasajero de cualquier transporte, en toda la ciudad. Se acaba la guerra que existe actualmente entre los transportistas, no más carro de concho, no más “Péguense como anoche!!!”, no más indignidad.
Cuando vemos el transporte en ciudades modelo como Nueva York, vemos los autobuses y vemos como funciona y pensamos que se trata de una sola y única empresa transportista que realiza el trabajo. Nada más alejado de la realidad. Son muchas y diferentes empresas, pero parecen la misma porque todas obedecen y siguen la misma normativa. Porque todas están integradas al mismo sistema. Todas obedecen el mismo contrato.
Bien, resumiendo:
- Fortalecer la oferta de bienes y servicios en las Ciudades Dormitorio
- Respeto irrestricto a la Ley de Transito
- Sistema Integrado de Transporte Público
Estas tres ideas mejorarían el transporte en el Gran Santo Domingo. Son proyectos metropolitanos que abarcan muchos ayuntamientos y muchas instancias. Cuando AMET era AMET, en sus inicios, el Consejo de Dirección de AMET estaba formado por los Alcaldes de cada uno de los ayuntamientos que conforman el Gran Santo Domingo. Ahora nada de eso existe.
Para un gobierno nuevo, este tema del transporte es un hermoso reto.