En un revelador escrito publicado por el Diario español “El País”, Juan G. Bedoya trata sobre los planes políticos que se trazó la Iglesia de Roma durante el Concilio Vaticano II para comenzar a separarse de la decadente dictadura de Franco, previendo su caída. http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/20/actualidad/1350760143_187122.html

Lo traemos a colación porque lo de España es una réplica de lo que sucedió años antes en Santo Domingo cuando el Vaticano se enteró de que el Gobierno Norteamericano había decidido “salir” del Jefe.

La semejanza es sorprendente, delata su modus operandi:

Al principio en España (como en Santo Domingo) la Iglesia:

“aprovechaba sin pudor para pasar la cuenta al nuevo régimen, con exigencias nada baratas: sostenimiento del culto y el clero mediante el Presupuesto del Estado, la pronta recristianización de España y la inmediata restauración del fuero eclesiástico”…  “Franco salvó a la Iglesia; Franco paga la reconstrucción de templos y nos construye seminarios (5.106 millones en ese apartado, ofrece el dato); Franco paga salarios, Franco ha entregado a los obispos la enseñanza primaria y secundaria…” (Recordemos nosotros el Concordato dominicano).Pero el papa cambia de actitud cuando considera gastado al régimen dictatorial español:

“Es a partir de esa visita de Pla (Cardenal Enrique Pla i Deniel) al Vaticano, cree Tarancón, cuando Juan XXIII y su cardenal preferido, Montini, al que ya ve como su sucesor en la silla de Pedro, deciden que hay que preparar un golpe de mano en el episcopado español, poniendo al frente a personas que, poco a poco, vayan separando a la Iglesia católica de dictadura tan poco cristiana. El liderazgo lo asumirá (el cardenal) Tarancón, que cumplirá en encargo con habilidad vaticana. ‘Franco no tiene futuro. La Iglesia española, si quiere sobrevivir a su régimen y a su muerte, deberá irse separando poco a poco, pero completamente’, le dice Montini, textualmente”.

Pero veamos cómo reaccionó Franco al enterarse de la traición de la Iglesia (tal como reaccionó Trujillo al ver que la Iglesia buscaba martirizarse para poder reciclar su imagen en el nuevo régimen democrático):

“Cuando el régimen franquista percibe la operación, hay un debate en presencia de Franco sobre cómo reaccionar. Franco se desespera por lo que escucha. Le dice más tarde a su ministro de información y propaganda, Manuel Fraga: ‘¿Cree que no me doy cuenta de lo que pasa? ¿Acaso cree que soy un payaso de circo?’ Pronto el régimen abrirá una cárcel en Zamora solo para curas, condenados por predicar en euskera, catalán o gallego, por homilías contra la tortura, o por que exigir libertades para sus fieles.”

Esto, para los que tienen el descaro de presentar a la Iglesia Católica Dominicana en la historia como una santa e inocente institución que se dedicó a combatir al régimen de Trujillo, aún sabiendo a plenitud que actúo políticamente traicionando a Franco y a Trujillo (según el caso) cuando ya ninguno de esos dos dictadores aliados les servían para sus propósitos políticos.

Mientras tanto, mientras les sacaban provecho, se mantuvieron lamiéndole el santo C. a ambos tiranos.

Oremus:

Domine dimittit delictum. Bonum Ecclesiae tuae fecimus.

(OH señor perdona nuestra culpa. Lo hicimos por el bien de tu Iglesia.)

Corus;

Ignosce Domine, opus tuum in bonum.

(Perdónanos Señor, fue por el bien de tu obra.)