En todo país civilizado toda iniciativa del estado se materializa a través del siguiente proceso: 1) Definición de la base legal; 2) Reglamentación de la ley; 3) Organización del organismo ejecutor; 4) Asignación presupuestal; 5) Establecimiento de los controles, y 6) Designación de las autoridades llamadas a ejecutar la iniciativa. Pero aquí las cosas se hacen justamente al revés. Por eso, en este generalmente cómico y a veces trágico e inconcluso proyecto de nación absolutamente nada funciona como debería funcionar. (Va de nuevo la pregunta: ¿Qué diablos vamos a hacer para que esta vaina sea un verdadero país?).