Ya viene. Ya se acerca. Le llegará pronto el dia inevitable que a todo político se le presenta en algún momento de su carrera: tomar una decisión trascendente, aunque entre el mar y a Dios que reparta suerte en su partido. Ya pronto le llegará el momento de poner a prueba su valor (si es que lo tiene) para enfrentar lo que venga después. Y si acaso se aviniera a la voluntad de su más peligroso y poderoso  adversario (es decir, si se rajara, como dice el pueblo), que mejor se meta a monje trapense y se vaya a orar al desierto, esta vez absolutamente sólo…(Obviamente me refiero a Leonel Fernández).